Los bosques, para las personas

España puede presumir de un tesoro forestal sin parangón que en este año Internacional de los Bosques recupera protagonismo. Bajo el lema "Los bosques, para las personas" se pretende recordar que de ellos depende gran parte de nuestra supervivencia y la de un número incalculable de especies y animales. La gestión ordenada de sus recursos, la limpieza de los montes para combatir la propagación de incendios y también para producir energías renovables, las repoblaciones certeras y el turismo controlado son algunas de las acciones que ayudarán a conservar y mejorar la salud de nuestros bosques.

Los bosques son grandes amigos del ser humano. Proporcionan oxígeno y retienen y atraen agua. Por eso, las talas de árboles incontroladas acrecentan el calentamiento global. No se trata de no cortar madera sino de saber cuál talar para que el bosque se mantenga joven. Existen varios certificados que aseguran que un determinado producto (madera, papel, setas, frutos) proviene de un bosque gestionado de forma responsable. España, con más de 18 millones de hectáreas de bosques, ocupa el tercer lugar europeo en cuanto a superficie tras Suecia y Finlandia. Sin embargo, el número de hectáreas certificadas en nuestro país no llega al 10%.

No solo las talas ilegales acrecentan la deforestación. Los incendios también provocan graves daños irreversibles: contaminan el suelo, el agua y el aire que respiramos y causan grandes pérdidas económicas. Erradicarlos del todo no es posible pero sí lo es mitigarlos. Para prevenirlos es vital crear y mantener cortafuegos, evitar las repoblaciones masivas de especies inflamables y limpiarlos de la maleza.

Las toneladas de materia orgánica que provenien de la limpieza de los bosques pueden reutilizarse para conseguir energía. En España ya existen plantas de biomasa forestal que producen electricidad gracias a la quema de la materia vegetal muerta. Ayudan a mantener sanos los bosques y evitar el desbroce masivo con el único objetivo de conseguir materia prima para obtener riqueza.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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