Los lodos vegetales residuales sirven para producir biogás

Las depuradoras de la industria de transformados vegetales generan gran cantidad de lodos que plantean problemas de almacenamiento y eliminación. Gracias a un sencillo tratamiento de compostaje desarrollado por el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación (CTC), se consigue un abono que mejora la calidad del suelo y reduce el uso de fertilizantes químicos. La descomposición anaerobia de dichos lodos también permite la obtención de biogas.

El CTC de la región de Murcia, que impulsa la Consejería de Universidades, Empresa e Investigación, ha realizado con éxito el proyecto conjuntamente con el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS). Además de la utilidad de los lodos para la agricultura, la puesta en práctica de esta técnica supone el ahorro de los gastos que conlleva la gestión de los residuos, su transporte y el pago de tasas por su depósito en vertederos.

Con una normativa cada vez más exigente, la salida era buscar la degradación natural de los lodos. Mediante el compostaje, gracias a la acción del aire, la materia orgánica se sanea y se reduce el poder de fermentación y, por consiguiente, los inconvenientes sanitarios de la incorporación al suelo de los lodos. Y es que, a diferencia de los lodos procedentes de depuradoras urbanas, los de la industria de los transformados vegetales son homogéneos en su composición, no poseen contaminantes como los propios materiales pesados, ni compuestos naturales de naturaleza tóxica.

El proyecto, subvencionado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, también contempla poner en valor estos lodos para obtener biogás. En este caso a través de un proceso conocido como digestión anaerobia. Es decir, mediante la descomposición de la materia orgánica en ausencia de oxígeno. Se lleva a cabo en fermentadores y es un proceso económicamente rentable ya que, al tiempo que reduce el volumen de residuos, a cambio se obtiene el biogás, una energía limpia capaz de generar calor o electricidad.

Precisamente, uno de los aspectos que se destaca de este estudio es el bajo coste de estos procesos, así como la posibilidad de emplear un subproducto industrial que de otra forma no tendría utilidad, y todo ello en el cumplimiento de la normativa vigente de uso agrícola en relación a la presencia de materiales pesados.

Con este tipo de estudios, el CTC pretende difundir entre las empresas del sector agroalimentario, la importancia de aplicar los avances de I+D en sus instalaciones, con el objeto de conseguir mayores beneficios para el sector y, a su vez, ser más respetuosos con el medio ambiente.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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