Precisamente en la sesión plenaria del Congreso de los Diputados del pasado tres de Mayo, el grupo parlamentario socialista presentó una proposición no de Ley que resultó aprobada por unanimidad en la que en líneas generales se instaba al Gobierno a desarrollar la estrategia integral para el impulso del vehículo eléctrico en España a través del Plan de acción vigente con una serie de medidas concretas. En primer lugar con la puesta en marcha de un sistema económico con el que se gestionen las ayudas a particulares y a empresas para la adquisición de vehículos eléctricos que actualmente se encuentra en borrador. En segundo lugar, para poner en marcha los desarrollos normativos para la definición de una nueva legislación en lo que se refiere a la recarga energética. En tercer lugar, para apoyar las actuaciones de fabricantes de automóviles y componentes de automoción. En cuarto lugar, el establecimiento de líneas que refuercen la I+D+i asociadas al vehículo eléctrico y en último lugar continuar diseñando actuaciones con el objeto de atraer inversiones relacionadas con el vehículo eléctrico e impulsar y fomentar los acuerdos internacionales.
Debemos destacar que el sector de la automoción tiene un peso importante en la economía española; actualmente genera 300.000 empleos, que pueden verse modificados en términos de estabilidad laboral y también en términos de cualificación profesional si conseguimos la introducción del coche eléctrico en nuestra flota de automoción. Por ello constituyó un avance notable la elaboración de un memorándum por parte de todos los sectores vinculados a esta materia, en el que participaron el conjunto de empresas y agentes que tienen una relación directa con el futuro del sector, para que se concluyera la elaboración de la estrategia de apoyo al vehículo eléctrico, que se deriva a su vez en dos planes de acción sucesivos: el Plan de acción de 2010 a 2012 en el que nos encontramos en curso y el Plan de acción de 2012 a 2014.
Sirva como datos referenciales el que la empresa Renault empezará a producir en Valladolid este año un modelo eléctrico con una previsión de 20.000 unidades anuales y una inversión de unos 80 millones de euros. Por otro lado, la empresa Ford ha anunciado la producción en Valencia del Ford Focus C-Max híbrido e híbrido enchufable, con una inversión asociada de más de 30 millones de euros. Otros fabricantes de Seat, Daimler y el grupo PSA han anunciado futuras inversiones. Referirnos a tantas y tantas otras empresas productores de vehículos como Toyota, Hiundai o las diferentes europeas nos llevaría a una larga descripción con la que concluiríamos que estamos ante un proceso espectacular.
Tenemos la más absoluta convicción de que lo que se ha definido como electrificación de la demanda de combustible de automoción, es ya un camino sin retorno y la plasmación concreta más clara de la firme apuesta de la humanidad por la reducción progresiva del empleo de combustibles fósiles en la lucha contra el calentamiento global. Así lo explicitan las diferentes iniciativas legislativas de corte europeo, fundamentalmente la Directiva 2009/28 CEE, sobre fomento del uso de las energías procedentes de fuentes renovables y el reglamento 443/2009 relativo al estándar de emisiones para vehículos nuevos de pasajeros.
En España el Plan "movele" ha consistido en un programa con el que se pretendía fomentar la movilidad eléctrica mediante la comercialización de 2000 vehículos de este tipo entre los años 2009 y 2010, actualmente desarrollado de forma parcial dado que solamente se ha conseguido poner la mitad en circulación. Pero ello deriva de varias circunstancias. Hoy en día ningún estudioso del tema pone en tela de juicio los beneficios que ofrece en términos de eficiencia energética el vehículo eléctrico lo que es prácticamente el doble frente a la del vehículo dotado con motor de combustión interna convencional amén de lo que significa de reducción en la emisión de gases de efecto invernadero por kilómetro; justificando todo ello la firme apuesta en el posicionamiento a favor de la promoción del vehículo eléctrico como una prioridad de la política energética y de la política de I+D+i en España.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
José Segura, Diputado socialista en el Congreso