El presidente tiene razón, pero se equivoca, por Valeriano Ruiz Hernández

El presidente del Gobierno tiene razón en sus declaraciones hechas en la cumbre de Seúl del G-20 cuando dice que ciertos sectores de la economía (energías renovables, eficiencia energética, movilidad sostenible y rehabilitación de edificios) son los que pueden generar puestos de trabajo (un millón hasta el 2020). Yo le puedo asegurar –con datos de realidades industriales actuales- que las tecnologías solares termoeléctricas han demostrado ya desde su primera fase de desarrollo que están en camino de conseguir esos objetivos.

Un estudio muy preciso del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Life Cycle Environmental Impacts of Electricity Production by Solarthermal Power Plants in Spain) cifra en 10.000 los empleos equivalentes/año en la fase de construcción, entre directos e indirectos, a cada central de 50 MW.

Si pensamos que para el año 2013 tendremos 2.500 MW en centrales de termosolar ya aprobadas por el Ministerio -una parte de los cuales ya están en funcionamiento y otros en construcción-, se generarán aproximadamente 500.000 empleos: del orden de 250.000 empleos directos, y otros tantos indirectos. Para mí resulta evidente que el proceso no se debe parar en el 2013, sino que se debe continuar al ritmo que se decida (500 ó 1.000 MW al año, por ejemplo), con lo cual los empleos anuales totales serían del orden de 100.000 o 200.000).

Sólo con esos datos el presidente tiene razón. Incluso se ha quedado corto, como cualquiera puede comprobar sólo con hacer una multiplicación. Para 2020 tendríamos 6.000 MW y un millón doscientos mil empleos (suponiendo 500 MW cada año). Con 1.000 MW al año, serían 9.500 MW y un millón novecientos mil puestos de trabajo equivalentes. Es cierto que centrales convencionales se quedarían sin trabajo, pero sin duda serían muchos menos que los creados.

En esos números de empleos están incluidos los puestos de trabajo en las empresas que fabrican los elementos que conforman la central. Desde los helióstatos y espejos parabólicos hasta los tubos absorbedores y los receptores, pasando por las tuberías, aislamientos, intercambiadores de calor, sistemas de control y un largo etcétera.

A pesar de tener razón sobrada en sus apreciaciones, el presidente Zapatero se equivoca cuando permite que su equipo de gobierno impida de hecho esas posibilidades. Me consta que ni siquiera ha podido conseguir que se culminen los informes que le digan lo que opinan los expertos sobre el sistema energético de futuro.

Yo creo que no tiene otra opción que poner orden en el Gobierno y que sus ministros naveguen en la dirección que él marca o bien dejar de hacer estas optimistas declaraciones que luego incumple, con un alto coste político. Es hora de que tome las decisiones para hacer realidad sus promesas en una

España que no puede permitirse el lujo de más dilaciones con sus 4.110.294 parados.

Valeriano Ruiz Hernández es catedrático de Termodinámica de la Universidad de Sevilla

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