Ha sido la continuación de la guerra iniciada tiempo atrás por Sánchez Galán al pedir públicamente la paralización del sector termosolar, hasta el punto de que la Junta Directiva, en su reunión del pasado 28 de octubre en Toledo, se vio obligada a expulsar a Iberdrola como miembro de Protermosolar (era miembro de la Junta Directiva) por 17 votos a favor y dos en blanco, en escrupuloso cumplimiento de los Estatutos. En efecto, el artículo 9 especifica que todos los asociados tienen la obligación de “abstenerse de realizar cualquier declaración pública o promover iniciativas que dañen o perjudiquen los intereses de la Asociación o del sector”.
Durante su intervención en la mesa redonda sobre la energía del B-20 Business Summit, celebrada en Cannes (Francia) el pasado 3 de noviembre en el marco de la reunión del G-20, Sánchez Galán sostuvo que el desarrollo fotovoltaico ha sido demasiado rápido y caro en muchos países, y añadió: "Nos enfrentamos al riesgo de que esta burbuja -tal y como la define el Consejo Europeo de Reguladores- se repita con la termosolar, una tecnología que hoy todavía es más costosa de lo que lo era la fotovoltaica y que se podría convertir en un producto financiero".
Según Galán, la apuesta por estas tecnologías supondría mayores costes tanto para la industria como para los ciudadanos, así como una pérdida de competitividad y empleo. "En el entorno actual, esto podría ser extremadamente peligroso para la recuperación económica", concluyó.
‘Casualmente, ese mismo día el diario ‘El Economista’ publicaba un editorial titulado ‘Necesitamos una nueva ley de electricidad’, en que con su habitual seguidismo de las tesis de Sánchez Galán, citado expresamente en el texto así como su expresión sobre ‘la fiesta verde’, copiaba el argumentario del presidente de Iberdrola con estas palabras: “La tarta eléctrica supone en estos momentos alrededor de 30.000 millones de euros. Si la situación sigue como hasta ahora, en los próximos dos años, este coste se habrá incrementado en otros 3.000 millones de euros, un 10 por ciento más, en gran parte por la burbuja que puede provocar la energía termosolar”.
‘Fiesta verde’, ‘burbuja termosolar’, ‘tecnología inmadura’, ‘sobrecoste de 2.000 millones de euros para los consumidores’…..han sido los argumentos con que Sánchez Galán, Eduardo Montes y los medios de comunicación afines-casi todos, por no decir todos, habida cuenta del silenciamiento decretado a las respuestas de Protermosolar, que sólo se han colado a través de rendijas mediáticas tras una insistente batalla- han bombardeado en el último mes y medio a la opinión pública española y al nuevo Gobierno en ciernes.
El 6 de noviembre, también casualmente, El País inauguraba una nueva subsección titulada ‘La opinión de los grandes empresarios’, en que, otra casualidad, debutaba Ignacio Sánchez Galán con un artículo titulado ‘Una nueva política energética para el cambio de modelo económico’. El presidente de Iberdrola afirmaba que la insuficiencia de las tarifas para cubrir los costes del suministro había generado un insostenible déficit que, a finales de 2011, podría superar los 23.000 millones de euros. Y, a continuación, señalaba al ‘culpable’ para su lapidación pública: “Su crecimiento exponencial se ha debido, fundamentalmente, al elevado volumen de primas destinado a algunas tecnologías renovables inmaduras como son las solares, que el año pasado supusieron el 13% del coste y tan solo el 3% de la energía. De no frenarse el desarrollo de las termosolares, continuarán incrementándose los costes a pagar por los consumidores en otros cien euros adicionales”.
Sánchez Galán terminaba con una apelación al entonces futurible Gobierno, que debía ser el ‘buen entendedor’ de su mensaje: “El Gobierno que salga elegido tras las próximas elecciones debe establecer el modelo energético seguro, competitivo y sostenible…”
El diario Expansión se sumó al coro mediático de Sánchez Galán con otro editorial al día siguiente, 7 de noviembre, titulado ‘La burbuja solar, otra hipoteca para Rajoy’. Tras un durísimo ataque al ministro de Industria, Fernando Sebastián, el rotativo salmón se lanzaba sin ambages contra el sector termosolar, en estos términos: “Lejos de aprender la lección y mediante el llamado pre-registro de asignación, el ministro creó las condiciones para que se produjera una nueva burbuja, esta vez termosolar, al superarse en cinco veces el objetivo de instalación de este tipo de centrales. Con los planes anunciados por Sebastián para construir al menos cuarenta termosolares hasta 2013, se habrán alcanzado los 2.500 MW de potencia, con un coste cercano a los 2.000 millones de euros anuales sine die, que se cargarán directamente en la tarifa eléctrica, en el apartado de peajes y costes regulados que incluye las jugosas primas”.
Y continuaba, esta vez con los argumentos de Eduardo Montes: “El presidente de la patronal eléctrica, Unesa, se une a otras voces del sector y achaca directamente a la energía solar haber disparado el déficit de tarifa, que cifra en casi 24.000 millones de euros y supera en un 30% el volumen de la refinanciación de la banca española, según su cálculos”.
Una semana más tarde, el diario El Economista prestaba su tribuna al presidente de Unesa, Eduardo Montes, para que repitiera el mensaje de Sánchez Galán en un artículo titulado ‘Habrá una burbuja termosolar si no admitimos (la burbuja) fotovoltaica’. Montes desliza a lo largo de todo su texto de forma subliminal una identificación malintencionada entre termosolar y fotovoltaica, para que el lector acabe pensando que las dos (al hablar en plural de “tecnologías solares”) son lo mismo. En otras palabras, el presidente de Unesa titula el artículo con la idea acuñada por Sánchez Galán de ‘burbuja termosolar’ pero para fundamentar sus tesis no se refiere a la energía termosolar, sino a la fotovoltaica, para que, por asociación, los lectores atribuyan a la primera por igual los supuestos efectos perniciosos de la segunda.
“Lo que es verdaderamente cuestionable –escribe Montes- es que el proceso de incorporación de algunas energías renovables, como es el caso de la fotovoltaica, se haya llevado a cabo sin reparar en gastos, y lo que es igual de reprochable es que se haya hecho sin transmitir a los consumidores la importancia real de ese gasto. Si el Ejecutivo no toma medidas, estamos a punto de repetir el mismo error con la energía termosolar”.
Ese mismo día, el presidente de Abengoa (empresa miembro de la Junta Directiva de Protermosolar), Felipe Benjumea, pudo romper el cerco mediático contra la energía termosolar con un artículo en su defensa publicado en el diario El País bajo el título ‘La promoción de las energías renovables’.
Este artículo se une a los que posteriormente, y venciendo numerosas dificultades, han podido publicar para contrarrestar esta campaña mediática abrumadora el presidente y el secretario general de Protermosolar, Valeriano Ruiz y Luis Crespo, respectivamente, en medios como El Economista (‘El gas natural, madre de todas las burbujas’), Cinco Días (´Moratoria por cuenta de las eléctricas’) y Viva Sevilla (‘¿Por qué Iberdrola quiere perjudicar a Andalucía?’).
Sánchez Galán no dejó pasar ni 24 horas para tratar de anular el efecto de la tribuna de Felipe Benjumea en El País y en la apertura de la jornada ‘El Modelo Energético de futuro, retos y soluciones’, organizada en Bilbao por el Club Español de la Energía, declaró que “la energía termosolar y la fotovoltaica elevarán el sobrecoste renovable un 60 por ciento, pasando de 250 euros/año por cliente a unos 400 euros/año”. En este sentido, hizo referencia a que los costes del sistema han crecido, "de manera exponencial", en España en los últimos años, principalmente por las primas del régimen especial, cuyo valor acumulado desde 2004 supera los 22.000 millones de euros, una cifra "idéntica" al déficit de tarifa en ese mismo período que están "financiando cuatro empresas".
Y en directa alusión a la energía termosolar, el presidente de Iberdrola añadió: “La razón para que el sistema español haya creado esta auténtica burbuja -tal y como define este concepto el Consejo Europeo de Reguladores, no es una definición mía- se encuentra en la implantación masiva de tecnologías no suficientemente maduras, que están en sus primeras etapas de ciclo de aprendizaje”.
La campaña contra la termosolar orquestada por Iberdrola, Unesa y su corifeo mediático era tan llamativa que no podía escapar a la atención de la prensa internacional presente en España. Así, la agencia británica Reuters, difundió ese mismo día, el 15 de noviembre, un teletipo con, entre otros, los siguientes contenidos: “Las grandes eléctricas han incrementado la presión sobre el futuro Gobierno para que ataje el déficit de tarifa de alrededor de 20.000 millones de euros que se ha acumulado en los últimos 10 años por la venta de electricidad a tarifa inferior a los costes que supone su generación.
Se espera que el Gobierno popular –añadía- recorte las primas a las fuentes de energía que han contribuido relativamente a la capacidad de generación eléctrica del país en comparación con su coste para los consumidores, como son la fotovoltaica y la termosolar. Pero incluso la energía eólica, que es más eficiente en costes, podría ver reducidas sus primas.
Aunque las tres grandes eléctricas españolas — Iberdrola, Gas Natural y Endesa — han logrado importantes beneficios gracias al ‘boom’ de las renovables, ahora no parecen demasiado preocupadas por una nueva normativa que afectaría únicamente a las futuras instalaciones pero que no afectaría a sus centrales ya en funcionamiento”.
También el diario económico ‘Negocio’ publicaba una doble página el día 15 de noviembre de título suficientemente explicativo de sus intenciones: ‘La enrevesada situación que deberá afrontar Rajoy con el déficit tarifario’. Otra invitación a que al que ya daba como futuro presidente actuara en contra de la energía termosolar, identificada como la causante del famoso déficit y del coste del recibo de la luz. También casualmente, el texto se basaba en consultas a gente de UNESA (nunca a nadie de Protermosolar) y ponía de manifiesto el argumentario de las grandes eléctricas y lo que esperaban que haga Rajoy cuando llegara a la Moncloa.
Dedicaba un recuadro especial a ‘El problema de la energía termosolar’ (sic), en estos términos: “Paralelamente a la resolución del problema del déficit de tarifa hay que afrontar otro que empieza a ser también muy preocupante: las primas que está empezando a recibir la producción de energía termosolar. Bañón (Unesa) estima que sólo con las primas ya acreditadas el incremento del déficit, por este concepto, puede aumentar 1.200 millones anuales. Montes (Unesa) advierte que hay que evitar una burbuja de la termosolar que se sume a la “barbaridad” ya ocurrida en la fotovoltaica, por lo que reclama una moratoria para esas nuevas inversiones en “renovables poco maduras que van a generar un hueco térmico importante, hacer que las centrales existentes sean ociosas y provocar un agujero enorme en las arcas”. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, pide establecer una moratoria para las centrales solares hasta que desaparezca el déficit de tarifa. “Esta tecnología es la principal causa del desajuste, sus costes pueden duplicarse en los próximos dos años”.
Al día siguiente (16 de noviembre), y a tan sólo cuatro de las elecciones generales, el diario económico Expansión volvía a la carga con un editorial titulado ‘La agenda energética no admite más dilaciones’ en el que sostenía: “Desde 2004, el déficit de tarifa (consecuencia del erróneo método de cálculo creado por el PP) se ha disparado exponencialmente hasta los 20.000 millones de euros, consecuencia en parte de una desaforada apuesta por las renovables y se ha generalizado la incertidumbre regulatoria en el sector, como denunciaron el pasado lunes las grandes eléctricas en las páginas de EXPANSIÓN”. Como denunciaron las grandes eléctricas en Expansión, sí, porque en este diario nunca tienen cabida las réplicas de Protermosolar y sólo hablan las grandes compañías del sector eléctrico, en una muestra de la deontología periodística del periódico de Unedisa que alardea de liberal en su línea editorial.
La campaña contra el sector termosolar era tan llamativa y orquestada en sucesivas oleadas bajo la batuta de Iberdrola y Unesa a través de sus terminales mediáticas que el portal digital ‘Energías Renovables’ le dedicó un informe titulado ‘La burbuja del gas. La gran patronal recrudece su ofensiva contra las renovables’, que se reproduce en la sección de Opinión de este Boletín y del que aquí extraemos el siguiente párrafo:
“Unesa –la gran patronal eléctrica (Gas Natural Fenosa, Endesa, Iberdrola, HC Energía y EON)– ha sacado su artillería más pesada a la calle –en este caso, a los medios de comunicación (El Economista, Negocios, Cinco Días)– y, a menos de una semana vista de las elecciones, ha desencadenado una ofensiva en toda regla. ¿A saber? Las renovables son culpables del encarecimiento de la factura eléctrica, responsables del déficit de tarifa, causantes de la falta de competitividad de las empresas españolas…”.
Vuelta de tuerca a tres días de las elecciones por parte del presidente de Unesa, Eduardo Montes, en un encuentro con periodistas, en el que comete el error de desvelar que la supuesta preocupación por el sobredimensionamiento del sistema energético, el déficit de tarifa, la ‘burbuja termosolar’, el sobrecoste de los 2.000 millones de euros, etcétera, etcétera, encubre realmente el deseo de quedarse con la cuota termosolar pendiente a favor de la eólica, a la que, también casualmente, nunca afectan las medidas de recorte propuestas por Iberdrola y Unesa, pendientes únicamente de salvaguardar los intereses de las grandes eléctricas “en nombre del pueblo”, cuya voz se arrogan.
Eduardo Montes propone en este encuentro con los medios de comunicación una moratoria para las tecnologías solar termoeléctrica y fotovoltaica de tres años de duración, hasta 2013, en la que se sustituyan los proyectos paralizados por una capacidad eólica equivalente. Y trata de justificar esta medida aludiendo a la escasa madurez de las tecnologías solares, a la contribución que a su juicio hacen al déficit de tarifa y al riesgo de que la solar termoeléctrica acabe convirtiéndose en una "mochila" tan pesada como la fotovoltaica.
El presidente de Unesa asegura que esta moratoria ahorrará al sistema eléctrico 8.300 millones de euros en primas hasta 2020. Para ello, considera necesario paralizar los 2.500 megavatios (MW) de termosolar ya inscritos en el prerregistro de asignación, así como los cerca de 1.500 MW que se adjudiquen de fotovoltaica entre 2013.
"En situación gravísima como la actual, con recortes en temas vitales, ¿cómo es posible que aquí no aceptemos una moratoria?", se preguntó Montes, antes de ser inquirido acerca de los efectos sobre el empleo de esta medida y del coste de las indemnizaciones a los proyectos solares ya reconocidos en los prerregistros. El presidente de la patronal eléctrica dijo desconocer si habrá que pagar indemnizaciones y, en alusión al empleo, señaló que "hay que generarlo de otra manera". En ese mismo encuentro, Montes, sin despeinarse pedía una subida del 25% en las tarifas de acceso, que determinan la parte regulada de la tarifa de la luz. Total, como al final la culpable de la subida del recibo y del déficit tarifario va a ser la termosolar…..
Hasta la CEOE se sumó a la campaña de Iberdrola y Unesa. Antonio Garmendi, presidente de la Comisión de Energía de la patronal de patronales, tesorero de Confemetal y consejero de Red Eléctrica, entre otros cargos, pronunció una charla sobre eficiencia energética para las empresas del metal asturiano organizada por Femetal y, en declaraciones a La Nueva España (18 noviembre), dijo, entre otras cosas: “En las renovables hay que centrarse en las consolidadas, como la eólica, y no hablar de las olas del mar o de la termosolar, energías en prueba y cuyas primas pueden ser carísimas para la situación en la que vivimos”.
El mismo día de las elecciones, el 20 de noviembre, el presidente de Unesa utilizó periódicos del grupo vasco Vocento para insistir en sus ataques a la termosolar. Preguntado en la entrevista por qué alternativas proponía, ésta fue su respuesta:
-Adoptar una moratoria solar de tres años, sustituir los proyectos paralizados por energía eólica y suspender 2.500 megawatios (MG) del prerregistro termosolar , junto a otros 1.500 de fotovoltaica, para ahorrar 8.300 millones de euros hasta 2020. La termosolar aún está muy poco madura y se debería encuadrar en las ayudas a la I+D, en vez de pagar primas excesivas para algo que aún dista mucho de ser rentable.
-¿Cuándo empezarán a ser rentables estas energías?
-La eólica empieza a serlo ya. A la fotovoltaica todavía le faltan tres o cuatro años para ello, mientras que la termosolar está aún muy poco madura y requerirá mucho más tiempo. Por esta razón soy bastante reacio a las subvenciones, porque distorsionan el mercado. En el caso de la eólica se ha hecho bien, pero en el resto se han transformado en proyectos financieros. Hubiera sido mejor hacer proyectos de I+D y, cuando fueran rentables, engancharlos a la red, como en la eólica. Alemania es el único país que ha dado primas a la fotovoltaica, pero a mitad de precio que en España.
Mientras Sánchez Galán y Montes hacían este tipo de declaraciones se conocía que las tres principales eléctricas en España -Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa- habían cerrado los nueve primeros meses del año con unos ingresos conjuntos de 63.287 millones de euros, lo que suponía un 5 % más que en el mismo periodo de 2010. Al mismo tiempo, el Eurostat difundía que los españoles tienen la luz más cara de Europa, sólo superados por Malta y Chipre (explicable por la condición insular de estos últimos).
Los ecos de la ofensiva antisolar y antirrenovable de Iberdrola y Unesa han trascendido las fronteras, ya que el economista jefe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, advirtió el pasado 30 de noviembre de que el sector de las energías renovables podría sufrir en España un daño "de décadas" si se retiran las ayudas y consideró que, a la hora de analizar recortes de primas, es necesario estudiar "caso por caso" cada una de las tecnologías.
"Si se cortan los subsidios completamente, llevará mucho tiempo para la industria de las renovables recuperarse y tomar posiciones en el ‘mix’ energético", porque son "tecnologías jóvenes comparadas con el petróleo y el gas", y "les costará regresar" a los niveles actuales, afirmó Birol en una rueda de prensa.
El responsable de la AIE advirtió de que en Europa, donde las primas a las renovables ascienden a 28.000 millones de euros, hay "muchos Gobiernos que están luchando contra la crisis y no quieran dar un nuevo grupo de ayudas a las renovables". "Esto tendrá implicaciones para el sector energético en los próximos años si continúa la tendencia", añadió.
Hasta su discurso de investidura como doctor ‘honoris causa’ por la Universidad de Salamanca aprovechó el 2 de diciembre Ignacio Sánchez Galán para proclamar que ni un MW termosolar más y presentar un Plan alternativo al futuro Gobierno (en realidad, siempre el destinatario final de sus mensajes, por razones obvias). El presidente de Iberdrola apostó por un nuevo mix con menor peso de la energía solar que el planteado por el Gobierno de Zapatero, incrementando únicamente en 1.000 MW la potencia instalada de plantas solares fotovoltaicas hasta 2020.
El presidente de Iberdrola, el mayor productor de energía eólica del mundo, planteó que se instalen 14.000 MW de este tipo de energía hasta 2020, 3.700 MW de centrales hidroeléctricas, 3.400 MW de centrales de cogeneración y 1.700 MW en centrales de biomasa y minihidraulicas. Para Sánchez Galán no sería necesaria la instalación de ni un solo megavatio más de termosolares.
Así pues, tal como ha quedado demostrado con la crónica de esta ofensiva sin precedentes contra el sector termosolar por el hombre que, no pudiendo liderarlo (solicitó en su día más de una docena de centrales y ha sido incapaz de operar satisfactoriamente la única que le fue otorgada) se proponer liquidarlo, Sánchez Galán también tiene su ‘solución final’ en materia de energía. Cabe preguntarse entonces por qué mantiene abierta su central termosolar en Puertollano y cobra las primas por esta tecnología “inmadura” según sus propias palabras.