Los vientos más poderosos del mundo circulan por las corrientes de chorro, que se encuentran a alturas de entre 6,5 y 16 kilómetros por encima del suelo y llevan vientos que regularmente superan los 160 kilómetros por hora. Con el tiempo, el sueño es aprovechar las corrientes de chorro, pero las compañías de Estados Unidos se concentran por ahora en los vientos por debajo de una altura máxima de 600 metros, pues por arriba de ese nivel hay complejas restricciones aéreas federales.
Adam Rein, cofundador de la compañía Altaeros Energies, con sede en Boston, dijo que su compañía calcula que los vientos a los 600 metros son hasta dos veces y media más fuertes que los que puede alcanzar una turbina típica de tierra, de 100 metros. Los promotores de los aerogeneradores de gran altitud dicen que sus turbinaseólicas, pequeñas y ligeras, serán mucho más baratas de construir y desplegar que los actuales generadores eólicos de grandes aspas y cuyas torres tienen bases que deben anclarse en tierra o el fondo del mar.
Esos ahorros significarían electricidad barata. Con un uso a gran escala, los promotores de estas tecnologías contemplan precios que van desde algo parecido a los actuales generadores eólicos de tierra, de 9 a 10 céntimos de dólar por kilovatio-hora, hasta un costo sorprendentemente bajo de 2 centavos de dólar por kilovatio-hora.
Mantener este tipo de turbinas en operación de forma autónoma durante largos períodos en medio de un clima cambiante puede ser su obstáculo más grande, dijo Fort Felker, del Laboratorio Nacional de Energías Renovables.
"Hay razones poderosas para permanecer en el aire tanto como sea posible", dijo. "¿Qué hacer cuando viene una tormenta? ¿Se recupera (el dispositivo)? ¿Se mantiene en tierra? … ¿Cómo operar en el mundo real?", se preguntó.
La firma Makani Power, de Alameda, California, está desarrollando una especie de "cometa" similar a un parapente con cuatro rotores de alta velocidad. La electricidad generada baja por la correa que lo sujeta a tierra.
Un computador a bordo mueve la cometa en un círculo amplio, imitando la ruta de la punta del aspa gigantesca de una turbina eólica.
Eso permite que el dispositivo interactúe con una zona más grande, aumentando la cantidad de energía que puede capturar, de la misma manera en que aumentar el tamaño de una vela aumenta la velocidad potencial de un velero, dijo Damon Vander Lind, ingeniero en jefe de Makani.
El cometa también puede permanecer volando en medio de vientos fuertes y bajar a tierra cuando haya pocos vientos, dijo Vander Lind. El prototipo de turbina eólica de la firma Sky WindPower tiene cuatro rotores, cada uno de casi 11 metros de diámetro, que transmite la electricidad por la correa.
PJ Shepard, un miembro de la empresa con sede en Oroville, California, dijo que está construido para flotar. Aunque sus turbinas pueden girar más rápido que el viento al aprovechar los vientos cruzados, no puede volar tan alto, dijo.
Altaeros está desarrollando una turbina estacionaria en el interior de un velo lleno de helio de 18 metros de altura, que actúa como un embudo de viento. Dispositivos similares tipo dirigibles, llamados aerostatos, han sido utilizados para mantener equipo pesado en el aire, como radares de vigilancia del gobierno que alcanzan alturas de hasta 4.600 metros por encima de las fronteras de Estados Unidos.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.