La sociedad española cada vez más exige un modelo energético sostenible, en el que se garantice el suministro, se disponga de fuentes competitivas y se respete el medio ambiente. Para ello, es necesario que todas las tecnologías y fuentes energéticas se consideren para disponer de un sistema eléctrico potente y equilibrado.
Es fundamental tener un “mix” energético en el que participen las distintas fuentes energéticas, sin preponderancia de unas sobre otras. Conseguir un “mix” equilibrado es la apuesta más razonable para poder tener un modelo energético que garantice el suministro.
El carbón debe estar en la dieta energética, porque es el único combustible fósil autóctono del que disponemos en abundancia, para más de 150 años. Debe estar como garantía de abastecimiento y mantener un mínimo de producción que permita tener nuestras minas abiertas, y si las cosas se dieran mal en un futuro, poder incrementar la producción de carbón que fuese necesaria. Así se determinó en el libro blanco de la Energía dirigido por la Comisaria (ya fallecida) Loyola de Palacio.
La energía nuclear no se debería reducir, porque forma parte de la estructura básica del sistema, y cualquier cambio afectaría enormemente al coste de la energía. Las operaciones de las centrales nucleares no deben limitarse a 40 años, sino a lo que decida el órgano regulador (Consejo de Seguridad de Nuclear), que es el responsable de la vigilancia de este tipo de energía. Las cuestiones ideológicas deben estar al margen y deben prevalecer los aspectos técnicos, tecnológicos y de seguridad.
Además urge que se continúe con la investigación geológica que llevó hace años a cabo ENRESA, que permita ubicar un Almacén Centralizado Definitivo, en un lugar geológicamente estable y que sea el depósito último y estable de los residuos radioactivos de alta intensidad. Esto son decisiones técnicas de las que los geólogos sabemos y conocemos bastante, y no deben estar intervenidas ni mediatizadas por criterios de oportunidad política.
Las energías renovables deben seguir siendo complementarias con la estructura general del sector eléctrico, pero en ningún caso pueden generar un coste en subvenciones similar al que ha ocurrido en años recientes, que suponga una elevación del coste de generación del kilovatio.
Porque no hay que olvidar, que las energías renovables, fotovoltaica, solar y eólica no están en funcionamiento todas las 24 horas, y están sometidas a vaivenes climáticos que hacen de estos recursos una acción inestable en el tiempo y frecuentes perturbaciones en la Red Eléctrica.
Las centrales de ciclo combinado (gas) deben permanecer por el tiempo que corresponda, pero el gas está vinculado al precio de los hidrocarburos líquidos. Lo que hace que en el futuro puedan ser muy elevados los costes de generación de electricidad con esta energía por gas, por lo que no parece probable que se instalen en un futuro más centrales de generación de este tipo.
El agua tiene su cuota de generación ligada a la estacionalidad y a los años de pluviosidad importante, aminorándose en años de sequía como es lógico. Por la regulación de embalses y pantanos que tiene nuestro país es poco probable que se hagan más instalaciones hidráulicas de generación, por lo que hay que mantenerlas en estado óptimo.
No obstante no estaría de más que el Gobierno de la nación, del signo político que sea, pensase que el agua (combustible de estas centrales a coste cero) es de todos los españoles y se debería poner algún canon a quien se aprovecha de este agua para generar electricidad y cobrarla, sin pagar por este combustible nada (agua) y que es de todos los españoles.
Una de las energías del futuro, que hoy es la gran olvidada es la Geotermia, por la que se debe de apostar sin reservas en el “mix” energético español. Hay dos aspectos importantes de la geotermia a tener en cuenta, uno es la geotermia somera o de baja entalpía que puede facilitar calor, agua caliente sanitaria y aire acondicionado, de forma muy eficiente y abaratando costes energéticos.
Es una energía que funciona las 24 horas, que es autóctona, inagotable (es el calor de la tierra), y su coste es cero. La inversión necesaria a realizar se amortiza en un plazo de 6 a 8 años como máximo para un periodo de duración de más de 50 años. Reduce absolutamente las emisiones de CO2 a la atmósfera, es renovable y sostenible.
El otro gran aspecto de la geotermia, es la geotermia de alta entalpía o profunda. Esta energía sirve para producir energía eléctrica. Los usos de los recursos estudiados por la geotermia profunda se centran principalmente en la generación eléctrica y la producción de calor directo en función del nivel energético del foco disponible.
En todos estos ámbitos mencionados, la geotermia profunda entra en clara competencia con otros tipos de energías tanto fósiles como otras energías renovables. Su principal ventaja y diferencia es que se trata de una energía de carácter autóctono que favorece la reducción del grado de dependencia del sector energético exterior.
Esta circunstancia, teniendo en cuenta los tiempos que corren, se erige como el factor fundamental para potenciar el uso de la geotermia. El desarrollo tecnológico alcanzado en las plantas de generación geotérmica, con ciclos binarios donde se utilizan líquidos cuya volatilidad es inferior a 90º, abre unas enormes perspectivas para la generación eléctrica con geotermia y que hay que impulsar en nuestro país, como está ocurriendo en todos los países desarrollados (EE.UU., Alemania, Suecia, Méjico, etc..).
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Luis Suárez, presidente del Colegio de Geólogos/ Rafael Varea, responsable de política energética / Las Palmas de Gran Canaria. www.canarias7.es/