De acuerdo con el estudio Energía Renovable para la ‘Generación de Electricidad en América Latina: Mercado, Tecnologías y Perspectivas’, elaborado por Gilberto Jannuzzi, especialista de la Universidad de Cambridge, México se encuentra detrás de Brasil y Argentina en la materia.
En la actualidad, indica, las modalidades de producción de electricidad a raíz de fuentes renovables – exceptuando las grandes centrales hidroeléctricas- representan entre 2.5 y 5% de la capacidad instalada en los países estudiados: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, México, Venezuela y América Central como subregión.
Según el informe Panorama General de la Energía Eólica de México 2011, elaborado por la Asociación Mexicana de Energía Eólica, el potencial del recurso eólico en el país alcanza los 40.000 MW, de los cuales 10.000 provendrían sólo del estado de Oaxaca (suroeste del istmo). A finales de 2010, el país contaba con una potencia instalada de 519 MW y en proyecto otros 665 MW.
En un radio de ocho kilómetros de este estado de Oaxaca, cuatro parques eólicos, entre ellos el más grande de América Latina, sumarán a finales de año 557 MW. Con una media de 4.000 horas de viento al año, y teniendo en cuenta que en España los parques de la compañía disfrutan de unas 2.500, el precio de la electricidad generada es casi la mitad, ya que no es la intensidad sino la constancia del flujo de aire entre los océanos lo que abarata los costes. Eurus, el primer parque eólico, lleva en funcionamiento desde hace un año y medio y con una potencia instalada de 250,5 MW abastece un 25 por ciento de la energía requerida por Cemex.
En el caso de México, anota, el desarrollo de la capacidad de generación de energía renovable se basó tradicionalmente en las grandes hidroeléctricas, aunque el crecimiento de la capacidad eléctrica en los últimos 20 años se sustentó en centrales de ciclo combinado, que funcionan con combustibles fósiles. Actualmente, destaca, surgió un claro interés en promover la generación de energía renovable, particularmente la eólica.
Sin embargo, las proyecciones de aprovechamiento de la biomasa siguen siendo limitadas – de alrededor de 100 megavatios-, cuando pudieran ser mucho más. La capacidad instalada estimada para las centrales de servicio público que operan con energía renovable estaría compuesta principalmente por pequeñas centrales hidroeléctricas, parques eólicos y centrales geotérmicas.
El estudio promovido por la Iniciativa Internacional de la Energía (IEI, por sus siglas en inglés) enfatiza que el lento avance en la introducción de energías renovables ha frenado los esfuerzos de México por reducir sus emisiones contaminantes. Los hidrocarburos, detalla, aportan casi tres cuartas partes de la oferta de energía primaria. En tanto los parques eólicos y las centrales geotérmicas representan el 3.1%.
El resto corresponde a las hidroeléctricas y la central nuclear de Laguna Verde.
Las estimaciones del gobierno mexicano indican que la generación de electricidad tendría que crecer a un ritmo de 4,1% anual para satisfacer la demanda. Januzzi consideró que lograr esa tasa de crecimiento no será posible a raíz de las fuentes no renovables de energía.
Subrayó que México es junto con Brasil, Argentina y Chile, uno de los países de la región con más potencial de generación de energía renovable. Para aprovecharlo, destacó, requiere poner en juego más incentivos. “Hay varias iniciativas legales y reglamentarias, pero no las suficientes como para crear incentivos financieros y otros mecanismos de mercado para aumentar el uso de energías renovables”, explicó.
En Brasil, refirió, los proyectos de producción de energía de fuentes no renovables se han visto facilitados por la posibilidad que se ofrece a las empresas de integrarse directamente a la red eléctrica sin tener que cumplir un requisito de autoabastecimiento. “Brasil va a la cabeza de las regulaciones para promover energías renovables. Representa el 71% de todo el potencial de la región y México sólo el 9%”, anotó Jannuzzi en conferencia transmitida por internet desde Bruselas.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.