El sector eólico en España ha perdido 5.719 empleos por la incertidumbre regulatoria

Desde la primera crisis del petróleo en los años 70 una de las prioridades de la política energética española ha sido la búsqueda de alternativas energéticas que reduzcan la dependencia del exterior de un elemento tan vital para la economía como es la energía.

Fruto de estas políticas, a principio de los 90 se empiezan a desarrollar de forma comercial, varias energías renovables, entre las que estaba la energía eólica. Además, a la búsqueda de opciones energéticas autóctonas, a finales de esa misma década se une la creciente preocupación mundial por el efecto que los gases de efecto invernadero, principalmente el CO2, está teniendo sobre el clima global.

Ante el doble reto de reducir la dependencia energética y descarbonizar la energía, en España, gracias a la apuesta decidida hecha durante las dos últimas décadas tanto desde el ámbito gubernamental como por un amplio sector empresarial, se ha desarrollado un potente sector eólico que en 2009:

• Cubrió un 14,5% de la demanda eléctrica, evitando la importación de combustibles fósiles por más de 7 millones de TEP (Toneladas Equivalente de Petróleo), y se dejaron de emitir 20,6 millones de toneladas de CO2.

• Contribuyó al Producto Interior Bruto en más de 3.200 millones de euros y generó empleo para casi 36.000 profesionales.
• Participó de forma relevante en todas las actividades de la cadena de valor: promoción/producción de energía, fabricación de aerogeneradores y componentes, y prestación de servicios adaptados a las necesidades de la industria.

Empresas españolas lideran el sector a nivel internacional, operando en los principales mercados en los que han obtenido una excelente reputación. Nuestros profesionales están altamente valorados y son considerados como la vanguardia de la industria. Es difícil encontrar en nuestra económica una experiencia industrial tan exitosa y relevante.

Sin embargo, en 2009 se ha producido una recesión en el sector debido a los siguientes factores:

• la incertidumbre generada por la publicación del Real Decreto Ley 6/2009,
• la necesidad de que se establezca un marco para los proyectos que se realicen a partir de enero de 2013,
• la crisis económica internacional,
• los problemas que tienen los agentes para acceder a financiación derivada de los dos aspectos señalados anteriormente,
• la aparición de nuevos competidores con estructuras de costes competitivas.

Todos estos elementos han sido determinantes para que en este ejercicio se haya producido por primera vez un cambio de tendencia que se ha plasmado en:

• una disminución en la contribución sectorial al Producto Interior Bruto: el sector decreció en un 15,7%,
• una reducción de la actividad industrial,
• una destrucción de empleo con respecto al año 2008 que afectó a 5.719 personas.

A pesar del freno que el ejercicio 2009 supuso para el sector, nos encontramos con una industria altamente competitiva con empresas de referencia a nivel mundial, posición relevante en los principales mercados y profesionales altamente cualificados.

La vuelta a la senda de crecimiento requiere:
• Establecer un marco regulatorio estable y previsible, en el que se recoja un marco retributivo adecuado a las inversiones que deberán realizar los promotores para cumplir con el objetivo eólico del Plan de Acción Nacional de Energías Renovables (PANER) establecido bajo la Directiva de la UE sobre energías renovables.
• Simplificar los procedimientos de autorizaciones administrativas y medioambientales.
• Apostar decididamente por las actividades de I+D+i, como factor que facilitará la diferenciación.
• Especializarse en desarrollar aquellas actividades de mayor valor.
• Aprovechar la excelente posición competitiva del sector para conseguir una mayor penetración en el mercado internacional.

En concreto, los principales resultados obtenidos del análisis son los siguientes:

El año 2009 confirma la relevancia del sector eólico para la economía española, aunque debido a la crisis económica y a la incertidumbre ligada a los procesos de cambio regulatorio, se observa un cambio en la tendencia de su evolución. Los principales resultados en el apartado socioeconómico han sido los siguientes:

• Contribución al PIB en 2009: 3.207,0 millones de euros (suma de la aportación directa e indirecta del sector); esta cifra representó una caída en términos reales respecto a 2008 del 15,6%.

• Empleos en la industria: 35.719 personas, el 43% derivados del fuerte efecto arrastre que tiene este sector en el resto de las actividades económicas.

• Emisiones de gases de efecto invernadero evitadas por la sustitución de combustibles fósiles en 2009: 20,6 millones de toneladas de CO2, lo que representó un ahorro en derechos de emisión de aproximadamente 270 millones de euros.

• Sustitución de importaciones de combustibles fósiles: 7,7 millones de TEPs, lo cual supuso un ahorro económico de 1.541 millones de euros.

Ampliando el análisis al período 2005-2009, cabe destacar que los datos demuestran que se ha desarrollado una industria económicamente muy relevante con empresas líderes a nivel mundial en toda la cadena de valor del producto: así lo demuestran el nivel de exportaciones de equipos, componentes y servicios, la inversión directa en el extranjero y la cantidad de empresas extranjeras que se han instalado en nuestro país.

Durante el periodo 2005-2009, la cuantía de la prima establecida para incentivar el desarrollo de la potencia eólica en España ha sido inferior a la suma de los importes derivados de ahorros en importaciones de combustibles fósiles y de la no utilización de derechos de emisiones de CO2 derivadas de la sustitución de dichos combustibles por energía eólica: 6.318,5 millones de euros y 1.517,8 millones de euros respectivamente.

Adicionalmente, en paralelo al crecimiento de la potencia eólica, se ha producido el desarrollo de un sector industrial cuya contribución al PIB (directo + inducido) durante ese quinquenio ha sido de 16.150 millones de euros.

El crecimiento del sector ha seguido una trayectoria ordenada y estable en todo el periodo: el peso relativo de todos los subsectores ha sido siempre superior al 18%.

Además, durante todos los años estudiados, la aportación anual del sector ha crecido con tasas positivas en el periodo 2003-2008, mientras que en 2009 ha caído en términos reales un 13,9% debido principalmente a la caída en el precio medio de la retribución total, la previsión de instalación de potencia en España en el corto y medio plazo, menores tasas de crecimiento de la demanda de equipos a nivel internacional y un aumento muy importante de la producción de competidores extranjeros.

Empleo

• En términos sociales, el sector ha sido clave en la generación de empleo: un total de 35.719 con datos de 2009. Al igual que la contribución al PIB, ha existido una reducción muy importante del número de empleos en 2009 derivado de los menores niveles de actividad de la industria.

Cabe señalar que una gran proporción de los empleos generados por la industria son de elevada cualificación y reconocidos a nivel mundial. Evidencia de ello es el creciente interés que existe por obtener una formación relacionada con la energía eólica en nuestro país, a partir del análisis del número de cursos impartidos y alumnos asistentes a los mismos.

Sin embargo, esta tendencia de generación de empleo se ha quebrado en 2009, debido principalmente a la caída de la producción en los sectores de fabricación de equipos y componentes, y en el del sector servicios.

La reducción en el número de las personas empleadas en la actividad industrial del sector ha sido motivada principalmente por la crisis económica, la aparición de nuevos competidores con estructuras de costes competitivas y el desarrollo del marco regulatorio.

La publicación del Real Decreto Ley 6/2009 y la necesidad de establecer el modelo retributivo para los proyectos que se realicen a partir de enero de 2013, han planteado una menor certeza con respecto a la evolución de la industria.

Requisitos

• En el corto y medio plazo, la evolución del sector dependerá en gran medida de los siguientes aspectos:
— Existencia de un marco regulatorio previsible
— Establecimiento de un marco retributivo adecuado a las inversiones que deberán realizar los promotores
— Reducir las exigencias adicionales contenidas en diferentes concursos eólicos en los últimos años
— Establecimiento de mecanismos que incentiven a los agentes a repotenciar parques con mayores horas equivalentes de funcionamiento con el fin de aprovechar localizaciones con elevada disponibilidad de recurso eólico y aplicar las mejoras tecnológicas que se han producido en los últimos años en la generación eólica
— Simplificar los procedimientos de autorizaciones administrativas y medioambientales evitando duplicidades y controles redundantes.

El estudio publicado por EWEA, WindBarrier, identifica a España como el país europeo en el que se requiere mayor tiempo para realizar los trámites administrativos y el segundo en cuanto a la gestión de los accesos a red.

— Apostar decididamente por las actividades de I+D+i como factor que facilitará la diferenciación.
— Garantizar que los equipos instalados en nueva potencia alcancen un determinado nivel de calidad.

Proyección a 2020

En este contexto, de cumplirse los objetivos establecidos por el Plan de Acción Nacional de Energías Renovables (PANER) elaborado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, la instalación de 35.000 MW de potencia eólica terrestre y 3.000 MW «offshore», no estarían alineados con la tendencia que ha seguido la eólica en los últimos años: el incremento anual de potencia pasaría de más de 2.138 MW, de media de los cinco últimos años, a 1.785 MW en el periodo 2010-2020.

• Con estos objetivos eólicos, se ha estimado que el impacto socioeconómico que tendría el sector eólico en la economía sería:

— Una contribución directa al PIB aproximada de 2.571 millones de euros en 2015 y 3.192 millones de euros en 2020, en términos corrientes (2.404,7 y 2.704,5 millones de euros en términos constantes del año 2010).

— La creación de 3.269 empleos directos hasta 2015 y 5.639 hasta 2020: de acuerdo a la previsión realizada, el PIB real por trabajador de la industria sería en 2015 y 2020 superior a los 100 mil euros en términos constantes del año 2010 (en 2009 el dato del sector eólico fue 99 mil euros frente a los 56 mil euros de la media nacional).

Para mantener en el futuro este elevado nivel de productividad se deberá realizar una apuesta decidida por la capacitación de los profesionales.

La producción de energía eólica ha sustituido en el periodo 2003-2009 más de 165 TWh que hubieran sido generados mediante carbón, fuel/gas y gas natural contribuyendo a evitar emisiones de gases contaminantes y reduciendo la dependencia energética de España, al sustituir importaciones de estos combustibles. De acuerdo a las estimaciones realizadas, durante el periodo 2003-2009:

— Se evitaron emisiones por más de 109 millones de toneladas de CO2; solamente para 2009 este valor fue 20,6 millones de toneladas de CO2, lo que representó un ahorro en derechos de emisión por aproximadamente 270 millones de euros.

— Se evitaron emisiones de NOx y SO2 por 71.439 y 200.026 toneladas respectivamente.

— Se sustituyeron 34,2 millones de TEPs en importaciones de combustibles fósiles. Evaluando solamente el año 2009, esta cifra se sitúa alrededor de 7,7 millones de TEPs: de acuerdo con los precios de combustibles de dicho año, el ahorro económico de dichas importaciones ha sido de más de 1.541 millones de euros.

Las reducciones de la utilización de combustibles fósiles comienzan a ser considerables, ya que suponen el 5,8% del total de energía primaria consumida en España en 2009 (132 millones de TEPs), y, el 6,8% del total de energía primaria de origen fósil, gas natural, carbón y petróleo (114 millones de TEPs).

De cumplirse los objetivos de penetración de energía eólica del PANER, se ha estimado que:

— Se evitarían más de 30,8 millones de toneladas de CO2 en 2015 y más de 42,2 millones en 2020, lo que supondría, con un precio medio de 25 euros/Tn, un ahorro aproximado de 770,7 y 1.056 millones de euros anuales respectivamente.

— Se sustituirían para los años 2015 y 2020, importaciones por 12,0 y 16,5 millones de TEPs respectivamente, lo que representaría un 8,6% y un 10,5% de la energía primaria consumida en España y un 11,3% y un 14,4% de la energía primaria procedente de combustibles fósiles respectivamente.

La industria eólica española ha sido uno de los sectores económicos más dinámicos de los últimos años, habiendo obtenido un desarrollo relevante y empezando a mostrar signos de madurez. El año 2009 ha representado un año de inflexión en el que se puede observar el esfuerzo que se ha realizado en el pasado, y al mismo tiempo, establecer estrategias que permitan afrontar los nuevos retos a partir de la experiencia adquirida.

Su consolidación puede contrastarse desde diferentes perspectivas:

• El volumen de actividad conseguido medido en términos de facturación, contribución al Producto Interior Bruto (PIB), generación de empleo, inductor de actividad en otros sectores económicos,…

• El liderazgo de la industria eólica española a nivel internacional: importante nivel de exportaciones, inversión directa en el extranjero tanto en instalaciones de potencia de generación como de fabricación de aerogeneradores y componentes, contribución al desarrollo tecnológico de la actividad,…

Esta relevancia del sector eólico español se sustenta en el papel protagonista que tienen las empresas del sector en todas las fases de la cadena de valor: construcción y explotación de instalaciones, fabricación de turbinas eólicas y componentes, e industrias y servicios auxiliares a estas actividades.

• El reconocimiento de los profesionales del sector, demandados tanto en España como en el extranjero por su alta cualificación.

• El protagonismo de esta tecnología de generación para el sistema eléctrico español, y su contribución para mitigar la dependencia energética de nuestro país y las emisiones de gases contaminantes.

• La rápida evolución tecnológica que se ha producido en los últimos años: solución de la problemática de huecos de tensión, mejora de la predictibilidad de la producción, aumento en el rendimiento de las máquinas, desarrollo de procesos y tecnologías de control más eficientes,…

Todo ello convierte a esta industria en una referencia a nivel mundial y su historia de éxito, decisiones, modelos y prácticas pueden servir de ejemplo para otros sectores. Por este motivo es necesario evaluar retos futuros que puedan condicionar al desarrollo de esta industria en los próximos años.

Por tercer año consecutivo, la Asociación Empresarial Eólica ha decidido elaborar un estudio en el que se evalúa la contribución socio-económica y medioambiental que esta industria ha aportado en los últimos años y cuantificar su posible evolución a medio plazo. Adicionalmente, se ha realizado un análisis exhaustivo de los principales planteamientos de evolución y los desafíos a los que se enfrentarán el sector en esta década.

De acuerdo con este objetivo, el alcance de este estudio es el siguiente:

• Evaluación del impacto en términos de PIB y empleo que ha supuesto la industria eólica durante el periodo 2003-2009, y de su posible evolución en los horizontes 2015 y 2020.

• Valoración del efecto arrastre que durante ese periodo ha tenido el sector eólico en otras actividades económicas.

• Cuantificación del impacto positivo que ha tenido la producción de energía eólica tanto en términos de emisiones de gases contaminantes evitadas, y la sustitución de importaciones de combustibles fósiles, y valoración económica de las mismas.

• Análisis del posicionamiento del sector para hacer frente a algunos de los principales retos a los que se enfrentará en los próximos años:

— Mantenimiento del liderazgo de la industria eólica española a nivel internacional: liderazgo empresarial, tecnológico,…
— Desarrollo de un sector intensivo en empleo de alta cualificación.
— Consolidación de un sector exportador de vanguardia.
— Aprovechamiento del recurso eólico: repotenciación.
— Desarrollo e integración eficiente de dispositivos de almacenamiento de energía y penetración del coche eléctrico
— Desarrollo de la energía eólica «off-shore» en España: desarrollo de potencia y de capacidades tecnológicas.

La cadena de valor de la industria puede dividirse en cuatro grandes subsectores: promotores de parques eólicos/productores de energía, fabricantes de aerogeneradores, fabricantes de componentes específicos (rodamientos, multiplicadoras,…) y servicios anexos (ingeniería y consultoría, servicios financieros, soluciones tecnológicas,…) a todas estas fases.

La apuesta realizada por la eólica en España ha propiciado que se desarrollen en nuestro país todos los subsectores de la cadena de valor, incluyendo empresas líderes a nivel mundial en cada uno de ellos. En este sentido, se han identificado más de cuarenta empresas del sector que han salido de las fronteras y se han instalado en los principales mercados mundiales: principalmente en Europa, Latinoamérica, Estados Unidos, Australia y China.

Además de ser cuantitativa, esta valoración es cualitativa, ya que en muchos casos, dichas empresas han tenido resultados destacados, siendo líderes en la instalación de potencia y producción de energía, la fabricación de equipos y la oferta de servicios auxiliares.

Asimismo, el desarrollo de la potencia instalada a nivel nacional, ha actuado como un incentivo a empresas extranjeras a instalarse en España, con el objetivo de aprovechar las ventajas competitivas que ofrece nuestro país:

• Alta cualificación de los trabajadores
• Mercado en desarrollo
• Facilidades para el transporte
• Modelos de retribución adecuados de este tipo de energía

www.aeeolica.es/userfiles/file/aee-publica/WEBInforme%20MACROECONOMICO%202010.pdf