El balance de 2010 para la eólica en España podría calificarse de agridulce. Según datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), se instalaron 1.515,95 megavatios (MW), un 8% más respecto a 2009. La potencia instalada a 31 de diciembre en España se situaba en 20.676,04 MW. Se lograba así el objetivo del Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010 de llegar a los 20.155 MW.
España es así el segundo país europeo con más energía eólica instalada, tras Alemania, y el cuarto del mundo. En 2010, China instaló 16.000 MW de nueva potencia de energía eólica, un 62% más que en 2009. Gracias a estos datos, superaba a Estados Unidos y se convertía en el país con más potencia de energía eólica del planeta.
La eólica lograba el 9 de noviembre su máximo histórico de producción instantánea, horaria y diaria. Con 14.962 MW generados a las 14.46 horas, fue capaz de cubrir en ese momento el 46,65% de la demanda energética española.
Sin embargo, estos datos no parecen tan buenos cuando se comparan con los de años anteriores. Según Heikki Mesa, director de Políticas Energéticas de la AEE, el pasado año ha sido complicado para el sector eólico, que ha tenido el crecimiento más lento desde 2003 en términos absolutos.
Las razones de esta ralentización son varias, según la AEE. A mediados de 2009 el Gobierno puso en marcha el Registro de Preasignación, que estableció las instalaciones renovables que reciben primas para vender su electricidad a la red a un mejor precio que los sistemas convencionales. Para 2011 y 2012 quedan pendientes de puesta en marcha inscritos en dicho Registro menos de 3.000 MW de eólica. A partir de entonces, no se conoce ni la retribución que percibirán las instalaciones ni el sistema que se utilizará.
Además de esta norma, los responsables de la AEE señalan la incertidumbre por la falta de un marco regulatorio que establezca las reglas del juego a partir de 2013 y la crisis económica. Por ello, el sector ha sufrido la suspensión de pedidos y la pérdida de puestos de trabajo (en 2009 estiman que perdieron más de 5.000 empleos).
Ventajas de la eólica en España
A pesar de estos resultados, la eólica en España es un sector importante para los consumidores, el medio ambiente y la economía. En 2010, esta energía renovable cubrió el 16,6% de la demanda eléctrica en España, según Red Eléctrica de España (REE), y se consolidó como la tercera tecnología que más aporta al sistema, tras la nuclear y los ciclos combinados. Con su capacidad instalada actual podría cubrir las necesidades de electricidad de dos tercios de los hogares españoles.
Por esta producción renovable, la eólica ha logrado en 2010 que el sector eléctrico reduzca un 26% respecto al año anterior sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). Sus defensores destacan que podría ser muy útil para hacer frente a los retos que plantea el modelo energético actual para hacer frente al cambio climático y al agotamiento de los combustibles fósiles.
La economía española también agradece el impulso del viento. Según el Estudio del impacto macroeconómico del sector eólico en España, elaborado por la consultora Deloitte, su aportación al Producto Interior Bruto (PIB) fue en 2009 de 6.197 millones de euros. En cuanto al empleo, logró 35.719 puestos de trabajo directos e indirectos (en 2008 esta cifra superaba los 40.000).
Gracias a la eólica, la economía española en 2009 se ahorró 1.541 millones de euros al sustituir las importaciones de combustibles fósiles, y 270 millones como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero evitadas. Además, el sector exportó por valor de 2.104 millones e invirtió 156 millones en I+D+i. Por ello, permite a España ser menos dependiente de los combustibles no renovables que necesita comprar en el extranjero.
La eólica en España, principales datos
Castilla y León lidera la generación eólica en España, según datos de la AEE. En 2010 instaló 917 MW, el 60% de toda la nueva potencia en el país, y alcanzó un total de 4.803 MW, gracias a sus 204 parques eólicos. Las siguientes comunidades más productoras son Castilla-La Mancha, con 3.709 MW y 121 parques, Galicia, con 3.289 MW y 150 parques, Andalucía, con 2.979 MW y 130 parques, y Aragón, con 1.764 MW y 76 parques.
Las empresas españolas promotoras de esta energía renovable presentan unos datos que las sitúan como líderes a nivel mundial. Iberdrola Renovables fue en 2010 la empresa que más potencia eólica instaló en el mundo: ofrece sus servicios en 23 países. Sus responsables pusieron en marcha 39 parques eólicos en ocho países, con una potencia total de 1.780 MW. El 60% de este total se encuentra en Estados Unidos.
Iberdrola también encabeza el ránking español, con un total de potencia instalada de 5.168 MW y una cuota de mercado del 25%. Acciona Energía, con 4.036 MW y una cuota del 19,5%, y EDPR, con 1.862 MW y una cuota del 9%, son las otras grandes empresas promotoras en España.
En cuanto a los fabricantes de aerogeneradores, Gamesa es la principal empresa, con 9.846 MW y una cuota de mercado del 47,6 %. La otra gran empresa de la fabricación de molinos eólicos es Vestas, con 3.528,72 MW y una cuota del 17,1%.
Retos de presente y futuro
La eólica encabeza la producción de energías renovables en España, y de ella depende en gran manera el cumplimiento de los objetivos exigidos por la Unión Europea. En 2020, los Países Miembros deberán producir el 20% de su energía a partir de renovables. Las previsiones del Gobierno apuntan que para esa fecha habrá en España 35.000 MW instalados de eólica terrestre y 3.000 MW de eólica marina (offshore). Para ello, los responsables de la AEE aseguran que será necesario aclarar cuanto antes la actual situación de incertidumbre.
Un desafío que frena el desarrollo de la energía eólica en todo el mundo, y por supuesto en España, es su flujo intermitente de generación a la red. El viento no sopla siempre igual y cuando se quiere. Sin embargo, como explican desde Iberdrola Gonzalo Sáenz de Miera y Miguel Muñoz Rodríguez, esta variabilidad se ve mitigada por los grandes avances producidos en la predicción de la producción y la magnitud de su variación, que se puede afrontar con cierto grado de sobrecapacidad como la del caso español. Además, los demás sistemas convencionales tampoco se escapan a este problema, como fallos en centrales convencionales o problemas de suministro de combustibles.
En cuanto a los retos concretos de la eólica española, Sáenz de Miera destaca la competitividad a nivel mundial. Según este experto, se tendrán que adoptar planteamientos mucho más proactivos de desarrollo tecnológico y reducción de costes en toda la cadena de valor, con un mayor esfuerzo en términos de I+D+i públicos y sobre todo privados.
El impacto de los aerogeneradores en su entorno es cada vez menor, según sus defensores. Su diseño permite que sean cada vez menores, y en cuanto a los efectos negativas en las aves, se acostumbran a su presencia.
La eólica marina es también otro de los desafíos del sector. Mientras en tierra firme es una de las principales potencias del mundo, España no tiene ninguna instalación de este tipo en sus aguas. Las estimaciones más optimistas señalan el periodo entre 2012 y 2014 como fechas de su posible arranque. Países como Reino Unido y Dinamarca avanzan con paso firme y ya cuentan con decenas de parques eólicos marinos y proyectos de gran potencia para los próximos años. Diversos factores económicos, medioambientales y administrativos explican este retraso.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA, www.consumer.es