La fundación política creada por el Partido Cristianodemócrata Alemán fungió de anfitriona en la mesa redonda ¿Tienen Brasil y Alemania intereses comunes en la protección del clima y la energía alternativa?, en donde tuvo lugar un evidente choque de culturas.
Mientras los políticos y analistas del país suramericano se esmeraban en resaltar las ventajas de la producción de etanol y desmentir las acusaciones de los ambientalistas europeos sobre los presuntos perjuicios que el cultivo exclusivo de caña de azúcar en vastas áreas del territorio brasileño causaría, sus homólogos germanos enfatizaban el potencial de Brasil como un mercado en expansión.
Una jerarquía de intereses contrastante
Ambientalistas europeos ven peligros en el cultivo exclusivo de caña de azúcar en vastas áreas del territorio brasileño.Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Ambientalistas europeos ven peligros en el cultivo exclusivo de caña de azúcar en vastas áreas del territorio brasileño.Los brasileños insistían en que la producción de etanol no representaba peligro alguno para la flora amazónica ni tampoco para la producción de alimentos destinados al consumo humano, cuando lo que sus interlocutores alemanes tenían en mente era la infraestructura brasileña, que, con su evidente necesidad de mejoras, despierta un gran interés en los inversionistas germanos. Después de todo, faltan pocos años para la celebración de la próxima Copa Mundial de Fútbol y de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
“Los grandes eventos que tendrán lugar en Brasil favorecen la cooperación”, dijo Christian Ruck, director del grupo Cooperación Económica y Desarrollo de la fracción parlamentaria de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU). “Ese es un gran desafío para el país suramericano debido a los problemas de uso de tierra y de infraestructura que afligen a sus ciudades grandes”, comentó Ruck, agregando que las circunstancias podrían permitirle a Brasil sobresalir como una potencia en el área de la economía verde, sobre la base de sus éxitos en la reducción del desmantelamiento de la flora amazónica.
¿Ética o interés económico?
Ruck: intereses menos nobles también podrían estar tiñendo la posición alemana frente al bioetanol brasileño.Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Ruck: intereses menos nobles también podrían estar tiñendo la posición alemana frente al bioetanol brasileño.Cuando la discusión se abrió para incluir al público presente, los participantes brasileños se vieron obligados de nuevo a contestar preguntas y rebatir señalamientos sobre los supuestos riesgos implícitos en la producción masiva de etanol y biodiesel de cara al clima y la producción de alimentos para el consumo humano. “Brasil es un país muy grande y eso impide que el cultivo de caña de azúcar a gran escala represente una amenaza para la flora y la producción de alimentos en la región”, garantizó Augusto Coutinho, miembro del partido de centroderecha Demócratas (DEM) y diputado estadal de Pernambuco, una entidad de 98.937 kilómetros cuadrados.
Coutinho lamentó lo que él percibe como “barreras” impuestas por los europeos al etanol. El Gobierno alemán ya ha expresado en varias ocasiones sus reservas en relación con la producción de biocombustibles en Brasil y, alegando que el mantenimiento de la Amazonia se vería seriamente comprometido, ha pedido que se intensifiquen los controles ambientales en la región. Cuando un espectador del debate tomó la palabra y preguntó sobre la posibilidad de que hubiera intereses económicos detrás del discurso ecológico alemán, Christian Ruck admitió que “intereses menos nobles” también podrían estar tiñendo la posición alemana frente al bioetanol brasileño.
Choque cultural
Coutinho: el cultivo de caña de azúcar a gran escala no amenaza la flora ni la producción de alimentos.Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Coutinho: el cultivo de caña de azúcar a gran escala no amenaza la flora ni la producción de alimentos.En calidad de espectador del debate, el director de la sección brasileña de la Fundación Konrad Adenauer, Peter Fischer-Bollin, intervino para precisar las diferencias entre la perspectiva brasileña y la alemana en materia de ambientalismo. “Mientras los alemanes realizamos batallas campales a causa del depósito provisional de desechos nucleares de Gorleben, en Brasil los riesgos de la energía atómica son algo totalmente desconocido”, dijo Fischer-Bollin. “Durante una conferencia realizada en Brasil, los alemanes se mostraron consternados cuando oyeron a los brasileños hablar de centrales nucleares como fuentes de energía limpia”.
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Autor: Márcio Damasceno / Evan Romero-Castillo. Editor: Pablo Kummetz. www.dw-world.de/dw/article/0,,6227347,00.html