Portugal más que duplica el uso de este tipo de energías dentro de la Unión Europea (UE), según Eurostat, el centro estadístico. Con base a datos de 2008, el organismo indica que 23,2 por ciento de las energías utilizadas por este país son renovables, frente a 10,3 por ciento del promedio de los 27 miembros del bloque.
La supremacía en el consumo de energías limpias lo tiene Suecia (44,4 por ciento del total), seguido de Finlandia (30,5 por ciento), Letonia (29,9 por ciento) y Austria (28,5 por ciento). Pero Portugal encabeza el grupo de países donde más crece el desarrollo de la energía limpia y su meta es llegar a 31 por ciento en 2020.
Portugal ya superó hace dos años la meta global establecida por una directiva de la UE para 2020, de que las energías renovables representen 20 por ciento de su consumo.
El gobierno del socialista José Sócrates ha creado incentivos económicos y un gran despliegue publicitario para fomentar el uso de energías limpias y actualmente se registra en todo el país una proliferación de instalaciones de paneles solares fotovoltaicos en el sector residencial.
Este sustancial desarrollo interno es apoyado por condiciones naturales inmejorables, como son la abundancia de sol, viento y costas marítimas.
Pero, además, Portugal también optó por exportar tecnología fotovoltaica, eólica, hídrica, de olas oceánicas y biomasa. A comienzos de diciembre, la empresa municipal Lógica, gestora del Parque Tecnológico de Moura, y Fundación Científica y Tecnológica en Energías Renovables (FCTER), del sureño estado brasileño de Santa Catarina, firmaron un protocolo de dos años, destinado a instalar un laboratorio de energía fotovoltaica.
El municipio de Moura, en el sureste del país, dentro de la región del Alentejo, ha promovido varias iniciativas para el desarrollo de la energía solar, desde que hace cinco años su alcalde, José María Prazeres Pós-de-Mina, impulsó el proyecto de la mayor central solar del mundo.
La planta comenzó a operar hace dos años y Pós-de-Mina ya recibió por ella el premio Personaje del Año 2008, otorgado por la organización no gubernamental One World, una de las más prestigiosas internacionalmente entre las defensoras del medio ambiente. Además, dentro de Europa es calificado como "el alcalde del futuro".
Como parte del parque fue construida la Central Fotovoltaica de Amaraleja (CFA) en Baldio da Ferraría, el valle con más horas de sol de Europa: 3.000 al año.
Hasta que en 2009 fue superada por los parques fotovoltaicos españoles de Puertollano y Olmedilla de Alarcón, Amaraleja era la mayor central de su tipo del planeta.
En sus 320 hectáreas, Amaraleja produce actualmente 64 megavatios a través de 2.520 seguidores de trayectoria solar que sostienen 262 módulos con 268.000 paneles fotovoltaicos, que arrojan 93 gigavatios /hora de energía por año, suficientes para suministrar electricidad a 30.000 hogares.
"Cuando se construyen grandes centrales de producción de energía, se abre la posibilidad para negociar algo más", dijo a IPS el ingeniero Helder Guia, responsable del proyecto Sunflower, destinado a la cooperación ambiental entre un grupo de municipios europeos.
Explicó que ese fue el caso de Moura. "Cuando se estaban concluyendo los acuerdos para la construcción de la CFA, se acordó también hacer una fábrica de paneles fotovoltaicos", detalló.
La reputación del alcalde Pos-de-Mina le significó ser invitado de honor en la Conferencia de América Latina sobre energías renovables, que se celebró entre el 18 y el 21 de noviembre de 2008 en Florianópolis, capital de Santa Catarina, que supuso el primer paso para el acuerdo suscrito ahora.
Ese acuerdo luso-brasileño tiene el objetivo de establecer la cooperación técnica, científica, tecnológica, educativa y cultural entre FCTER y Lógica, con el fin de desarrollar actividades relacionadas con la investigación e innovación en áreas de interés mutuo, en especial en el dominio de la energía solar, tanto fotovoltaica como térmica.
Estipula también la instalación de un laboratorio de energía solar fotovoltaica, equipado de manera que pueda garantizar la realización de todos los ensayos de certificación de paneles fotovoltaicos, de silicio cristalino y de célula solar de película fina.
Otro de los aspectos del acuerdo consiste en un plan de perfeccionamiento profesional, que se concretará desde 2011 e incluye el intercambio de estudiantes y técnicos brasileños y portugueses para hacer prácticas en las plantas de Lógica y en laboratorios de energía solar de entidades asociadas a la FCTER.
En este campo, Lógica anunció que va a desarrollar esfuerzos para construir en Brasil dos plantas "con capacidad para producir paneles fotovoltaicos a partir de diferentes tecnologías".
En 2020, cerca de 60 por ciento de la electricidad consumida en Portugal será producida a partir de las diversas fuentes renovables, cuando ya este año alcanza la alta cuota de 45 por ciento.
Para este propósito, contribuye la multiplicación de parques eólicos por todo el país. En diciembre de 2008, existían 2.858 megavatios de capacidad eólica instalada y al final de la próxima década, las eólicas podrán llegar a generar 8.500 megavatios, según los planes del gobierno.
Una de las obras más impactantes es el complejo de Alto Minho, en la nororiental provincia de Minho, cerca de la localidad de Viana do Castelo, que está operativo desde diciembre de 2008 y fue construido en menos de dos años, con una inversión de unos 480 millones de dólares.
El parque cuanta con 120 aerogeneradores diseminados a lo largo de 27 kilómetros con una capacidad para generar 240 megavatios, con lo que se evita la emisión anual de 370.000 toneladas de dióxido de carbono. La magnitud del proyecto lo convierte en el campo eólico de mayor potencia de Europa.
En un artículo publicado por el periódico británico The Guardian, bajo el título de "Vamos a aprender de la política energética renovable de Portugal", Syma Tariq, especialista en temas ambientales del diario, sugiere que Gran Bretaña debería seguir el ejemplo luso.
Tras reconocer que la meteorología es más favorable en Portugal, deplora que en las islas británicas "no se aproveche el área costera y el viento disponible todo el año para producir energía limpia".
"Si Portugal puede aumentar su dependencia de la energía verde de 17 a 45 por ciento en solo cinco años, nuestros líderes tienen pocas disculpas para (no lograr) un mero tres por ciento", opinó la periodista.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Por Mario de Queiroz, www.ipsnoticias.net