El estudio analiza los efectos de los planes europeos que fijan en un 9,5 por ciento la cantidad de biocombustibles que debe consumir el transporte terrestre para 2020, ha informado en un comunicado la ONG Amigos de la Tierra, que también ha participado en este estudio.
Cumplir con este objetivo requerirá, según el informe, el equivalente a 1,5 veces la superficie cultivable de España, lo que pondría en peligro bosques y ecosistemas naturales de muchos países y perjudicaría la lucha contra el hambre, ya que este territorio se obtendría a partir de cultivos alimentarios.
El informe concluye que, si se tiene en cuenta el cambio indirecto del uso de la tierra, los agrocombustibles emitirán entre 27 y 56 millones de toneladas de gases de efecto invernadero cada año, el equivalente a 12 y 26 millones de coches más en Europa, y a un aumento de entre dos y cuatro millones de coches en el caso de España.
Si no se produce un cambio radical en la política de la Unión Europea, advierten las organizaciones ecologistas que han encargado el informe, el uso de este tipo de biocombustibles será, de media, entre un 81 y un 167 por ciento peor para el cambio climático que los combustibles fósiles que se usan actualmente.
Por ello, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace y SEO/Birdlife – las ONG españolas que apoyan el informe- piden al Gobierno Español y a la Comisión Europea que revisen "urgentemente" los impactos reales de los agrocombustibles y prioricen la reducción de demanda de energía en el transporte como solución "real" al problema.
Por este motivo, los ecologistas urgen al Gobierno Español y a la Comisión Europea a revisar urgentemente los impactos reales de los agrocombustibles en el cambio climático y en la soberanía alimentaria, y priorizar la eficiencia energética en el transporte. En este sentido, han señalado que la nueva legislación debe tener en cuenta la huella total de carbono de los agrocombustibles mediante la introducción de factores de cambio indirecto del uso del suelo.
Así, para la portavoz de Amigos de la Tierra, Blanca González Ruibal, la Unión Europea "tiene que dejar de promover falsas soluciones que siguen expoliando los recursos del Sur y afrontar urgentemente una reducción en la demanda de energía en el transporte".
Del mismo modo, desde Greenpeace, Sara Pizzinato ha explicado que "la promoción del uso de agrocombustibles no debe ser la única, ni la principal vía para el cumplimiento de la Directiva de Energías Renovables en el transporte ya que existen otras opciones cuya sostenibilidad está demostrada, como el establecimiento de estándares estrictos de eficiencia para los vehículos y la aplicación de la electricidad de origen renovable a este sector".
Por su parte, desde SEO/BirdLife, David Howell, asegura que "la investigación muestra que los objetivos de agrocombustibles de la UE suponen una marcha atrás en la lucha contra el cambio climático y la lucha contra el hambre". Al respecto, ha añadido que "mientras no se tengan totalmente en cuenta los cambios indirectos del uso del suelo, Europa continuará subsidiando una alternativa energética que es significativamente peor que los combustibles fósiles a los que sustituiría".
El Ministerio de Industria Turismo y Comercio comunicó recientemente los objetivos de introducción de agrocombustibles acordados para el Estado Español en los próximos años, que establecen un 5,9 por ciento en 2011, el 6 por ciento en 2012 y el 6,1 por ciento en 2013, unas cifras que, según Ecologistas en Acción, el Ejecutivo "debe reducir y garantizar que los agrocombustibles se obtienen con materia prima autóctona, sin impactos ambientales y sociales negativos".
Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Las nueve organizaciones que encargaron el estudio son Greenpeace, ActionAid, Birdlife International, ClientEarth, European Environment, FERN, Amigos de la Tierra Europa, Transporte y Medioambiente, Wetland International.
"Los agrocombustibles no son una solución ecológica de nuestras necesidades de energía", afirmó Laura Sullivan, responsable de ActionAid, una de las organizaciones que publicó el informe.
www.foeeurope.org/agrofuels/ILUC_report_November2010.pdf