Primas y energías renovables según el Ministerio de Industria

La eólica terrestre podrá funcionar sin primas en 2017, tres años después de lo que el Ministerio de Industria había señalado en el borrador preliminar del Plan de Energías Renovables (PER) 2011-2020. La nueva versión del PER, que se ha publicado para consulta pública, retrasa tres años la posibilidad de que esta fuente de energía renovable pueda entrar sin subvenciones, a precios de mercado eléctrico, y fija para 2020 este objetivo en eólica marina y entre 2023 y 2024 para la fotovoltaica y la energía solar termoeléctrica.

Estos cambios se deben a una revisión al alza en los escenarios de costes para diseñar este plan. Con las nuevas cifras se eleva también, un 23 %, la partida prevista para primas a las energías renovables hasta 2020: desde 18.818 a 23.235 millones de euros. Así, el total de costes del plan sube en un porcentaje similar, hasta los 24.539 millones, y el sobrecoste acumulado hasta 2020 que supondrán las energías renovables al sistema eléctrico un 24,8 % hasta los 6.275 millones.

El nuevo borrador del plan mantiene objetivos por fuentes para 2020: 7.250 megavatios (MW) de energía solar fotovoltaica, frente a los 3.787 MW al cierre de 2010; 4.800 MW de energía solar termoléctrica (632 MW en 2010); y 35.000 MW eólicos (20.744 MW al cierre del año pasado).

Asimismo se plantea dar entrada a la eólica marina con solo 750 MW. El documento mantiene la partida de inversiones que conllevará el plan, 62.797 millones de euros, y eleva los ahorros para el sistema: 29.085 millones gracias a las reducciones de importaciones en gas natural, gasóleo, gasolina y menores emisiones de C02.

Se elevan también las previsiones de creación de empleos vinculados al plan hasta los 287.513 puestos de trabajo y se mantiene que aporte 33.607 millones al Producto Interior Bruto (PIB). El documento del Plan de Energías Renovables está en consulta pública y los interesados tendrán 45 días para presentar comentario al mismo.

La fotovoltaica será competitiva en 2024, un año después de lo previsto inicialmente, y la termosolar lo hará en 2026. La geotermia y la biomasa podrán competir en el mercado sin necesidad de primas a partir de 2024 y 2027, respectivamente. El borrador mantiene el escenario de eficiencia energética adicional y elimina las referencias del texto inicial a la revisión de las previsiones en función de las variaciones en los precios del crudo y del gas. Junto a esto, el nuevo PER eleva de 200.000 a 290.000 la previsión de empleo ‘verde’ y elimina el cupo para los incentivos al calor renovable, pero lo sustituye por el establecimiento de mecanismos suficientes para acotar su desarrollo.

La Fundación Renovables considera que el nuevo objetivo de empleo incluye "diferencias abultadas que no se explican en el documento pero que dejan claro que en el análisis de los beneficios de las renovables, la creación de empleo constituye una oportunidad que por sí sola justificaría objetivos mucho más ambiciosos".

Por otro lado, insiste en que la actual redacción del plan sopone un retraso en el desarrollo de las energías renovables durante los próximos diez años y en que los cambios introducidos son "contradictorios". Según dice, "hay algunas variaciones dignas de consideración que reflejan cierto empeño reiterado en frenar el crecimiento de las renovables hasta después de 2020", entre ellas la de aplazar la fecha de inicio de competitividad de las distintas tecnologías.

La Fundación Renovables advierte de que "la idea de que hay renovables buenas y renovables malas es un mensaje implícito tanto en el cuadro de fechas de competitividad por tecnologías como en el análisis de costes". Además, destaca que el nuevo texto incrementa el potencial de ahorro acumulado de emisiones de CO2 gracias al consuno de renovables, que se eleva de 167 millones de toneladas a más de 170 en 2020, lo que, a su juicio, "vuelve a poner de manifiesto la contradicción de cómo las renovables, creando más empleo y riqueza y ahorrando más emisiones contaminantes a la atmósfera, ven frenado el ritmo de su crecimiento y desarrollo".

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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