De hecho, desde que el petróleo comenzó a fluir aquí hace más de un siglo, la energía ha estado en el corazón de la economía del estado.
Y el petróleo de Texas sigue siendo clave para la producción de energía: no sólo es este el mayor estado productor de crudo en EE UU, sino que uno de los dos referentes líderes a nivel mundial en los precios mundiales del petróleo lleva su nombre, el West Texas Intermediate.
Pero mientras que el petróleo y Texas puede seguir siendo inseparables en el imaginario popular, el estado está adoptando cada vez más tecnologías de energías renovables. Texas es ya el mayor generador de energía eólica en EE.UU., el país que más energía de ese tipo genera.
Las región del Panhandle y el Trans Pecos y la costa del Golfo tienen los más grandes potenciales eólicos de la nación, y los planes para el fomento de nuevas e importantes fuentes están en marcha.
Además, el estado tiene el mayor potencial de energía solar en EE UU, aunque ahora es que se comienza a desarrollar. A cinco kilómetros del centro de Austin, Texas, se encuentra una pequeña comunidad que está en la vanguardia energética.
A primera vista, se parece a cualquier barrio estadounidense, pero en realidad constituye un experimento que podría tener grandes implicaciones para el futuro del uso de la energía en todas partes, no sólo en EE UU.
Aquí están algunas de las casas con más paneles solares en el país y, como resultado, aquí están algunas de las viviendas que menos facturas de energía pagan. De hecho, algunas personas no pagan nada en absoluto.
Pero Texas no sólo invierte en capacidad energética en las viviendas particulares. Un enorme parque solar debe comenzar a generar electricidad en breve.
El parque de energía solar de Webberville acaba de ser terminada y empezará a generar energía en unas semanas.
Para los ambientalistas, Texas, el estado petrolero, podría en teoría proporcionar una especie de modelo para el resto de la nación: si los tejanos pueden prescindir del petróleo, entonces ¿hay esperanza para el resto del país?
Pero esta visión está seriamente amenazada, pues a pesar de la proliferación de la producción de energías renovables en Texas, se plantean serias dudas acerca de si la inversión en energía limpia puede continuar al mismo ritmo. La primera amenaza es una reducción en los subsidios que estimularon la gran producción de energías renovables.
Con la esperanza de estimular empleos relacionados con la energía verde, el gobierno de EE UU introdujo subsidios para fomentar la inversión en energía limpia. Sin embargo, no se han creado puestos en la cuantía prevista.
De hecho, cuando las empresas chinas inundaron el mercado con paneles solares baratos, las empresas de EE UU no pudieron competir, y muchas se vieron forzadas a cerrar.
La mayor víctima fue Solyndra, que entró en quiebra en agosto después de recibir unos US$500 millones en préstamos del gobierno.
El Departamento de Comercio está investigando reclamaciones contra los fabricantes chinos por vender paneles solares por debajo del costo de mercado.
SolarWorld, una de las firmas que presentó la queja, sostiene que los empleos en la industria solar están en riesgo por las importaciones baratas de China.
China ha rechazado la demanda y la industria solar china ha pedido una investigación sobre los subsidios de EE UU al polisilicio, que se utiliza para fabricar paneles solares y que se exporta a China en grandes cantidades. Esto ha hecho, a su vez, que empresas chinas líderes se quejen de que no pueden competir con las importaciones baratas.
Por otra parte, empresas de EE UU que representan a los instaladores de paneles, se han opuesto a esta guerra comercial. Para ellos, los paneles solares baratos crean puestos de trabajo en la venta y el proceso de instalación.
Cualquiera sea el resultado, los subsidios están cayendo y la inversión en energía solar ya no es tan atractiva como lo era antes.
Nueva alternativa
Hay, sin embargo, otra amenaza potencialmente más grave que enfrenta la industria solar en EE.UU.: la economía subyacente de tecnologías de energía renovable está bajo presión.
Los precios del gas han disminuido debido en gran parte al descubrimiento de grandes yacimientos de gas de pizarra. El impacto de este gas en EE.UU. no puede ser subestimado: en los últimos 10 años, de la nada, ha pasado a abastecer alrededor de un cuarto de las necesidades de gas natural del país, una proporción que algunos creen que podría llegar al 50% en los próximos 25 años.
Como resultado, los inversores en los grandes proyectos de energías renovables -incluyendo parques eólicos y solares- se preguntan ahora si vale la pena seguir en el empeño.
Si el gas es barato, ¿por qué preocuparse de invertir en alternativas más costosas, aunque sean más limpias?
Así, para algunos, entonces, la historia de la energía en Texas ha cerrado el círculo, con el petróleo y el gas de nuevo imperando. Para otros, el aumento de las energías renovables ha llegado a un punto de no retorno.
John Moylan, www.bbc.co.uk