Perdón por la ironía porque detrás hay un drama de cientos de miles de personas pero la respuesta de una buena parte de la opinión publicada en nuestro país provoca tanta indignación como hilaridad. Cuando uno cree que su capacidad de sorpresa ya está de vuelta siempre la estulticia, el sectarismo y la ignorancia pueden volver a sacudirnos para cuestionarnos si puede ser real lo que estamos escuchando y leyendo. Desde el primer “experto nuclear” que apareció la noche del viernes en una pantalla de televisión diciendo que en ningún caso iba a suceder lo que inexorablemente ha ido ocurriendo a continuación el desfile de despropósitos, palos de ciego, falsedades ha sido continuo. Al que se atreve a decir que sus ojos están viendo que el rey está desnudo, es decir, que las centrales están fuera de control, le acusan de zafio oportunista. —“Oiga, es que hay una explosión detrás de otra”; —“No, mire usted, las centrales han aguantado muy bien el terremoto luego ha venido lo del tsunami pero eso no cuenta.”
Y así decenas de tertulianos, decenas de expertos, decenas de políticos que se atan una piedra al tobillo para asegurarse bien de hundirse como capitanes de un barco en el que no se les ha perdido nada. Y en esto llegó Esperanza para asegurar que “si resiste (la central) el mayor terremoto de la Historia es que la energía nuclear es más segura incluso de lo que pensábamos”. Con la tranquilidad de saber de energía tanto como su consejero de transportes de cómo se mueven los madrileños, la Presidenta de la Comunidad de Madrid se convierte en analista de costes y afirma con rotundidad que “un megawatio (se olvida la “h” que corresponde a la energía generada) producido con energía eléctrica (se refiera a la nuclear) cuesta seis euros, con petróleo y gas 60, con energía eólica 90 y si su origen es fotovoltaico 230 euros”. No ha acertado ni una, ni por aproximación.
Primera conclusión: según los datos de la brillante analista, dado que el pasado año las centrales nucleares generaron 61.944.000 MWh (Datos REE) y cobraron de media 37 €/MWh (Datos OMEL) deducimos que obtuvieron 2.291 M€ y si, como dice Esperanza, en realidad solo tuvieron de coste 371 M€, las matemáticas indicarían que han obtenido unos beneficios de 1.920 M€ para las empresas titulares, algo más de un 520% de margen. ¡Y el Gobierno subiendo el recibo de la luz! Sí, las empresas eléctricas ganan mucho dinero con sus viejas centrales nucleares pero su entusiasta fan les está haciendo un flaco favor exagerando lo que son ya unos escandalosos beneficios. Si leyera algunos análisis serios se enteraría de que la producción de una central nuclear de nueva construcción no bajará nunca de los 75/80 €/MWh. Si hubiera consultado las fuentes oportunas sabría además que la eólica cobró en 2010, no 90 €/MWh como dice, si no 76,89 €/MWh las instalaciones acogidas al RD 661 y 72,42 €/MWh las acogidas al RD 436, y así sucesivamente.
Después de la negación del “metrobús”, Esperanza ha dejado pequeña la “metedura de pata” de su consejero con su particular tergiversación de la realidad energética. Es solo una anécdota pero refleja perfectamente la falsedad que domina desde hace tiempo el debate energético y que se consolida como una verdad incuestionable para buena parte de la opinión pública. Lamentablemente la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no tiene el monopolio de la ignorancia en materia energética y lamentablemente a la ignorancia de tantos se suma la desfachatez de otros que irresponsablemente quitan importancia al drama al que estamos asistiendo.
Sí, el “metrobús” existe y lo usan cientos de miles de personas todos los días y sí, lo quieran o no, en las centrales nucleares se producen accidentes. La realidad es así. Cientos de miles de japoneses lo pueden confirmar.
Sergio de Otto ha escrito 3 EQUOlumnas: Soy periodista y después de casi veinte años incordiando en distintas redacciones, desde hace más de diez trabajo en el mundo de las energías renovables, primero como Director de Comunicacón de la Asociación de Productores de Energías Renovables-APPA, luego como consultor en energías renovables, y en la actualidad como Director de Relaciones Externas de la Asociación Empresarial Eólica. He sido también Director de Comunicación del Congreso Nacional de Medio Ambiente y mi penúltima aventura es contribuir a la puesta en marcha de la Fundación Renovables, un movimiento ciudadano que quiere meter prisa en la imperiosa tarea de cambiar el modelo energético. En eso estamos.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
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