"El concepto de la SwissWaterKiosk es el uso de tecnologías sostenibles para la desinfección de agua. Nuestro objetivo principal es dar acceso al agua potable a las personas que carecen de ella", dice Lars Konersmann, líder del proyecto, a swissinfo.ch.
El sistema utiliza la tecnología térmica solar para calentar el agua. Los investigadores han demostrado que el agua no tiene que ser calentada a 100 grados centígrados para matar a todos los agentes patógenos, dijo Konersmann.
De hecho, 75 ° C durante cinco minutos bastan para purificar el líquido. Pero el modelo desarrollado por los suizos opta por la seguridad y recomienda por ello calentar el agua hasta 80° C. "Cuanto más baja sea la temperatura, podemos ser más eficientes y producir más agua potable con la misma inversión o material", dijo Konersmann.
El sistema puede potabilizar 500 litros de agua al día con un desembolso inicial de $ 500 (SFr. 482) por aparato, lo que los científicos consideran un precio similar a otros sistemas.
El pabellón está diseñado para el uso a nivel comunitario antes que en los hogares, con un empresario local a cargo de la producción y distribución de agua. El líquido puede ser vendido a un bajo costo como un servicio a la comunidad o distribuirse gratuitamente, por ejemplo en las escuelas y hospitales.
Konersmann dice que la principal ventaja en comparación con otras tecnologías es que el pabellón es de fácil mantenimiento y funciona eficazmente, lo que es importante para la aplicación de tecnología en los países en desarrollo. “Ya que el proceso de tratamiento del agua es el mismo que hervirla, la tecnología también es fácil de comprender y de muy buena aceptación", añade.
La segunda fase del proyecto piloto, después de una primera fase para comprobar la tecnología, es la evaluación de los aspectos sociales, especialmente los diferentes modelos de operación. Las pruebas se ejecutan en tres países hasta fines de este año.
El proyecto en Bangladesh, con sede en Dhaka, ha demostrado que la tecnología no es ideal para espacios urbanos, donde ya existen grandes sistemas centrales de tratamiento de aguas que son más económicos y eficientes. Sin embargo, ha habido comentarios positivos de las zonas rurales y semiurbanas de África.
Escuelas y otros espacios
La organización no gubernamental suiza Helvetas ejecuta dos pequeños proyectos piloto al norte de Mozambique, donde desde hace años participa activamente en el tema del acceso al agua y saneamiento. En marzo se instalarán otros cinco sistemas.
"Los primeros sistemas funcionan en escuelas y vamos a instalar otros para probarlos en diferentes contextos, como centros de salud, más escuelas, también en establecimientos comerciales, como restaurantes, que están interesados en ponerlos a prueba", afirma a swissinfo.ch Kaspar Grossenbacher, coordinador del programa de Helvetas " en Mozambique.
“Pero todavía es muy temprano”, hace hincapié Grossenbacher. “Al principio los alumnos estaban un poco reacios a usar el pabellón, pero ahora toman el agua potable de allí”.
Hubo algunos problemas: el agua estaba un poco caliente o el sistema no funcionaba en los pocos días nublados que tiene la región en su período de lluvias, señala el experto. "Sin embargo lo siguen utilizando y están interesados en ampliar las cantidades", agrega.
Acceso seguro al agua
La situación de acceso al agua en esa región de Mozambique – uno de los países más pobres del mundo – es crítica, dijo Grossenbacher. Los pozos son la solución habitual.
Helvetas no contempla que el pabellón vaya a proporcionar acceso al agua potable a un conjunto de comunidades rurales, ya que estas tienen requerimientos muy amplios. La organización cree que el sistema es ideal para instituciones donde falta el agua potable.
"Es una solución específica cuyo uso estamos probando en instituciones específicas", precisa Grossenbacher.
Una idea podría ser colocar el pabellón de agua en las zonas más densamente pobladas, donde la gente viene a comprar agua potable para mantener su salud y un mínimo de bienestar. Esto es algo que tendría que probarse, asi como su concepto nuevo, indica Grossenbacher.
Konersmann apunta que el objetivo es terminar la segunda fase del proyecto piloto en los tres países con algunas historias de éxito, con miras a ampliar el sistema en estos países y otros. "El agua potable es una necesidad básica de todo ser humano", dijo. "Es la piedra angular de la calidad de vida."
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Por Isobel Leybold-Johnson, www.swissinfo.ch/