Sin embargo, el acceso a estos datos no aporta conocimiento e incluso puede que confunda al lector ingenuo. Por supuesto, facilita el acceso a datos técnicos y podremos entender lo que tecnológicamente representa un vehículo eléctrico, lo que es capaz, sus prestaciones y sus limitaciones. También esta información puede, aunque con más dificultad, dar pistas sobre algunas ventajas medioambientales o energéticas inherentes a su utilización. Pero a menudo algunas descripciones de estas ventajas se ven contradichas por otros documentos que ponen en solfa estos posibles impactos positivos. En muchas ocasiones, ninguno de los dos puntos de vista, aunque contradictorios, es poseedor de toda la verdad ya que depende de las hipótesis de entorno que han servido de base al análisis. A modo de ejemplo, no es lo mismo el impacto de emisiones de CO2 en España con un mix elevado de renovables, que permite tener unas emisiones de gases de efecto invernadero limitadas para generar electricidad, que el que pueden tener en otros países donde el carbón sigue siendo la fuente principal de sus centrales térmicas de generación.
Por ello, la información disponible puede facilitar datos tecnológicos, pero es casi imposible tener una visión clara de los retos e impactos que podría tener una introducción generalizada de esta nueva tecnología. En definitiva, la simple recopilación de información no sirve para entender qué es un vehículo eléctrico. Es necesario adquirir un cierto conocimiento: necesidad de formación que ha sido claramente resaltada por la propia estrategia integral de impulso al vehículo eléctrico en España que presentó la necesidad de formación como un punto clave para el desarrollo del vehículo eléctrico.
Este aprendizaje es primordial para poder analizar y comprender las variables que pueden influir en el desarrollo e implantación de este nuevo sistema de propulsión.
En este sentido, el programa ejecutivo desarrollado por la Escuela de Organización Industrial EOI sobre el vehículo eléctrico: ‘retos y nuevos modelos de negocio’ pretende dar a conocer en qué consiste un vehículo eléctrico pero igualmente, teniendo en cuenta su carácter holístico, tiene como objetivo explicitar la situación y perspectiva de los sectores afines al V.E, todo ello con el fin de comprender el porqué de la apuesta de algunos gobiernos, fabricantes de vehículos, empresas energéticas o relacionadas con las TICs. Además, el programa diseñado profundiza en el análisis de los retos y oportunidades, teniendo en cuenta las variables que podrían facilitar o mermar el despliegue del vehículo eléctrico como las políticas de impulso, la evolución tecnológica o las nuevas regulaciones, tanto a nivel nacional como en otros países.
Ya están apareciendo algunos nuevos modelos de negocio que pretenden facilitar esta introducción del vehículo eléctrico, como formas innovadoras de comercializar a través de un alquiler parcial (de la batería), nuevos conceptos de movilidad pagando por kilómetros recorridos o nuevos servicios de gestión de la recarga eléctrica.
El aprendizaje permite facilitar el diseño de nuevas ideas, y acotar los riesgos que podrían frenar la puesta en marcha de estas ideas, porque partimos de una visión clara de los factores claves de desarrollo del vehículo eléctrico.
En definitiva, si queremos convertirnos en actores claves de nuevas estrategias empresariales, nuevos modelos de negocio y nuevos proyectos entorno al vehículo eléctrico, ya ha llegado el tiempo de aprender para emprender!
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.