La isla española de El Hierro, la más pequeña del archipiélago de Canarias, tuvo por siglos una reputación enigmática entre navegantes e historiadores. Mientras los más antiguos creían que estas islas eran las cumbres de las montañas de la mítica Atlántida, en el siglo II, el geógrafo Ptolomeo estableció que el meridiano cero pasaba por el actual faro de Orchilla, en el extremo occidental de la isla. Por eso, hasta su descubrimiento en el siglo XV, fue el más alejado referente del mundo conocido.
Hoy alberga una población de 10.700 personas que hasta hace unas décadas y debido al aislamiento, preferían viajar a Venezuela y no a Europa, cuando períodos de hambruna azotaban la isla. Pese a ello, la riqueza de flora y fauna de El Hierro la han convertido en un próspero centro turístico. El gran problema, que se repite en todas las islas del mundo, es que tanto su población local como los 60 mil visitantes que llegan cada año, dependen de 40 mil barriles de petróleo que cada año son transportados vía marítima, para generar la energía necesaria para hogares y locales comerciales.
Una realidad que cambiará radicalmente en 2012, cuando El Hierro se convierta en la primera isla del mundo que será totalmente autosuficiente en términos energéticos, produciendo toda su electricidad a partir de fuentes renovables, como el viento y el agua. Después de todo, la isla experimenta cerca de tres mil horas anuales de fuertes vientos que circulan a través de su escarpada geografía y que permitirán activar una instalación eólica que producirá el 80% de la energía requerida, mientras el 20% restante será aportado por recolectores térmicos solares.
La iniciativa -implementada por el consorcio Gorona del Viento El Hierro y cuyo costo es de 87 millones de dólares, la mitad del cual es aportado por el gobierno- no sólo permitirá evitar el gasto de cuatro millones de dólares que se invierten al año en comprar las seis mil toneladas de petróleo. También se generarán cuatro millones de euros en ganancias, provenientes de la venta de electricidad a las personas y, de paso, se reducirán las emisiones de CO2 en 18.000 toneladas.
Peter Sweatman, jefe ejecutivo de Climate Strategy -consultora de inversiones especializada en cambio climático y que opera en Madrid-, explica a La Tercera que El Hierro "ha encontrado una forma de proveer electricidad de forma sustentable y a precios razonables mediante la combinación de recursos hídricos, eólicos y solares locales. La clave es la combinación del bombeo de agua con el viento y los recursos solares, almacenando energía para cuando estas últimas dos fuentes no logren satisfacer toda la demanda. A medida que los precios de los combustibles fósiles suban, éste es claramente un modelo a seguir".
Un proyecto ambicioso
Según explicó Tomás Padrón, líder del consejo de la isla y director de Gorona del Viento El Hierro, al diario Le Monde, la iniciativa se gestó hace dos décadas y luego de años de negociaciones hoy es una realidad. Hoy ya se fabrica la granja eólica de cinco turbinas en el extremo noreste de la isla, cerca de Valverde, el principal centro urbano.
La instalación generará 11,5 megawatts de electricidad al año, cifra que corresponde a dos veces y media las necesidades energéticas de El Hierro. Parte de esta electricidad irá a la red y el resto será usado para operar una planta desalinizadora de agua y llenar una represa de 150.000 metros cúbicos cercana a la bahía. La energía elevará el agua hacia un depósito mayor, ubicado a 700 metros de altura, dentro de una caldera extinta de un volcán.
Si el viento decae, el agua será liberada desde el depósito para activar seis turbinas hidráulicas que generan 11,3 megavatios. Al combinar agua y viento -más el uso de energía solar-, las energías limpias crean una fuente continua de electricidad. Incluso, si el viento desapareciera totalmente la isla podría operar sin problemas por 2,5 días.
Sweatman agrega que la parte más delicada del proyecto será la operación de las aspas de las turbinas de viento, ya que "deberán ser transportadas e instaladas sin ningún error. Sin embargo, con la propagación de este tipo de tecnología hay bastante experiencia en este campo". Debido al estatus de reserva de la biosfera de El Hierro, dado por Unesco en 2000, la granja eólica debió construirse en un lugar que no interfiriera con la vista del paisaje y todas las cañerías fueron instaladas bajo tierra o fueron pintadas para camuflarse con la vegetación.
La construcción de las instalaciones está casi lista y tras una fase de prueba a fines de 2011, el sistema estará totalmente operativo en 2012. Pero los planes de las autoridades locales van más allá: el siguiente paso es reemplazar los 6.000 autos de El Hierro con modelos eléctricos, para lo cual se deberán invertir otros 65 millones de euros en terminales de recarga y subsidios para la compra.
El potencial del proyecto está generando interés en otros lugares, como la isla griega de Ikaria, donde ya se construye un modelo eólico-hídrico basado en El Hierro. "Esta iniciativa va a poder ser replicada, en primer lugar, en otras islas y a medida que el sistema mejora su aplicación podría expandirse a otros territorios. Muchos clichés sobre la energía renovable se romperán una vez que este proyecto sea probado y que los costos vayan cayendo", agrega Tomás Padrón.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.