Motor de crecimiento económico y sector industrial de referentes internacionales, las energías renovables son consideradas por el Gobierno "un grave riesgo a corto plazo para el sistema por razones económicas y técnicas": no hay dinero para pagar lo que cuestan y su tecnología está en proceso de constante evolución. Motivos de este tipo han convertido a las energías renovables en objeto de debate durante el último año.
Arrastran el estigma de ser las principales responsables del incremento millonario del déficit tarifario que acumula el sistema español. Precisamente, este argumento ha sido esgrimido por el Gobierno, junto a la moratoria al carbón y el incremento del precio del petróleo, como el principal motivo para justificar la subida del precio del recibo de la luz (por cuarto año consecutivo, desde 2007), aunque en esta ocasión nada menos que un 10%, el mayor en casi tres décadas.
El pulso entre Sebastián y las energías renovables lleva un año abierto. En abril de 2010, el Ministerio de Industria Turismo y Comercio distribuyó un documento en el que acusaba directamente a las renovables de ser las causantes de las subidas del recibo de la luz. Este diciembre, ocho meses después, Sebastián ha aprobado una reducción de costes de la tarifa de 4.600 millones de euros, de los que más del 70% (3.300 millones) se detraen de las renovables (fotovoltaica, eólica y termosolar), tijeretazo que no ha evitado la subida de la luz un 10%.
La famosa fijación de precios finalistas, cuyo formato de subasta según las renovables es inflacionista además de poco transparente, ha contado en esta subida con las ayudas al carbón (700 millones) para 2011 y los pagos por disponibilidad de las centrales térmicas.
Esta tesis sobre la complejidad de la tarifa es avalada, entre otros, por el presidente de la CNC, Luis Berenguer, que ha llegado a afirmar que "el sistema de conformación de precios en el pool eléctrico español es un escándalo y la energía producida por las centrales amortizadas, como son las hidroeléctricas y algunas nucleares, supone llenar los bolsillos de las eléctricas en detrimento del precio que pagamos los ciudadanos". Es decir, costes de producción que todavía se repercuten en la tarifa a pesar de que por su antigüedad ya estarían amortizados
El debate público no llega, sin embargo, a este punto de detalles. Las explicaciones manejadas popularmente son mucho más sencillas y simplistas, como demostraron este jueves dirigentes del PSOE y PP, que se limitaron a lanzarse acusaciones sobre la autoría del déficit del sistema eléctrico. Mientras tanto, el encargado de justificar la medida como voz del Gobierno fue Miguel Sebastián, que restó importancia a la decisión al comparar la subida de la luz con el precio de un café al mes.
En definitiva, poca información sobre el pool eléctrico e incertidumbre para el extranjero. Según la encuesta realizada por la Asociación Empresarial Fotovoltaica (AEF) entre 80 inversores profesionales internacionales, la gran mayoría de los financieros consultados estima que conviene contratar algún tipo de seguro para seguir invirtiendo en España, lo que coincide, a su vez, con la subida de la prima de riesgo para los activos sujetos a cambios en el marco normativo.
Precisamente, este contexto crítico está dejando al sector de las energías renovables sin capacidad de acceder al mercado de la financiación, después de años de relativo dinero barato. El dinero que han disfrutado las renovables durante los últimos tres años de boom guarda una estrecha relación con el incremento experimentado por el déficit de tarifa en los ejercicios 2008/09/10, que ha superado la media anual de los 4.500 millones, hasta llegar, según las previsiones, a una deuda global del sistema es 25.000 millones de euros pendientes de titulizar para ser colocados en el mercado con el aval del Estado. Sin embargo, desde los productores verdes lanzan una pregunta al aire: ¿Si recortan las primas, causantes del déficit, por qué suben el precio de la tarifa?
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
OTR/PRESS