El Bulli renace como fundación creativa, tecnológica y sostenible

Ante una sala atestada de prensa internacional Adriá explicaba visiblemente emocionado y flanqueado por su equipo que “El Bulli ya no será El Bulli nunca más”. Por lo menos tal y como lo conocemos. El restaurante más famoso del mundo se convierte en El Bulli Foundation.

Una fundación privada sin ánimo de lucro que se sufragará con unos fondos anuales de entre 600.000 y 800.000 euros. Dinero procedente de las otras empresas de Adriá y sus socios. Eso para abrir boca.

“El Bulli como restaurante era un concepto ya agotado. Necesitábamos arriesgarnos. Un nuevo escenario. Un nuevo proyecto”, asegura Adriá. Ferrán Adriá repite constantemente la palabra “creatividad”. “Es lo que más nos importa”, apunta. Madrid Fusión ha sido el escenario elegido para la presentación.

“No podía ser de otra forma.La puesta de largo era para el 2012 pero vamos muy adelantados. Me siento liberado así la gente sabrá que no es un farol que estamos ahí”, asegura el “alma mater” del restaurante de Roses, elegido cuatro años consecutivos como el mejor del mundo.

El Bulli Foundation se convertirá en un inmenso archivo visitable donde cabrán los documentos que recogen más de 50 años de historia.

También se transformará en un centro de creación estrechamente vinculado a las nuevas tecnologías, dónde cada día se “volcarán” en la red todas las innovaciones que surjan de las prácticas del equipo internacional, a las que tendrán acceso “todos los cocineros del mundo”.

¿Y se podrá comer?, le preguntan en la rueda de prensa. ”La comida estará ahí. Está claro. Habrá feed-back. De alguna forma llegará al público”, explica Ferrán Adriá.

Así serán las entrañas del ‘nuevo Bulli’ pero por fuera la fundación también promete sorprender. Adriá se ha rodeado de los mejores.

El arquitecto catalán Enric Ruiz capitanea la metamorfosis de un edificio que pretende fundirse con el entorno (El Parque Natural ‘Cap de Creus’). Será un complejo completamente sostenible inspirado en la naturaleza.

“Es muy importante que investigación, paisaje y arquitectura estén en equilibrio y que también estemos a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático”, cuenta el arquitecto durante la presentación.

El proyecto se presenta como un reto gigantesco. En verano el restaurante tal y como lo conocemos cerrará sus puertas. El último trimestre de 2011 comenzarán las obras. “Nunca he dicho que El Bulli pierda dinero. El Bulli cuesta dinero”, recalca Adriá, pero nuestra obligación es seguir innovando”, concluye.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

www.elbulli.com/