"Estamos hablando de Apocalipsis, y creo que la palabra está bien elegida," dijo el comisario ante una comisión del Parlamento Europeo en Bruselas. "Casi todo está fuera de control", añadió. "No descarto que las peores horas y días estén por venir".
Desde el terremoto y el tsunami del pasado viernes, se han sucedido varios accidentes graves en diferentes reactores nucleares de Fukushima. Esta secuencia de daños alimenta los temores de contaminación radiactiva en el archipiélago, así como en países vecinos como Rusia o China.
El director general de Energía Nuclear de la OCDE, Luis Echavarri, reconoce tabién que la situación en Japón, tras la explosión de los reactores de la central nuclear de de Fukushima 1, es "francamente mala", aunque afirma que "hay que esperar que haya una evolución positiva", ya que las autoridades japonesas y los operadores de la central nuclear "hacen todo lo posible" para controlar la situación.
Aal ser preguntado por la reacción en Europa, ha indicado que "las revisiones de las centrales nucleares europeas se hacen continuamente por parte de los organismos independientes de regulación", como es el caso del Consejo de Seguridad Nuclear. En cualquier caso, entiende que "en una situación como ésta, teniendo en cuenta lo que ha pasado en Japón", las autoridades políticas insistan en una revisión exhaustiva de las centrales nucleares.
El portavoz de la Sociedad Nuclear Española, Eugeni Vives, en una entrevista a la Cadena Cope, ha alertado de que "una persona que vive en el entorno local de la central podría recoger en seis o diez minutos la radiación de todo un año".
En este sentido, ha concretado que "la radiactividad es algo que, en principio, cuando sale de la central, se queda esparcido en el espacio inmediato", normalmente en un distancia de unos 30 kilómetros del foco emisor, por lo que es importante recalcar que "las consecuencias se van a ven alteradas en función de la distancia". Así, ha concluido que "hay que hacer un seguimiento", puesto que con los datos que se tienen hasta el momento "no se puede hacer una previsión".
La canciller alemana, Angela Merkel, anunció hoy la paralización de las siete plantas atómicas mas antiguas de Alemania, mientras dure la moratoria de tres meses para verificar la seguridad de las centrales nucleares del país.
La desconexión afecta a "aquellas plantas que fueron construidas antes de 1980" y las de construcción posterior podrán continuar funcionando con normalidad mientras dure la moratoria de tres meses, dijo Merkel.
El anuncio se produjo tras una reunión con los jefes de gobierno de los cinco estados federados con plantas nucleares -todos ellos de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel- y los ministros de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, y Economía, Reiner Brüderle, en la Cancillería Federal.
La desconexión de la red afecta a un total de siete reactores de los 17 que funcionan actualmente en Alemania, en concreto los de Unterweser, Biblis A y B, Philipsburg I, Isar I, Neckarwestheim I y Brunsbüttel.
Asimismo no retornará a la red en los próximos tres meses la planta nuclear de Krümmel, construida en 1983, pero que actualmente se encuentra paralizada tras sufrir varias averías.
Merkel anunció que el próximo martes volverá a reunirse el mismo grupo de políticos para definir con mayor precisión la moratoria anunciada ayer y analizar de nuevo la situación.
Los acontecimientos en Japón suponen "un corte en la historia del mundo tecnificado" y las fugas radiactivas como consecuencia del terremoto y posterior tsunami han mostrado que "la energía atómica no está preparada para hacer frente a la violencia natural", declaró la canciller.
El titular alemán de Economía reconoció que el cierre, por ahora temporal, de las citadas plantas podría afectar a los precios de la energía, mientras su compañero de Medio Ambiente subrayó que la medida es de carácter "preventivo" y producto de la actuación del Estado y no se basa en compromisos contractuales.
Por su parte, el jefe del Gobierno del septentrional Estado de Schleswig-Holstein, Peter-Harry Carstensen, señaló que dos de los tres reactores de su territorio se verán afectados por la desconexión y que ninguno de ellos volverá a la red si no existe una absoluta seguridad sobre su funcionamiento.
El sistema de contención del reactor número 2 de la central nuclear de Fukushima "ya no es estanco", declaró hoy en París el presidente de la Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN) de Francia, André-Claude Lacoste.
"Está absolutamente claro que estamos en el nivel 6 del INES (Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos, INES, por sus siglas en inglés), aseguró Lacoste a la prensa en la capital gala en relación con la situación de esa central tras el terremoto de la semana pasada.
"Es decir, entre Three Mile Island y Chernóbil", agregó el alto funcionario francés en alusión a los accidentes de esas centrales en EEUU y Ucrania y afirmó: "no se sabe hasta qué punto el sistema de contención está dañado", pero aseguró que éste "ya no es estanco".
Según un comunicado de la ASN, el 2 es el reactor que suscita "mayores preocupaciones" y cuyo núcleo "se ha fundido parcialmente"; añade que en él se produjeron "dos explosiones sucesivas, a las 06:10 y 10:00 horas locales".
Estas explosiones, sigue la ASN, "probablemente han causado una degradación del sistema de contención; ese es el origen del aumento significativo de residuos radiactivos detectados".
La autoridad francesa recuerda además que ese reactor se paró automáticamente cuando se produjo el terremoto y que "no se enfrió durante varias horas".
"Es evidentemente una catástrofe", declaró Lacoste, quien se pronunciaba después de que el propio Gobierno galo considerara que el riesgo por el accidente nuclear en Japón es "extremadamente elevado".
Así lo afirmó el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, quien dijo que los últimos datos procedentes de aquella central nuclear japonesa afectada por el terremoto de la semana pasada parecen conducir a una "catástrofe nuclear". El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, que como el resto de sus homólogos del G8 ayer recibió explicaciones del responsable diplomático japonés, estimó a partir de esas informaciones en una entrevista a la emisora de radio ‘Europe 1’ que "la situación es extremadamente grave" y que "el riesgo es por tanto extremadamente elevado".
Juppé dijo que el titular japonés de Exteriores "naturalmente está inquieto" por lo que ocurre, y recordó que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) "está movilizado", al igual que los expertos franceses.
En otra entrevista a la radio ‘RTL’, el titular francés de Industria, Éric Besson, reconoció que "puede haber una catástrofe nuclear, pero no estamos en el escenario de Chernóbil" y que por las informaciones recibidas desde el fin de semana "parece que vamos a eso".
Besson explicó que una situación catastrófica se daría si la cobertura del núcleo del reactor se quebrara y admitió que "parece que vamos por ese camino". La ministra francesa de Ecología, Nathalie Kosciusko-Morizet, indicó que el Gobierno va a organizar una "reunión de crisis" sobre la crisis nuclear que afecta a Japón "desde que sea posible".
Juppé admitió que "hace falta un debate sobre la seguridad nuclear", pero a continuación puntualizó que "decirles a los franceses que se va a salir de la energía nuclear es mentirles" porque el país "no puede prescindir durante los próximos decenios".
Argumentó que aunque hay que dar un impulso a las energías renovables como "estamos haciendo", estas fuentes representarán como máximo un 20 % en los próximos años. En la actualidad, los 58 reactores nucleares franceses generan en torno al 80 % de la electricidad del país.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.