Según Kuga Iwata, una encuesta telefónica inicial a los 119 miembros de la Asociación –empresas y municipios relacionados con la energía del viento– todas las instalaciones eólicas en el país siguen en funcionamiento tras el desastre. “En nuestra historia, los terremotos y los tsunamis son muy comunes, así que estamos preparados”, ha asegurado Iwata en una entrevista por correo electrónico. Japón tiene 2.304 MW eólicos instalados, después de añadir 221 MW en 2010.
“El área en ruinas se limita a la zona norte de Japón”, continuó Iwata. “Tokio no sufrió ningún daño, a excepción de los cortes temporales de electricidad”. La empresa EcoPower, que opera más de 109 parques eólicos en todo Japón, sobre todo en las zonas costeras, informó que sus operaciones sí se paralizaron durante el terremoto, pero pasado ese momento todos sus parques eólicos han sido considerados seguros. “Poco a poco iremos operando todas las plantas con normalidad y nos gustaría contribuir a resolver los problemas actuales que sufre el país”, ha señalado la empresa en un comunicado.
Japan Wind Development Company, el tercer generador de energía eólica del país, ha dicho que sus parques no sufrieron daños durante el terremoto y que también ha verificado la seguridad de todos sus empleados. La compañía también confirmó que sigue adelante con su proyecto de demostración de redes inteligentes, una inversión de 1.200 millones de dólares en Rokkasho, en Aomori, al norte de Japón.
El proyecto explora formas de aumentar la eficiencia y el ahorro de energía a través de la implementación de redes inteligentes en zonas urbanas. Se está llevando a cabo en colaboración con Toyota, Hitachi y Panasonic. “Estamos trabajando sin problemas”, ha dicho la compañía en un comunicado. El mensaje principal que quiere transmitir el sector eólico japonés es el de resistencia a las adversidades.
“Estamos bien. Japón va a sobrevivir y superaremos esta situación. Después del desastre, invertiremos más en el desarrollo de las energías renovables”, asegura Kuga Iwata.
Las empresas de energía solar, poco afectadas
Yurika Fujimoto, de la Corporación Mitsubishi Electric, ha señalado que su fábrica de células fotovoltaicas, situada al sur, en Nagano, y su planta de módulos, ubicada en Kioto, estaban muy lejos del epicentro del terremoto. “No hay daños significativos ni entre los empleados ni en las instalaciones”, ha dicho Fujimoto.
Seis días después del terremoto, Solar Frontier sigue centrándose en la seguridad de sus empleados pero continúan las operaciones normales en sus instalaciones. Un grupo de trabajo de respuesta rápida de la empresa sigue constantemente las condiciones cambiantes en todo el país. Mientras que las operaciones en las fábricas de la compañía se mantienen con normalidad, las tareas de I+D en su Centro de Investigación de Atsugi está sufriendo los constantes cortes de luz. “Pero esto no tiene impacto directo en las operaciones comerciales”, asegura la empresa.
Las exportaciones tampoco se han visto afectadas. Pero no se puede decir lo mismo de la distribución de equipos y componentes dentro del propio Japón. Los esfuerzos se centran ahora en el importante envío de equipos de socorro para las zonas más afectadas por el terremoto y el tsunami.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
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