La Canciller alemana Angela Merkel ha hecho de los vehículos eléctricos y la movilidad eléctrica una cuestión de estado y espera conseguir que un millón de coches eléctricos circulen por las calles alemanas antes de 2020. Opel ya ha dado el primer paso en este sentido y comenzará a suministrar los primeros automóviles eléctricos este mismo año. Al contrario que los demás fabricantes alemanes, la filial de GM ofrece el modelo Ampera para cualquier tipo de cliente, incluidos los de a pie.
Durante el primer año completo de producción Opel ha logrado vender aproximadamente 10.000 automóviles eléctricos en Alemania y, según su portavoz, el Sr. Patrick Munsch, ya son más de 5.000 las reservas recibidas.
A la vista del número de matriculaciones de automóviles en todo el mundo, ya iba siendo hora. Según Opel, en 2010 se matricularon 900 millones de automóviles en todo el mundo, mientras que en 2020 se estima que sean 1.100 millones. Después del Ampera, la casa bávara prevé lanzar el siguiente automóvil eléctrico, un pequeño utilitario impulsado por baterías para la ciudad, en 2013. El Ampera, en cambio, tiene todo lo que hay que tener para ser un automóvil apto para la vida cotidiana.
El corazón de su grupo propulsor lo componen dos eficientes motores eléctricos que desarrollan conjuntamente una potencia de 150 CV e impulsan al Ampera hasta los 160 km/h. La capacidad de la batería es suficiente para disfrutar de autonomías de hasta 60 kilómetros, si bien dependiendo del tipo de trayecto y del modo de conducción también es posible lograr autonomías de 80 kilómetros. Utilizado como automóvil familiar, el Ampera también puede subsistir algunos días tan sólo con la batería antes de que tener que cargarlo de nuevo durante unas 4 horas en el enchufe de casa de 230 V.
Además, el coche eléctrico Ampera también puede recorrer trayectos más amplios en modo 100% eléctrico. Gracias a su función «Range Extender», la batería también recibe corriente en movimiento y mientras el coche está en marcha. Para ello cuenta con un motor de gasolina de 4 cilindros convencional que no hace otra cosa que cargar la batería a través de un generador. Este propulsor de 86 CV ronronea de forma tan silenciosa que resulta prácticamente inaudible y, además, casi ni se percibe como un motor de combustión.
Durante nuestra primera toma de contacto larga con una unidad de preserie, la aptitud para la vida cotidiana de este concepto tan avanzado son convenció sin lugar a dudas. Por este motivo, no podemos por menos que mencionar las escasas limitaciones que presenta el Ampera en comparación, por ejemplo, con un automóvil compacto o una berlina de clase media. En primer lugar, llama la atención el espacio limitado disponible a la altura de la cabeza, algo de lo que tiene la culpa la excelente aerodinámica del vehículo. En segundo lugar, el plano de carga se sitúa a una altura de 84 centímetros. Y, para concluir, el maletero ofrece una capacidad de tan sólo 310 litros. No obstante, con el respaldo del banco trasero abatido ésta puede llegar a alcanzar los 590 litros (borde inferior de la línea de la ventanilla) o los 1.000 litros, mientras que la carga útil asciende a escasos 270 kilos.
El habitáculo también se puede considerar todo un éxito. Dos grandes pantallas informan a los ocupantes acerca de la velocidad, el consumo, el nivel de carga, el modo de conducción y, por supuesto (aunque de forma opcional), acerca de la canción que está sonando desde el disco duro de 30 GB o de la ruta que nos muestra el sistema de navegación almacenado en los otros 30 GB. Como consecuencia de todo ello, el Ampera prescinde de complementos obsoletos como el velocímetro, el tacómetro o el indicador de la temperatura del aceite.
A quienes no les importen este tipo de cosas dispondrán de un cuatro plazas de alta calidad, con la ventaja adicional de emitir tan sólo 40 g de CO2 por kilómetro recorrido.
En un principio, hablar de emisiones de CO2 en el caso de un automóvil eléctrico parece una contradicción. Sin embargo, aparte de que en la valoración oficial de los automóviles eléctricos no se incluye el balance de CO2 de la producción de electricidad, debemos reconocer que los demás vehículos eléctricos presentados hasta ahora no son tan eficientes o aptos para la vida cotidiana. Visto de este modo, a día de hoy los 40 g de CO2 del Ampera no tienen competencia.
El hecho de que su peso en vacío (1,7 toneladas) no suponga ningún obstáculo para una conducción realmente rápida, sino que gracias a su cómodo y sólido comportamiento en carretera efectivamente uno tiene la sensación de conducir un vehículo dos clases superior, se puede considerar una ventaja más. Y además debemos tener en cuenta que (según el fabricante) su consumo homologado es de 1,6 litros a los 100 km. Este confortable comportamiento en circulación no se ve mermado por los neumáticos de baja resistencia optimizados en cuanto a su coeficiente de fricción. Aparte de por un ruido de rodadura perceptible, estas gomas llaman la atención por su convincente confort de rodadura que armoniza a la perfección con la conseguida configuración del chasis.
Con una autonomía de más de 500 kilómetros por depósito de combustible, ya no hay nada que impida disfrutar de unas vacaciones «eléctricas» en familia. El consumo homologado es una cosa y las indicaciones del ordenador de a bordo otra, y en el caso del Ampera esto alcanza un nivel de detalle sorprendente. Con la batería completamente cargada y un trayecto mixto (zona residencial, carretera nacional y autopista), así como acelerones intermedios bastante absurdos, la pantalla central indicaba un consumo de 2,88 litros de gasolina tras un recorrido exacto de 100 km. En este sentido, el 58,6% del trayecto se realizó en modo 100% eléctrico, mientras que el 41,4% restante con la ayuda de la función «Range Extender». La batería nos proporcionó 10,1 kilovatios/hora. En otro escenario, es decir, con un uso forzado de la función «Range Extender» (pese a tener la batería cargada), el consumo medio fue de 5,3 litros. Esto quiere decir que, en un uso diario –con trayectos largos incluidos–, parece que las cifras de consumo más realistas se situarán entre los tres y los cuatro litros. Una prueba más detallada servirá para confirmar esta afirmación.
Dos aspectos importantes a la hora de adquirir un automóvil son los costes de mantenimiento y la fiabilidad. En funcionamiento, el Ampera ahorrará aproximadamente la mitad de los gastos de mantenimiento en comparación con un automóvil de combustión convencional. Además, no dispone de caja de cambios y, gracias a la enorme recuperación de la energía de frenado, los frenos están sometidos a un desgaste mucho menor. La propia casa ofrece una garantía de ocho años o 160.000 kilómetros para la batería.
Además, los clientes del Ampera en Alemania podrán adquirir corriente libre de CO2 en condiciones más ventajosas y hacer uso de una línea exclusiva de atención al cliente 24×7. Y, por supuesto, también se ha anunciado la futura disponibilidad de una aplicación para el iPhone.
Con el Ampera Opel ha logrado un gran éxito. El concepto de «Range Extender» del automóvil eléctrico convence no sólo por el hecho de que resulta prácticamente imperceptible en su funcionamiento, sino porque con este automóvil eléctrico se puede llegar tan lejos como estaciones de servicio haya por el camino. Por unos 43.000 euros existen otros automóviles más grandes y más rápidos. Sin embargo, no existe ningún coche que con 40 g de CO2 por kilómetro recorrido ofrezca tantas ventajas y pueda ser utilizado por toda la familia.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.