El uso de las fuentes renovables de energía representó un 60,9% de la totalidad de electricidad generada en Centroamérica entre los años 2008 y 2009 según un informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Según la Comisión durante el 2009 en el Istmo se generó energía eléctrica a partir de las siguientes fuentes: hidráulica (47,5%), derivados del petróleo (37,3%), geotermia (7,9%), bagazo de caña en ingenios azucareros (4,4%), carbón (1,8%) y eólica (1,1%).
“Lo anterior significa que 60,9% de la energía eléctrica inyectada a las redes de alta y media tensión del servicio público corresponde a los aportes de las fuentes renovables de energía (FRE)”, detalla el informe de la CEPAL.
El Director de la Fundación Centroamericana de Energía (BUN-CA), José María Blanco, indicó que el uso de las FRE mantiene un mercado creciente para este tipo de tecnologías.
“Para nosotros es muy satisfactorio saber que 61 por ciento de la energía de la región utiliza fuentes limpias, al igual que lo hicimos en la década de los 80s, debemos seguir por ese mismo camino para disminuir cada día más la dependencia del petróleo que se ha acelerado en las últimas dos décadas. En Centroamérica las fuentes renovables aún tienen un mercado promisorio; por ejemplo, es necesario desarrollar aún más el potencial eólico”, destacó el Director de BUN-CA.
El informe de la CEPAL indica que el desglose del uso de energías renovables está encabezado por Costa Rica donde un 95,1% de la energía eléctrica se genera con base en ese tipo de recursos. Posteriormente, aparecen Panamá (57,3%); El Salvador (57,1%); Guatemala (53,2%); Honduras (45,7%), y Nicaragua (26,5%).
La CEPAL estableció que en el año 2009 la producción de electricidad en los seis países centroamericanos ascendió a 39.114,7 GWh, cifra 0,1% inferior a la registrada en 2008.
“Esta reducción es producto de una disminución en el consumo de energía eléctrica, resultado de la contracción y desaceleración de la actividad económica experimentada en la mayor parte de los países referidos. El consumo de energía eléctrica (a nivel de alta tensión) se redujo en tres países: El Salvador (3%), Honduras (1,3%) y Costa Rica (1%), mientras que Panamá, Nicaragua y Guatemala reportaron un incremento (7,3%, 4,3% y 1% respectivamente)”, precisó la Comisión.
Para el Director de BUN-CA además de promover el uso de las FRE es necesario que en Centroamérica se dinamicen las políticas públicas que incentiven la eficiencia y el ahorro de energía mediante estrategias como campañas de educación, reemplazo obligatorio de equipos ineficientes en las instituciones públicas, así como incentivos a las industrias y comercios para la instalación de tecnologías y buenas prácticas para evitar el desperdicio.
“El desarrollo de prácticas como la instalación de bombillos ahorradores en el sector residencial de la región ha probado que rinde muy buenos resultados, tenemos que realizar mayores esfuerzos de este tipo para lograr la formación de una sólida cultura de ahorro energético en todos los sectores, empezando por el mismo sector publico”, resaltó el Director de BUN-CA.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.