Vehículos eléctricos no son siempre sinónimo de energía limpia

Tal interés es en gran medida positivo, pero una serie de fenómenos recientes también demuestran que no hay una comprensión amplia entre el público sobre los vehículos eléctricos, a los cuales se asocia ciegamente con las nuevas energías y forma de ahorrar el consumo de energía.

Hay también quienes buscan copiar las prácticas de países extranjeros, sin que antes medie un estudio profundo.

La reducción de las emisiones de gases a la atmósfera está determinada ante todo por el tipo de electricidad que se utiliza. Si ésta proviene de fuentes limpias y renovables como el agua, el viento y el sol, se pueden reducir las emisiones. Pero si se acude a fuentes de energía convencionales, tales como el carbón mineral, los resultados no serán tan favorables.

Se exagera cuando se afirma que los vehículos eléctricos son el futuro de la industria. Actualmente, cerca de 80 por ciento de la electricidad de China se genera con carbón, que es sucio y aumenta las emisiones de gas de invernadero cuando se quema.

Algunos países europeos y norteamericanos se están centrando en el desarrollo de vehículos eléctricos para resolver sus demandas específicas. Por ejemplo, en Noruega, Suecia y Canadá, donde prima una estructura a base de energía hidráulica, el desarrollo de vehículos eléctricos está sustituyendo al petróleo por agua. Los vehículos eléctricos en Alemania utilizarán energías eólica y solar. No es difícil comprender que el desarrollo de los vehículos de nueva energía en China deberá adaptarse a sus condiciones nacionales, en lugar de seguir a pie juntillas las tendencias foráneas, lo cual deberá hacerse además en un período prolongado.

Los constantes apagones que se producen hoy en el país no se resolverán de la noche a la mañana, de ahí lo complicado de proporcionar una fuente de alimentación estable para los vehículos eléctricos.

Es por ello que necesitamos reflexionar cuidadosamente para diseñar un plan que garantice nuestra seguridad y la conservación de la energía, a la vez que el Gobierno controla el consumo de combustible.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

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