Las amenazas vertidas por el hijo del dictador libio Muamar el Gadafi, Saif el-Islam, contra la población en un mensaje televisado, en el que advertía del riesgo de una guerra civil si continuaban las protestas, que por el momento se han saldado con 233 muertos, no han aplacado la ira de los manifestantes que reclaman reformas democráticas en el país árabe. La revuelta en Bengasi, la segunda ciudad del país, amenaza ahora con extenderse a Trípoli, bastión de los partidarios de Gadafi.
Mientras la revuelta en las calles se encona, las críticas contra la represión ejercida por el régimen van en aumento. Mohamed Bayou, que hasta hace un mes ejercía de portavoz del Gobierno, ha dicho que el empleo de la violencia para frenar la revuelta es una decisión equivocada. En un comunicado que pone de relieve las primeras divergencias dentro de la élite gobernante en Libia, Bayou ha reclamado a Saif al-Islam Gaddafi que abra un diálogo con la oposición. "Espero que cambie su discurso y reconozca la existencia de una oposición interna. Que abra un diálogo con ellos para lograr cambios en el sistema libio", ha explicado este ex responsable.
Al discurso del hijo de Gadafi le siguieron anoche tiros y muestras de descontento en Trípoli. La cadena BBC cita testigos en Trípoli que relatan duros enfrentamientos esta madrugada entre manifestantes antigobierno y simpatizantes del dictador. Las organizaciones de derechos humanos Human Rights Watch y Amnistía Internacional están actuando de portavoz de lo que ocurre en el país, bajo un régimen dictatorial desde hace 42 años. HRW maneja la única cifra con cierta vitola de oficialidad: 233 muertos y un millar de heridos.
Una revuelta contra Gadafi parecía imposible hace unos días. Más aún que esta alcanzara Trípoli, el feudo absoluto del general. Sin embargo, se extiende la impresión de que los jóvenes han comenzado a perder el miedo al régimen y han salido a la calle. La llamada plaza Verde se ha convertido en el centro de las manifestaciones. Un millar de personas se ha reunido allí y han sido disueltas a base de gases lacrimógenos.
El levantamiento continúa sobre todo en el este del país, y Gadafi sigue reprimiéndolas con fuego de mortero y ametralladoras. Las primeras imágenes que salen del país, vídeos caseros grabados por los propios manifestantes, muestran grupos armados persiguiendo a la gente y hombres cayendo por las balas. Ayer el descontento estalló en Musratha, (340.000 habitantes), la tercera ciudad después de Trípoli y de Bengasi (epicentro de la sublevación y segunda ciudad libia, con poco más de un millón de habitantes, en el noreste). También se contagió a una importante tribu, Werfella, en un país en el que Gadafi gobierna desde hace 42 años gracias a sutiles alianzas tribales.
La sangrienta represión en Libia, uno de los más importantes productores de crudo y miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), ha desestabilizado los precios del petróleo. El crudo ha registrado fuertes alzas, de más de un dólar por barril, espoleado no sólo por la violenta represión de las protestas en Libia, sino también por los continuos disturbios en otros países árabes.
El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, se vendía en la mañana de hoy a 104,60 dólares, alcanzando su nivel más alto en dos años y medio. El precio del petróleo estadounidense del tipo de referencia West Texas Intermediate (WTI), de referencia en EEUU, subió también a 88,34 dólares.
Incrementos adicionales en los precios del crudo podrían conducir a que se intensifique la presión de venta en los mercados regionales que sólo hace poco comenzaron a recuperarse de una fuerte liquidación en las primeras semanas del 2011. Los altos precios presentarán nuevas dificultades para los Gobiernos europeos, que ya deben esforzarse por demostrar que pueden combatir eficazmente la inflación frente al alza en los precios de los alimentos.
"Estaría preocupado si los disturbios se extienden a Arabia Saudí", dijo Benson Wang de Commodity Broking Services en Sídney. Las principales Bolsas asiáticas también están resintiéndose por la represión sangrienta en Libia, que puede desestabilizar toda la región. El índice MSCI de acciones asiáticas no japonesas retrocedía un 0,5% tras reportar su mejor semana en dos meses.
Y no es sólo el petróleo. La mitad del gas natural que importa España procede de Argelia, a través de Marruecos, otros dos países sacudidos por la revuelta popular contra la corrupción, la pobreza y la falta de libertades democráticas.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no consumen petróleo ni emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.