Después de analizar la información disponible, estas grupos han pedido a la Comisión Europea que abra una investigación al respecto. Según ellos, las irregularidades podrían tener su origen en que los datos que España envía cada año a Europa se basan únicamente en las estadísticas de las entidades que se encargan de la recogida selectiva de residuos (Sistemas Integrados de Gestión de Residuos, SIG), como Ecoembes y Ecovidrio. "En la mayoría de casos estos datos no se pueden contrastar, ya que las administraciones responsables no disponen de información suficiente", dice Víctor Mitjans, de Ecologistes de Catalunya.
Los grupos ecologistas apuntan que España incumple las metas europeas sobre reciclado de envases. La directiva obliga que se recicle al menos un 22,5% de los envases de plástico, pero según estas organizaciones en el año 2008 sólo se alcanzó un 19,43% (en tanto que los datos oficiales recogen un 24,5%, un porcentaje solo ligeramente algo superior al listón europeo).
De la misma manera, según el mismo informe, no se alcanza el mínimo aprovechamiento de vidrio. La meta europea lo sitúa en un 60%, pero, según ellos, sólo se recicla el 53,7% (mientras que los datos oficiales registran el 60% necesasrio).
El balance total de los diferentes modos de envases (incluyendo también papel y cartón y metales) es negativo. Se debería reciclar un 55%, pero sólo se alcanza un 53% (y un 59% según los datos oficiales).
Los grupos ecologistas se muestran especialmente críticos sobre los niveles de reciclado de plásticos, y niegan que se alcance el listón europeo (el 22.5%), Alegan que los materiales plásticos realmente reaprovechados como materias primas en otras otras industrias son inferiores a lo que indican los datos oficiales, pues hay muchas mermas en las plantas recicladorass. "Alrededor de un 25% de lo que entra en las plantas de reciclaje no se llegan a reciclar, pero están contabilizando como matariales reciclados en las estadísticas que se mandan a Europa", dice Víctor Mitjans. Además, hay materiales que no podrán ser reciclados por no tratarse realmente de envases (concretamente entre el 2% de los materiales en los contenedores de vidrio o papel y el 25% recogido en los contenedores de envases ligeros).
Los ecologistas también denuncias otras irregularidades en las toneladas declaradas. Así, España computa como envases materiales que no lo son, como papel o periódicos. También se contabiliza como envases recuperados todos los metales de las escorias de la incineración, cuando es imposible diferenciarlos después de la combustión. "Y puede darse la paradoja de que incluso se hayan llegado a contabilizar como envases materiales que no lo son, algunos de los procedentes de los recuperadores tradicionales, como son chatarreros", dice Víctor Mitjans.
Ecoembes, el sistema integrado que gestiona los envases de plástico, admite que hay un 10% de fraude. Ese es el porcentaje de fabricantes que pone en el mercado envases sin el punto verde, es decir, sin el gravamen (ligero encarecimiento) que permite diferenciar a los productos envasados que tienen un sobrecoste para pagar el reciclado posterior. Esos ingresos son enviados a los ayuantamientos para instalar contenedores amarillos para recoger estos envases y llevarlos a las plantas de reciclado. En la práctica, otros sectores estiman que el fraude en el punto verde es muy superior.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.