“No deseamos usar nuestros recursos energéticos para tener una presencia política mundial: queremos un desarrollo sostenible y pacífico de nuestro país. Por ello, queremos ser un proveedor de energía de confianza para Europa”, ha explicado el primer ministro kazajo, Karim Massimov.
Y es que Kazajistán no cuenta sólo con recursos energéticos, sino también con las herramientas para llevarlos hasta los países consumidores. Infraestructuras comparables a las del oleoducto de Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), considerado “el proyecto energético del siglo”, con capacidad para transportar, desde el Caspio al Mediterráneo, un millón de barriles de crudo al día.
Timur Kulibayev, presidente de la Asociación Kazenergy, destaca la importancia del acuerdo entre Kazajistán y Azerbaiyán para el libre tránsito del petróleo hacia Occidente. Ahora todas las miradas están puestas en China.
“Seguimos con nuestra expansión hacia los mercados europeos y hacia nuestro nuevo objetivo: China. Según nuestras previsiones, en 2015 dos tercios de nuestros productos energéticos estarán destinados a Europa y a otros mercados internacionales, y un tercio a China”, ha asegurado Kulibayev.
El gasoducto Nabucco conectará con Europa las regiones con los mayores yacimientos de gas del mundo, lo que permitirá al consumidor europeo una diversificación de los proveedores. Aunque el ex primer ministro checo, Mirek Topolanek, ve algunos obstáculos:
“Pero no es fácil porque la Unión Europea no puede firmar un acuerdo común, ir al corredor de Europa sudoriental y construir el Nabucco en el menor tiempo posible. Creo que el mayor problema de la Unión Europea es que no tiene una política energética común. Este es el objetivo de los políticos actualmente.”
Oriente se impone como centro de la economía mundial. En estos países el incremento de la riqueza se refleja en un consumo mayor de energía. Así, Australia ha resistido a la crisis gracias a sus exportaciones hacia Asia, como ha explicado su ex primer ministro, John Howard:
“Una de las razones por las que Australia ha superado la crisis económica ha sido por la fuerza y la cercanía de nuestros mercados. Y cuando hablamos de China no nos olvidamos de la importancia de Japón como importador y de la de la India, que es un destinatario cada vez mayor de nuestra exportación. Estamos en esta parte del mundo y aquí va a estar el centro de gravedad de la clase media. Lo hemos entendido y vamos a ser un actor muy competitivo.”
El sector de la energía ha reclamado en Astaná normas medioambientales concretas; el fracaso de la Cumbre de Copenhague ha provocado cierta incertidumbre entre los inversores.
“Necesitamos un marco legal sólido, una legislación en materia de carbono que transmita un mensaje claro a la industria. Sin este marco legal, la industria no se va a atrever a invertir en infraestructuras energéticas, lo cual es un desastre”, ha asegurado el secretario general del Consejo Mundial de la Energía, Christoph Frei.
Para reducir la dependencia de los hidrocarburos, Europa ha apostado por las energías renovables.
“Vamos a llevar a cabo la transición energética más impresionante de la historia de la humanidad”, ha afirmado el ex canciller austríaco, Alfred Gusenbauer, “Europa consume alrededor de un 80% de energía fósil y un 20% de energías renovables. Durante el próximo siglo, estos porcentajes se van a invertir. Se trata de un reto en términos de investigación, desarrollo, eficiencia, transporte y política.”
“Afortunadamente, yo creo que en Europa nos hemos movido más rápidamente hacia energías limpias, consiguiendo al mismo tiempo un desarrollo tecnológico que ha sido muy evidente en la energía eólica, es muy evidente en el campo termosolar y en la fotovoltaica. No solamente estamos hablando de mix o de diferentes producciones o conjugaciones energéticas, sino que al mismo tiempo estamos consiguiendo una nueva industria”, ha explicado Germán Bejarano, director de Relaciones Institucionales Internacionales de Abengoa.
Y este es el papel que debe desempeñar Europa en países con un alto crecimiento, como Kazajistán, que cuentan con muchos recursos naturales pero les falta la tecnología y los conocimientos necesarios para desarrollarse.
Asia Central ocupa un puesto cada vez más destacado en el mapa energético mundial, pero esta región es también la nueva frontera para ese crecimiento económico que las empresas occidentales buscan activamente y que tanto necesitan.
Reportaje de Constantino de Miguel, desde Astaná (Kazajistán). es.euronews.net