El Protocolo de Kioto obliga tan solo a las naciones desarrolladas a recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero, pero esta cumbre ambiciona incluir en el nuevo marco a los países en desarrollo como China e India, cuyo peso en la emisión de gases contaminantes a la atmósfera aumenta de forma exponencial.
La concentración de dióxido de carbono es de 389 partes por millón, la mayor desde la era industrial en 1750. Científicos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) acaban de publicar un informe en donde explica que las concentraciones de dióxido de carbono (principal responsable del calentamiento global y de su concentración en la atmósfera), son de 389 partes por millón, la mayor concentración desde el inicio de la era industrial en 1750.
Según los estudios científicos presentados, hubo un aumento del 20% del óxido nitroso, un 39% de crecimiento del CO2 y más de 158% de incremento del metano desde fines del siglo XVIII. Durante los 10.000 años anteriores al inicio de la era industrial, la presencia atmosférica de CO2 se mantuvo "casi constante" alrededor de 280 moléculas por millón.
Sólo en 2010, la presencia de CO2 aumentó 0,59% respecto el año anterior: 2,3 moléculas de gas por cada millón de moléculas de aire (ppm). Esto indica un crecimiento mayor que el medio de la última década (2 ppm por año) y muy superior a la media de los años noventa (1,5 ppm). Los otros gases considerados más nocivos, el metano y el óxido nitroso, también se incrementaron aunque con menor intensidad, respectivamente el 0,28% y el 0,25% en relación con 2009.
La crisis financiera global no ha reducido las emisiones totales de CO2 en el planeta, como muchos esperaban. Tras una ligera caída de las mismas en 2009 (del 1,4%), se ha retomado la tendencia al crecimiento en 2010 (incremento del 5,9%), hasta el punto de que el año pasado se llegó a los 10.000 millones de toneladas, todo un récord.
Los países desarrollados en su conjunto redujeron sus emisiones en 2008 (1,3%) y en 2009 (7,6%), pero las aumentaron en 2010 (3,4%). Pero el crecimiento es continuo y notable en los países en vías de desarrollo: 4,4% de aumento en 2008; 3,9%, en 2009; 7,6% en 2010. El incremento global del año pasado "fue debido a las altas tasas de aumento de unas cuantas economías en desarrollo clave como China (10,4%) e India (9,4%) aunque la contribución de algunos país desarrollados fue también sustancial en términos absolutos: por ejemplo, EE UU, 4,1%, Federación Rusa, 5,8% y los 27 países de la UE, 2,2%".
Son los datos de un análisis científico presentado en la revista Nature Climate Change. Las emisiones globales de dióxido de carbono generadas por la utilización de combustibles fósiles han aumentado un 49% en las últimas dos décadas.
La pregunta es si Estados Unidos, aunque también China e India, estarían dispuestos a dar desde este año un paso para aceptar los objetivos obligatorios contra el CO2. Ésta es una de las señales esperadas por Europa antes de aceptar que se mantenga en vigencia el Protocolo de Kioto.
Por ahora, "EEUU e India son reticentes", indicó el domingo un negociador europeo, quien subrayó que China lo será tal vez menos. Tras la primera semana de discusiones técnicas para rastrear los temas a nivel de negociadores, unos 130 ministros y algunos jefes de Estado llegan esta semana a Suráfrica para arbitrar las decisiones y redactar el acuerdo que debe estar concluido el último día de la conferencia, el viernes.
Para tratar de dar nuevo dinamismo a las negociaciones climáticas estancadas desde la decepción ocurrida en la cumbre de Copenhague, a fines de 2009, y cuyo contenido no garantiza hasta ahora poder contener el aumento climático mundial detrás del umbral de 2°C, los europeos tratan de que haya alguna luz verde en Durban.
Al contrario de Japón, Rusia o Canadá, los países europeos se muestran dispuestos a aceptar un nuevo periodo de acuerdos en el marco del Protocolo de Kioto. Esto posibilitaría mantener vigente el único tratado que impone objetivos obligatorios en materia de reducción de gases con efecto invernadero a unos cuarenta países industrializados, luego del primer periodo que termina a fines de 2012.
Este gesto es reclamado por los países en desarrollo, por la responsabilidad histórica de los países industrializados en el calentamiento, incluso si ese tratado cubre ahora menos del 30% de las emisiones globales, pues no fija compromisos ni a Estados unidos ni a los grandes emergentes, entre ellos China.
A cambio, Europa insiste en que haya una agenda donde figuren los principios y el calendario hacia la elaboración de un nuevo tratado que, hacia 2020, fijaría objetivos obligatorios a todos los países. "Participé en 16 de las 17 reuniones (anuales) desde el inicio de este proceso, y esta es una de los más imprevisibles haya conocido", dijo Alden Meyer, analista al grupo de reflexión estadounidense Union for Concerned Scientists.
En un campo en que la influencia es a veces proporcional a la cantidad de CO2 lanzado a la atmósfera, una inflexión de China, primer emisor mundial por delante de Estados Unidos, podría abrir el camino a un acuerdo. Una inflexión que parecen insinuar algunas declaraciones chinas esta semana en Durban.
"Se puede razonablemente esperar que China opte por una alianza con Europa, para reinyectar ambición a las negociaciones", dijo Emmanuel Guerin, que dirige el programa de energía y clima en el Iddri (Instituto francés de desarrollo durable y de relaciones internacionales). Falta saber como reaccionarán "Estados Unidos e India, que por razones diferentes, no hacen mucho por ahora", agregó.
"Nuestro objetivo en estas negociaciones no debe ser lanzar un nuevo proceso para un nuevo tratado", indicó claramente ante la prensa el sábado el jefe de la delegación india, Jayant Mauskar. A comienzos de la semana, Estados Unidos no se había mostrado muy favorable a la elaboración de esta agenda, pues considerar que "la idea de aplicar una forma a la acción antes (de definir) el contenido, no tiene mucho sentido".
"Si, el proceso es lento, frustra a mucha gente", indicó la responsable de la ONU sobre el clima, Chistiana Figueres. "Pero debe ser lento pues involucra a todos los países. Será lento, pero será eficaz", agregó, mientras miles de personas se manifestaron el sábado en Durban a favor de que se hagan acciones "urgentes" y "equitativas".
Un informe publicado esta semana por BankTrack, una red internacional de ONG que hace un seguimiento de la actividad del sector financiero, indica que los grandes bancos del mundo prestaron, desde 2005 hasta 2010, unos 232.000 millones de euros a la industria que utiliza el carbón, una importante fuente de emisión de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases causantes del efecto invernadero.
La cartera de negocios de 93 de los principales grupos bancarios del mundo y su apoyo a 31 compañías mineras extractoras de carbón y a 40 empresas productoras de electricidad a partir de ese mineral, quedaron expuestos en el documento, titulado "Financiando el cambio climático".
Según el informe, entre 2005, cuando entró en vigor el Protocolo de Kioto para recortar las emisiones de gases, y 2010, los bancos, en su mayoría de EEUU, el Reino Unido, Alemania, Francia, Suiza, China, Italia y Japón, aportaron a esas empresas los citados 232.000 millones de euros. Los cuatro primeros bancos de la lista son los estadounidenses JP Morgan, Citi, Bank of America y Morgan Stanley, precisa el informe.