Según ha explicado el director de este organismo autonómico, Eliseo Diéguez, se analizará la autonomía de los vehículos –en tramos urbanos, de carretera y mixtos–, el tiempo que necesitan para recargar, la potencia que adquieren, la vida útil de su batería y los costes de mantenimiento.
Una vez redactado el estudio, tal y como ha avanzado en rueda de prensa, se presentarán a la población a través de jornadas en las que se podrán probar los vehículos, campañas de sensibilización, cursos de conducción eficiente y exposiciones itinerantes. El objetivo de esta iniciativa es superar el "gran desconocimiento" de la ciudadanía al respecto.
Por el momento, los datos que maneja el Inega revelan que el coche eléctrico consume casi diez veces menos que uno a gasóleo o gasolina. Diéguez ha apuntado que un vehículo con un motor de combustión interna requiere ocho litros de combustible para recorrer 100 kilómetros en zona urbana –unos 10,5 euros–, mientras que el eléctrico gastaría 15 kilowatios, con un coste de 1,05 euros. "Es una diferencia muy sustancial", ha observado.
Otra de las ventajas directas para el comprador es que su mantenimiento es "más barato", ya que, por ejemplo, se elimina el coste del aceite. Además, la duración de la batería es de 1.500 ciclos de recarga, lo que supone un total de 27 años con una media de uso de 30 kilómetros al día –si se carga entre la 1.00 y las 7.00 horas, el kilowatio tiene un coste de siete céntimos–.
La recarga, que confiere unos 250 kilómetros de autonomía, tiene una duración de "entre seis y ocho horas" a través de un enchufe normal; si bien este tiempo puede reducirse a "entre 20 y 30 minutos" con un trifásico. Alcanza un 70 por ciento de su carga en "unos siete o diez minutos".
En el lado opuesto, Diéguez no ha obviado que el coste de este tipo de vehículos es muy superior, entre "dos y tres veces más" que uno de similar categoría con motor de combustión interna. Se debe al coste de las baterías y a que la fabricación de estos coches es "prácticamente artesanal", de modo que ha augurado que la diferencia de precio se reducirá cuando comiencen a fabricarse también en cadena debido a la exigencia del mercado.
Por otra parte, el director del Inega ha destacado que el vehículo eléctrico contribuirá a reducir las emisiones, tanto contaminantes como acústicas; y que hará lo propio en lo relativo a la dependencia energética de España en cuanto a combustibles fósiles.
De igual forma, supondrá una mejora en el aprovechamiento de las instalaciones eléctricas existentes. Y, dado que Galicia es exportadora de energía y una de las comunidades con mayor consumo de renovables, el fomento del vehículo eléctrico representará, a juicio de Diéguez, "una oportunidad para el posible almacenamiento de energías como la eólica".
Tras plantear que las administraciones tienen que tener un "carácter ejemplarizante", Diéguez ha aseverado que los coches eléctricos "se irán incorporando" al parque móvil de la Xunta a medida que haya "disponibilidad" de modelos y de puntos de recarga.
Por el momento, el Gobierno gallego ofrece ayudas para su compra, de hasta 7.000 euros; además de subvenciones para la instalación de puntos de recarga.
Al hilo de ello, preguntado al respecto, Eliseo Diéguez ha señalado que la Xunta está "esperando la respuesta" de Mitsubishi sobre la instalación de su planta de baterías en Galicia, algo que sería "muy importante" para el proyecto de fomento de los vehículos eléctricos. En el acto se han presentado las bicicletas eléctricas, con un coste de entre 600 y 1.700 euros y una autonomía de 40 kilómetros. Para su adquisición, no obstante, no existen ayudas del Ejecutivo gallego.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
