El coche eléctrico con baterías de litio, bautizado como SRZero, es el resultado de un proyecto de diez estudiantes de ingeniería de la universidad Imperial College, aunque solo cinco se embarcaron en la aventura que les llevó a recorrer 26.000 kilómetros para atravesar el continente.
Los cinco estudiantes (tres alemanes, un británico y un holandés), viajaron a lo largo de toda la carretera Panamericana, cruzando 14 países con un promedio de 290 kilómetros por día, desde la ciudad estadounidense de Fairbanks, en el estado de Alaska (EE UU), de donde partieron el pasado 4 de julio, hasta la argentina Ushuaia, la más austral del mundo, adonde llegaron el pasado martes 16 de noviembre.
Los universitarios transformaron un automóvil deportivo descapotable alimentado por gasolina en un vehículo eléctrico con más de 400 caballos de fuerza, que puede alcanzar los 200 kilómetros por hora y recorrer un total de 500 kilómetros al día.
El vehículo cuenta con dos motores eléctricos que transforman en movimiento mecánico la energía eléctrica generada por baterías de fosfato de litio-hierro con una capacidad total de 56 kWh.
Las baterías de litio se cargan en unas ocho horas y tienen una eficiencia del 97 por ciento, muy por encima de la de los automóviles comunes.
“Nuestro objetivo era cambiar la percepción que se tiene de los coches eléctricos, que no son ni lentos ni aburridos sino que pueden ser más eficientes que los automóviles de gasolina”, señaló Hadland junto a su “estimado” automóvil de dos plazas, que se exhibe hoy en el Obelisco porteño y que en los próximos días será embarcado rumbo al Reino Unido.
El proyecto buscaba potenciar también el estudio de la ciencia entre los jóvenes y las aplicaciones prácticas de la ingeniería, agregó el británico, quien insistió en que el viaje supuso una “experiencia fantástica”.
Los aventureros experimentaron todo tipo de incidentes durante su largo viaje, como cortes de carretera, fuertes tormentas, accidentes de circulación y problemas técnicos.
“El camino fue bastante tranquilo por Fairbanks, Vancouver, San Francisco y Austin, hasta que llegamos a Ciudad de México, donde tuvimos todo tipo de problemas en las carreteras y pasamos bastante miedo”, apuntó el holandés Alex Scheui, otro de los tripulantes.
En Centroamérica, “superaron el desafío” de conducir bajo lluvias torrenciales y llegaron a pensar “seriamente” que no lograrían el objetivo de llegar al sur del continente.
Tras cruzar Colombia, la mala suerte les volvió a acompañar en Ecuador, donde sufrieron un grave accidente que los obligó a parar durante una semana para arreglar el frente y la suspensión del automóvil eléctrico.
Desde allí, siguieron por Perú y Chile y entraron a Argentina por Bariloche, desde donde descendieron hasta Ushuaia, la localidad más austral del continente, unos 3.000 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Los expedicionarios se alternaron para conducir el automóvil de dos plazas durante unas once horas al día, y contaron en todo momento con un vehículo de asistencia que trasladaba al resto de viajeros y a un piloto asistente, el colombiano Cristian Moreno.
“Llegué a lugares remotos y transmití al mundo el mensaje de que las energías alternativas y los sueños son posibles”, proclamó eufórico Moreno, piloto de Fórmula 3.
A su retorno a Europa, los jóvenes esperan descansar, exhibir el automóvil eléctricoen universidades y museos y, por qué no, algún día volver a lanzarse a una nueva aventura en “otro continente pero sobretodo con otro vehículo eléctrico”, apuntaron.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.