En los alrededores de la central de Fukushima la radiación supera en 4.385 veces el límite legal, superando a la cifra récord de 3.355 veces registrada ayer en muestras de agua a 330 metros al sur de un desagüe cercano a los reactores 1 a 4 de la central nuclear. Una nueva muestra tomada en un túnel subterráneo en el exterior de una turbina del reactor 1 señala que los niveles de radiación son 10.000 veces superiores a lo normal, según ha informado la empresa operadora Tokio Electric Power Co (Tepco).
La falta de democracia y el ataque a la libertad de expresión llega al extremo de censurar "Los Simpson". El canal privado ProSieben, que tiene la propiedad de Los Simpson, ha eliminado las burlas de la serie, a propósito de la central nuclear en la que trajina Homer. Austria y Suiza se han adelantado para tomar medidas, según informa "The Hollywood Reporter".
La televisión austriaca ORF ha rechazado dos capítulos enteros de su programación, el titulado "Marge tiene trabajo", en el que Marie y Pierre Curie agonizan envenenados por la radiación y el titulado "Un día en el que no puedo ver a mi hermana", en el que se burlan sobre una crisis nuclear. La televisión estatal helvética SF también ha resuelto concluir la cuestión excluyendo, de su programación, cualquier capítulo, de la familia amarilla, que se refiera a la seguridad nuclear.
Edmund Lengfelder, director y fundador del Instituto Radiológico Otto Hug de Munich, no lo podía decir más claro: "La fusión se produjo hace tiempo. Eso se deduce de la emisión de radionucleidos. Una vez se ha desencadeando, el enfriamiento no es posible y la fusión continuará por mucho tiempo", dice Lengfelder en declaraciones a la radio pública Deutschlandfunk. Los esfuerzos realizados por detener la fusión enfriando el reactor nuclear, primero con agua de mar y luego con agua dulce, son, tarea inútil.
La edición online de la revista alemana Focus, cita declaraciones del biólogo experto en radiaciones Edmund Lengfelder, según el cual la actual situación de Fukushima puede ser peor a la del desastre nuclear de Chernóbil (hace 25 años), debido a que Japón es un territorio densamente poblado.
"Solo sirven para exponer a los trabajadores que envían allá. Están intentando frenar algo que no puede ser frenado. En cambio, lo que me parece urgente es la evacuación de la población en un radio de 50 kilómetros o más", dice. Pero no lo harán porque sale muy caro, y prefieren que la población se contamine y muera lentamente de cáncer. En base a datos actuales, Edmund Lengfelder, de la dirección de la Sociedad de Protección contra la Radiación, parte del hecho de que “ya está teniendo lugar una fusión de núcleo en Fukushima I”, como lo dijo a la emisora alemana DLF.
El agua sirve de poco, afirma Edmund Lengfelder. Incluso el recurso de echar plomo boro y arena sobre los reactores, como se hizo en Chernóbil, le parece poco útil. Lo más importante que hay que evitar es la exposición de la población a la radiación, y eso se consigue evacuando.
El Instituto Radiológico de Munich se creó como consecuencia del accidente de Chernóbil (abril de 1986), en el que Lengfelder, condecorado en Bielorrusia y profesor honorífico de la Universidad de Minsk, estuvo muy implicado. Preguntado si hay que abandonar los reactores accidentados a su suerte, Lemgfelder explica que la fusión del reactor acaba llegando a un punto muerto, cuando el metal fundido de las barras de combustible y las cubiertas, mezclado con la arena, los materiales del suelo del sustrato y el hormigón del edificio del reactor, se convierten en una amalgama que pasados los años se enfría. Respecto a la duración de la emisión radiactiva, el experto cree que continuará hasta que las instalaciones se cubran.
"El problema seguirá allí mientras los reactores no sean recubiertos por un sarcófago, como se hizo en Chernóbil, o por una enorme montaña de arena. Y mientras la liberación de gases no se detenga, habrá una mayor emisión de radiactividad y de exposición para la población", advierte.
En el momento actual, las consecuencias para el medio ambiente son secundarias, dice. "En primer lugar hay que proteger a la población, luego habrá que ver la magnitud y extensión del daño, y qué territorio habrá que cerrar. Como en Chernóbil, habrá que delimitar una amplia zona de exclusión. Respecto a la valoración de la actuación de las autoridades japonesas, Lemgfelder es muy crítico. "En comparación, los soviéticos actuaron de forma más consistente, porque evacuaron mucho más rápido una amplia zona". "La gestión de la crisis no ha sido buena ni digna de confianza", sentencia.
"Por supuesto, los japoneses tienen el problema adicional de que la densidad de población del lugar es veinte veces mayor que en Chernóbil. Además, tienen la destrucción de infraestructura ocasionada por el terremoto, y esto es un reto que desborda incluso a un país tecnológicamente tan desarrollado como Japón", dice.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.