De este modo, Galicia se ha situado como la tercera comunidad con mayor potencia eólica, por detrás de Castilla y León (4.804 megavatios) y Castilla-La Mancha (3.709 megavatios), con 150 parques en funcionamiento.
En 2010 se instalaron 1.515,9 megavatios (MW) de potencia eólica en España, lo que supone un aumento del 8% respecto a 2009, el "crecimiento más lento desde 2003 en términos absolutos", según informó la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
La potencia instalada a finales del año pasado se situó en 20.676,04 MW, cifra ligeramente superior a la fijada en el Plan de Energías Renovables 2005-2010, que asciende a 20.155 MW.
La AEE ha atribuido la ralentización del sector al impacto de la entrada en vigor del registro de preasignación a mediados de 2009 y a la incertidumbre por la falta de un marco regulatorio que establezca las reglas del juego a partir de 2013.
La patronal eólica ha recordado que quedan pendientes de poner en marcha menos de 3.000 MW inscritos en el registro de preasignación. A partir de entonces, denuncia, no se conoce ni la retribución que percibirán las instalaciones, ni el sistema que se utilizará, "lo que frena que comience la instalación de parques eólicos de cara al futuro".
Por comunidades autónomas, Castilla y León fue, por segundo año consecutivo, la región que más energía eólica instaló en 2010, con 917 MW, el equivalente al 60,4% de toda la nueva potencia instalada en España. Le siguieron Cataluña, con 326,87 MW, y Andalucía (139,41 MW).
La patronal destacó además que durante el año pasado numerosas comunidades (Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Cataluña, Extremadura y Galicia) efectuaron concursos eólicos en 2010, adjudicando una potencia eólica superior a los 7.000 MW.
En empresas promotoras, la AEE señaló que Iberdrola Renovables continuó liderando el ránking español a finales de 2010, con un total de 5.168,50 MW de potencia, seguida de Acciona, con 4.036,82 MW.
Iberdrola Renovables fue además la que más potencia instaló en 2010, al sumar 289,22 nuevos MW. También instalaron el año pasado más de 200 MW las compañías EDPR y Govade.
Entre los fabricantes, los aerogeneradores de Gamesa sumaron 760,7 nuevos MW en 2010, manteniendo esta compañía el primer puesto de clasificación, con un total de 9.846,34 MW instalados a cierre del año pasado. En segundo lugar se sitúa Vestas (3.528,7 MW instalados) y en tercero, Alstom Wind (1.559,85 MW).
El Registro de Preasignación y la incertidumbre sobre el futuro marco regulatorio ralentizaron el sector. Es necesario contar cuanto antes con la nueva regulación para garantizar el desarrollo futuro de la industria.
El año 2010 ha sido complicado para el sector eólico, lo que se ha reflejado en una ralentización de su ritmo de crecimiento. En total, se instalaron 1.515,95 MW en España, lo que supone un aumento de la potencia instalada del 7,9% respecto al año anterior, el crecimiento más lento desde 2003 en términos absolutos. La potencia instalada a 31 de diciembre en España se situaba en 20.664,75 MW, ligeramente por encima del objetivo fijado en el Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010, de 20.155 MW.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE), que hace un seguimiento de todas las empresas del sector en España y utiliza el criterio de acta de puesta en servicio definitiva para calcular la potencia instalada, ya advirtió que en 2010 se produciría esta situación por el impacto de la entrada en vigor del Registro de Preasignación a mediados de 2009. A esta norma, se ha sumado la incertidumbre por la falta de un marco regulatorio que establezca las reglas del juego a partir de 2013 y la crisis económica, lo que ha tenido como consecuencia la suspensión de pedidos y la pérdida de empleo, fundamentalmente en el sector industrial.
Para 2011 y 2012, quedan pendientes de puesta en marcha inscritos en el Registro de Preasignación menos de 3.000 MW. A partir de entonces, no se conoce ni la retribución que percibirán las instalaciones, ni el sistema que se utilizará, lo que frena que comience la instalación de parques eólicos de cara al futuro. Esto es importante, ya que España deberá cumplir, como todos los países de la Unión Europea, el objetivo de que el 20% del consumo final de energía proceda de fuentes renovables en 2020, para lo que la eólica será fundamental. Según las previsiones enviadas por el Gobierno a Bruselas en su Plan de Acción de Energías Renovables (PANER), se espera que en 2020 haya 35.000 MW de eólica terrestre y 3.000 MW de eólica marina en España. Para cumplir estos objetivos, será necesario que se clarifique el marco regulatorio futuro del sector sin más dilación.
En 2010, Castilla y León fue, por segundo año consecutivo, la Comunidad Autónoma que más energía eólica instaló, con 917 MW, el 60,4% de toda la nueva potencia instalada en España. Le siguieron Cataluña, con 326,87 MW nuevos, y Andalucía, con 139,41 MW. De este modo, Castilla y León, continúa a la cabeza del ránking de potencia instalada por Comunidades Autónomas, seguida por Castilla-La Mancha (que instaló 6 MW en 2010) y Galicia (54,80 MW).
Numerosas comunidades (Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Cataluña, Extremadura y Galicia) realizaron concursos eólicos en 2010 y adjudicaron potencia eólica por encima de 7.000 MW. Sin embargo, en ausencia del nuevo marco regulatorio, no se sabe ni cómo ni cuándo podrá instalarse esta potencia.
En 2010, la energía eólica cubrió el 16,6% de la demanda eléctrica en España (según datos de Red Eléctrica de España) y se consolidó como la tercera tecnología que más aporta al sistema, tras la nuclear y los ciclos combinados. Gracias a la eólica, que con su capacidad instalada actual podría cubrir las necesidades de electricidad de dos tercios de los hogares españoles, el sector eléctrico redujo en 2010 sus emisiones de CO2 un 26% respecto al año anterior.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.