Se trata de un incremento del 5% respecto al récord anterior que era del 2008, cuando se alcanzaron niveles de 29,3 Gt. Los datos publicados este lunes por la AIE en su sitio web, muestran también un complejo panorama hacia futuro. El 80% de las emisiones del sector de la energía proyectadas para el 2020, ya proceden de las centrales que están actualmente en marcha o en construcción hoy en día.
La mayoría de estas centrales eléctricas queman combustibles fósiles, y según la AIE, es poco probable que salgan de servicio en forma anticipada. Las emisiones del sector eléctrico aportan 13.7Gt. De este total cerca de 11.2Gt viene de las estaciones actuales
La AIE ha calculado que para escapar de los efectos más perjudiciales del calentamiento global – esto es, evitar un aumento de las temperaturas mayor de 2ºC – las emisiones anuales provenientes de la generación de energía no deben ser más de 32Gt para 2020. Si las emisiones en 2011 aumentan en la medida en que lo hicieron en 2010, ese límite se superaría nueve años antes de lo previsto, por lo que expertos advierten que sería casi imposible mantener el calentamiento global en un grado manejable.
"Este importante aumento de las emisiones de CO2 representa un serio revés para las esperanzas de limitar el aumento global de la temperatura a no más de 2ºC", afirma el doctor Fatih Birol, economista jefe de la AIE, en un artículo publicado la revista World Energy Outlook.
"Nuestros más recientes estimados son una llamada de atención. El mundo se encuentra muy cerca del nivel de emisiones al que no se debe llegar hasta el 2020 si se quiere alcanzar la meta de los 2°C". "Dada la poca capacidad de maniobra que nos queda, a menos que los gobiernos tomen decisiones audaces y decisivas muy pronto, será muy difícil tener éxito en la consecución de este objetivo mundial acordado en Cancún", agrega Biron en el comunicado de la AIE.
Los líderes mundiales acordaron el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 2°C en las conversaciones de la ONU sobre cambio climático en Cancún en 2010.
De continuar el patrón actual, "habría alrededor de un 50% de probabilidad de un aumento de la temperatura mundial promedio de más de 4ºC para el año 2100 ", le dijo al diario británico The Guardian el profesor Nicholas Stern, de la London School of Economics. La relación directa entre desarrollo económico y emisiones de gases de efecto invernadero parece no haberse roto.
Mientras que la AIE estima que el 40% de las emisiones globales en 2010 fueron provenientes de países desarrollados, estos sólo fueron responsables del 25% del crecimiento de las emisiones en comparación con 2009.
En cambio, en los países en vías de desarrollo encabezados por China e India, se observó un aumento mucho más fuerte en las emisiones debido su crecimiento económico acelerado, asegura el comunicado de la AIE. Sin embargo, David King, ex asesor científico para el gobierno británico citado por el diario The Guardian, recuerda que "los países occidentales sólo han logrado reducir las emisiones ya que dependen de las importaciones procedentes de países como China".
En cuanto a los combustibles, el 44% de las emisiones estimadas de CO2 en 2010 llegó a partir del carbón, el 36% del petróleo, y el 20% del gas natural. Otro factor que podría contribuir al futuro aumento de las emisiones es la crisis en la industria de la energía nuclear tras el terremoto de Japón.
Los expertos de la AIE esperaban un pequeño aumento en las emisiones de CO2 ya que las economías se han recuperado tras la crisis de 2008, pero la magnitud del incremento ha conmocionado a muchos. La organización advirtió que si el aumento de las temperaturas globales sobrepasa los 2ºC, la vida de millones de personas se vería afectada, provocando migraciones masivas y conflictos.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.