Presidente Calderón: hay cambio climático y hay terrible daño a la población

Los aerogeneradores de energía eólica en México pasaron de solo 2 MW a 520 MW con el presidente Felipe Calderón, y se quiere llegar a 2.500 MW.

Varias empresas españolas del sector eólico tienen una fuerte presencia en Méxica, como Gamesa y Acciona, que exportan sus aerogeneradores, e Iberdrola que instala parques eólicos, al igual que Acciona.

Al hablar sobre energías renovables, Felipe Calderón aseguró que en 2006, México tenía sólo dos megavatios de potencia eólica, cifra que hoy en día alcanza los 520 megavatios.

En el país, dijo, se están construyendo cinco centrales eólicas, lo que le permite a México aplicar el programa de sustitución de refrigeradores y aparatos de aire acondicionado, para así mitigar en casi 20 millones la emisión de CO2.

Muy estimados funcionarios del Banco Mundial, del Foro Económico Mundial, de la Organización de las Naciones Unidas y de diversos organismos privados y públicos de carácter mundial interesados en el tema energético.

La verdad, a mi me emociona mucho siempre escuchar al doctor Mario Molina. Y la defensa que él hace, además, y en la que tratamos de secundarlo muchos, de la evidencia palpable del calentamiento global y del cambio climático.

Les voy a dar el dato, ahora sí que el dato más reciente. Habrá cambio climático, habrá consecuencias para la gente, especialmente la gente más pobre por el cambio climático.

El año pasado, 2009, que fue un año que, además, en México agrupo varias calamidades al mismo tiempo, sabrán ustedes: una recesión económica que en el segundo trimestre del año registraba una caída del 10 y medio por ciento de nuestro Producto Interno Bruto, somos tan cercanos a la economía americana, donde fue el epicentro del colapso mundial, que la abrupta caída en su demanda nos afectó tremendamente. Pero además tuvimos el brote aquí, en México, de un severo brote de virus, hasta entonces desconocido, de la influenza humana A/H1NI1, y entre otras cosas, sólo para acércame al tema, tuvimos la segunda sequía más grave en 50 años en el país.

Esta sequía fue de tal manera preocupante, que tuvimos que coordinarnos, las autoridades Federales y estatales del Estado de México y de esta Ciudad de México, para reducir el suministro de agua potable de las presas, que lo traemos hasta 150 kilómetros de distancia a la Ciudad de México, a un costo energético, por cierto, muy alto, ya hablaremos de eso también; pero tuvimos que reducir el suministro de agua potable de las presas para el consumo en esta Ciudad e incluso en algunas áreas de más difícil acceso, tuvo que haber cierto racionamiento. Eso fue el año pasado. La segunda sequía más grave en la historia del país.
Pero este año tuvimos, tenemos todavía. Fíjense ustedes este dato. En 2007, algunos de ustedes recordarán, tuvimos tales lluvias, que se inundó el 70 por ciento del territorio del Estado de Tabasco. Fue una crisis muy fuerte, que afortunadamente resolvimos bien, incluso, sin ninguna víctima fatal, derivada de la inundación misma. Hay un largo anecdotario de lo que ha ocurrido en mi Gobierno en esas cosas, pero luego se las platico.

Pero el hecho es que Tabasco 2007, sin embargo, no fue el año de mayor lluvia en la historia de Tabasco. El año de mayor lluvia en la historia de Tabasco fue el año 1955, cuando hubo otra terrible inundación y, de la cual, todavía tienen memoria los viejos en aquel estado.

Bien. Por qué cito esto. Porque si bien es cierto, 2009, el año pasado fue el segundo año de la peor sequía en México, este año ha sido el año de mayor lluvia en la historia del país, desde que se tiene registro. Y además, por ejemplo, en Tabasco no sólo ha llovido más que en 2007, sino que ha llovido más del doble de toda la caída de 1955, que había sido el año más crítico hasta ahora.

Hay, ciertamente, afectaciones. Afortunadamente hemos invertido mucho en infraestructura hidráulica, en protección, especialmente de la Ciudad de Villahermosa, la capital, y otras medidas, que han evitado que el colapso, en términos de afectación, sea de la misma dimensión.

Lo cual para mí queda demostrado que cuando se habla de costos de adaptación, a los mexicanos si nos duele mucho en el bolsillo, y especialmente, al medir y tener que aprobar los presupuestos para hacer bordos, presas, dragados, etcétera, etcétera. Entonces, para nosotros queda absolutamente demostrado que hay calentamiento global y que hay cambio climático.

Y tercero. Que ese cambio climático afecta a la gente dramáticamente, y en particular, a la gente más pobre; porque la gente más pobre es la que vive, precisamente, en las cuencas de los ríos, la gente más pobre es la que vive en las laderas de las colinas, que a consecuencia de otro fenómeno agregado, que es la deforestación, y claro que es relacionado, padece terribles desgajamientos, como los que se sufrió en una pequeña población de Oaxaca, el día de ayer.

De manera tal que sí hay afectaciones. Y a mí realmente me indigna, me molesta el que todavía haya ahora gente que ponga en duda el fenómeno del cambio climático, en sí.

Ha sido muy generoso el doctor Molina en hacer todavía una disertación científica y dejando todavía un terreno de probabilidad de casi el 10 por ciento, a que probablemente no sea así.

Pero la verdad es que hay calentamiento global, hay cambio climático y hay terrible daño a la población. Y si no es así, qué explicación se le va a dar a las, quizá, 40 mil familias que vieron afectada su casa ahora al paso de un huracán, el Huracán Karl, en el Estado de Veracruz; o de la tormenta tropical, ni siquiera huracán, Alex, que pasó hace unos dos, tres meses en Nuevo León y que destrozó las principales arterias y la infraestructura principal de la entidad. Y qué explicación le dan a la población de aquí, de la Ciudad de México, que de manera inusitada, en pleno invierno tuvo inundaciones que no había registrado.

Hay cambio climático. Si yo pudiera enseñarles las gráficas, por ejemplo, de precipitaciones pluviales que trato de monitorear muy frecuentemente, ustedes podrán observar que durante años y años las lluvias habían registrado el mismo patrón. Una época de lluvias muy regular, un llenado de presas muy regulares. Y este año, en particular, y el pasado, el patrón es totalmente irregular; la gráfica, la línea de la gráfica asciende a donde no debe de ascender y desciende no debe descender.

Hay un terrible fenómeno de cambio climático y paradójicamente, México, entre otros países en desarrollo, entre otros países pobres, estamos sufriendo y vamos a sufrir más las consecuencias del cambio climático. Y esto me lleva a una reflexión profunda.

Sí es cierto, los países desarrollados son los más obligados, los más responsables de este fenómeno de uso excesivo de las energías derivadas del carbón, que han provocado fundamentalmente el cambio climático. Pero también es cierto que las mayores afectaciones del cambio climático, probablemente se den en los países en desarrollo, que tenemos menos recursos para hacer la adaptación a los efectos del cambio climático.

Lo cual me lleva a una conclusión en la que hemos insistido vehementemente desde México, de que si bien es cierto, los países ricos y desarrollados son los principales responsables, a todos nos toca, países desarrollados y en desarrollo, poner algo de nuestra parte para llegar a acuerdos concretos, precisamente, en materia de combate al cambio climático.

Y que mientras los países en desarrollo insistamos en que no tenemos nada que hacer, en que no es nuestra tarea y que es sólo de los países desarrollados, les estamos dando a los países ricos la coartada perfecta para seguir haciendo nada o relativamente nada relevante en materia de combate al cambio climático.

Y me preocupa además, que, de acuerdo con los mecanismos de las Naciones Unidas, la regla de consensos siga siendo, no una regla para buscar el entendimiento de las naciones, sino que se convierta, poco a poco, en una regla de veto indiscriminado, donde uno puede romper el acuerdo de los 160 restantes.

De manera tal, amigas y amigos, que mi primera reflexión es esa. Sí hay calentamiento global, sí hay cambio climático, sí hay una grave afectación a la gente, en particular a la más pobre; sí son, principalmente, responsables los países desarrollados, pero todos tenemos que contribuir, como bien dice la premisa establecida en este tema, bajo responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y cada quien de acuerdo con sus capacidades, en una solución global al tema del cambio climático.

Y digo global, porque estos fenómenos de la naturaleza no reconocen fronteras, no reconocen fronteras políticas. Los huracanes que se forman con virulencia cada vez mayor, por la brillante explicación que ha dado el doctor Molina aquí: al aumentar la cantidad de vapor se aumenta la cantidad de agua en la atmósfera, más allá de lo que la atmósfera puede soportar y eso provoca una mayor cantidad en la precipitación pluvial, que se suma a otro fenómeno, mientras más aumenta la temperatura en la superficie de los océanos, más aumenta la intensidad y, yo diría, ferocidad de los huracanes.

Yo les explicaba a algunos estudiantes, si ustedes ponen a calentar agua hasta que hierve y la tapan, toda esa ebullición y ese vapor en ebullición es, precisamente, lo que genera, toda proporción, guardada, los huracanes. Pero si ustedes antes de poner hervir el agua, ponen agua mucho más caliente, mucho más rápido se va a formar el vapor y mucho más rápido la ebullición.

Lo mismo está pasando con nuestro Mar Caribe y el Atlántico, tienen una temperatura mayor que está generando mayor intensidad y virulencia de los huracanes, y a su paso arrasa con nuestros hermanos países de Centroamérica, lo mismo Honduras, que Guatemala. Guatemala, que ha tenido terribles problemas de deslaves y rompimiento de ríos.

Nosotros hemos ayudado a Guatemala con tres puentes, de los llamados baileys, provisionales, puentes de fácil infraestructura para poder subsanar provisionalmente la terrible pérdida de sus conexiones carreteras, particularmente su carretera principal, que la conecta con El Salvador. Pero tenemos un grave problema de afectación de cambio climático en esta región del mundo.

De manera que hago votos porque todos los países hagamos un esfuerzo adicional por sí llegar a acuerdos concretos; por sí poner en práctica medidas específicas, concretas, pragmáticas y tener un sentido de urgencia de la solución de este tema.

Ahora bien, como bien decía el señor Yumkella, una gran parte del calentamiento global deriva, precisamente, del uso de la energía. Déjenme empezar por la otra parte que no es el uso de la energía, que es, por ejemplo, la deforestación o la quema forestal.
También en México hemos hecho un esfuerzo fundamental. De acuerdo con datos de la FAO, en la década pasada, del 91 a 2000, en México se perdieron en promedio 350 mil hectáreas de bosque o selva por año.

Sin embargo, estamos haciendo un esfuerzo enorme no sólo para hacer Programas de Pago de Servicios Ambientales, como ProÁrbol, le pagamos a la gente de las comunidades indígenas o rurales para que no derribe sus bosques, para que los cuide, viva de ellos.

Le pagamos agresivos programas de reforestación, que nos han permitido hacer una de las campañas de reforestación más intensas del mundo. Yo recuerdo cuando las Naciones Unidas, precisamente, lanzó su Programa de Mil Millones de Árboles, en México plantamos, ese año, más de 200 millones de árboles; en estos casi cuatro años llevamos ya más de 600 millones de árboles plantados. Y no sólo eso, sino que estamos tratando de llegar al equilibrio a través de programas que estimulan plantaciones comerciales y reforestación.

Y si hace un década, México perdía 350 mil hectáreas por año, en los últimos cinco años, 2005-2010, hemos bajado, de acuerdo con la propia FAO, a poco más de 140 mil hectáreas por año, y vamos por cero hectáreas perdidas por año, en promedio, en nuestro país. Esa es la parte que tenemos que hacer en la parte forestal.

Y también debo decir que hemos avanzado intensamente en los mecanismos de reducción de emisiones por deforestación, o degradación forestal, los Mecanismos de REDD que, espero, sea una de las conclusiones más importantes en el Foro de Cancún de este año.

La otra gran parte es lo que tenemos que hacer en materia de energía. La energía limpia, la energía sustentable es la base del desarrollo futuro. La energía sustentable, la energía limpia es la base del desarrollo bajo en carbono, sin el cual no podrá garantizarse, al menos con claridad, la subsistencia de la humanidad en los próximos siglos.

Por esa razón, amigas y amigos, yo celebro tanto el que ustedes hayan venido a nuestro México, a este Foro de Eficiencia Energética y Acceso. El principal objetivo del Foro es, precisamente, lo que ustedes han hecho, a mi juicio, muy exitosamente desde el día de ayer, que es compartir experiencias y tecnologías para un mejor aprovechamiento energético.

Es un gran honor para México ser anfitriones en este evento. Y felicito, desde luego, al Banco Interamericano de Desarrollo, al Banco Mundial y al Foro Económico Mundial, desde luego, a la Secretaría de Energía, por organizar el Foro.

También mi reconocimiento a todos los ministros, funcionarios vinculados a este tema, a todos ustedes, amigas y amigos, a los técnicos y directivos que se encuentran aquí presentes.

Qué queremos hacer con este Foro. Entre otras cosas, honrar un compromiso que asumimos en la Cumbre de Trinidad y Tobago, la Cumbre de las Américas en 2009, y porque sabemos que tenemos que ir adelante y si es necesario encabezar los esfuerzos en materia de eficiencia energética en nuestra región, en el marco de la Alianza para la Energía y el Clima de las Américas.

Yo estoy seguro que este encuentro ya ha sido útil, que ya es una plataforma de diálogo y de conocimiento que nos va a permitir avanzar hacia las cosas que necesitamos. Como qué cosas. La estandarización, la difusión del tema, la capacitación, que nos permitan, verdaderamente, hacer de nuestra civilización y de nuestra sociedad, una sociedad consciente del problema de cambio climático y consciente y conocedora de la importancia de la eficiencia energética.

Es absurdo pretender, y así lo hemos entendido, frenar el desarrollo. Es impensable, especialmente para los países en vías de desarrollo como México, que cancelemos nuestro futuro a base de cancelar el desarrollo energético.

Sí, sí necesitamos para poder crecer y para poder tener una mejor distribución del ingreso, necesitamos mucho más energía, sí, pero necesitamos energía más limpia, más eficiente y menos costosa en términos de emisiones de carbono por watt o por persona, o por unidad de Producto Interno Bruto, para salir adelante.

Esa es la ruta que tiene que emplear el mundo para cerrar la brecha o el falso dilema que se pretende establecer entre desarrollo y lucha contra el cambio climático. Lo que tenemos que vencer, no sólo en este Foro, sino quienes tenemos un compromiso con la atmósfera, con el medio ambiente, lo que tenemos que derrotar es el falso dilema, el que se esté planteando a nivel mundial la disyuntiva: o crezco y me desarrollo, o combato el cambio climático.

Y este es un argumento, una coartada que lo mismo utilizan países en desarrollo, que dicen: Yo soy demasiado pobre, o crezco y me desarrollo y, entonces, no tengo tiempo ni dinero para combatir el cambio climático. Que lo mismo países ricos, y que tienen mucho más responsabilidad y mucho más recursos, y mucho más emisiones históricas. También afirman que o crecen o combaten el cambio climático. No es así.

Cuál es entonces la solución para romper la falsa disyuntiva de crecimiento o sustentabilidad. Parece un juego de palabras, pero es cierto. La salida es el desarrollo sustentable, el crecimiento sustentable y a la vez, la clave del desarrollo sustentable es el uso eficiente de la energía, es el poder seguir generando energía para la civilización sin los costos dramáticos y terriblemente demoledores que el uso de energía de origen de carbón ha generado para la humanidad, particularmente en el Siglo XX.

México, al igual que muchas otras naciones, tiene muy claro que el cambio climático no sólo es un desafío ambiental que nos convoca y compromete a todos, sino un reto político, un reto diplomático, un reto que nos obliga a construir los acuerdos que necesita la humanidad, independientemente de que lo reconozcamos o no los gobiernos.

La amenaza del calentamiento global nos exige movilizar el esfuerzo de todos hacia un nuevo patrón de producción y un nuevo patrón de consumo de energía. Es un hecho contundente que las necesidades primarias de energía del mundo van a aumentar rápidamente en el futuro y particularmente en las próximas dos décadas, y que el mayor incremento en la demanda de energía provendrá de nosotros, los países en desarrollo.

La magnitud del reto que enfrentamos nos exige acciones concretas que nos permitan establecer políticas públicas, mecanismos de ejecución y estrategias de financiamiento que permitan incrementar el ahorro de energía.
Necesitamos, además, una nueva conciencia de energía eficiente, así como una nueva conciencia de sustentabilidad, de arriba abajo en la estructura social.

Para mí fue una paradoja muy significativa en donde acudí, por ejemplo, a Monterrey, que está severamente dañado por la Tormenta Tropical Alex, digamos, las dos principales avenidas, que son como la aorta de la Ciudad de Monterrey, están totalmente destruidas porque están al lado de un río que generalmente no tiene agua, y a pesar de muchas obras de infraestructura que se han hecho río arriba, destruyó totalmente esas avenidas.

Y al mismo tiempo que estaba yo en una reunión con importantes líderes de la comunidad de Monterrey, viendo cómo el Gobierno Federal se comprometería para ayuda a reconstruir esa infraestructura, cosa que por cierto hemos hecho, estamos haciendo y vamos avanzando muy rápido.

Al mismo tiempo, las mismas personas que me planteaban la ayuda urgente del Gobierno Federal para reconstruir esas avenidas, me planteaban y me reclamaban porqué México asumía compromisos de reducción de emisiones si ellos necesitaban seguir emitiendo carbono para que sus industrias ganaran mucho dinero. Eso era, en pocas palabras el sentido de nuestra conversación. Les digo: Oigan, la causa de esto es el cambio climático. La solución es luchar contra el cambio climático.

Y aquí la cruel paradoja es esta. El problema cuál es. El problema de la lucha contra el cambio climático es que sus externalidades son globales, no tiene asignaciones país por país de costo-beneficio y eso hace que se haya multiplicado el fenómeno del free riders, si me permiten decirlo: que otros hagan lo que a mí me afecta.

Y es muy posible, porque lo que yo haga en materia de cambio climático, quizá no resuelva el cambio climático en mi país, porque esos huracanes vienen desde el Atlántico, desde las costas africanas, y se desarrollan y aquí terminan reventando, literalmente, y destruyendo.

Entonces, lo que se haga en un país específico no repercute en específico en ese país, y ese es el gran problema de que no existen incentivos globales para enfrentar el cambio climático.

Si cada país pudiera decir: yo me arreglo y aquí arreglo el clima de México, sería, digamos, un incentivo poderoso para que cada país empezara a hacer algo. Pero como no hay fronteras en ello, la única vez que hemos podido arreglar el clima creo que fue el 15 de septiembre, que no llovió.

Pero, como no hay esa relación de causa-efecto, país por país, eso hace que se multiplique un fenómeno en el cual, quizá, todos esperamos que otros arreglen el problema.

Tenemos que encontrar un mecanismo que establezca incentivos país por país, que nos permitan, precisamente, actuar a todos, y encontrar un beneficio de cada acción que tengamos contra el cambio climático.

Por eso, yo he insistido, en lo personal, en establecer un sistema de incentivos económicos a nivel global para combatir el cambio climático. Que consistiría, en muy pocas palabras: Cuántas toneladas de carbono emitiste. Establecemos un precio por toneladas de carbono emitidas o evitadas y pagamos ese precio. Yo no sé si son cinco dólares o 20, o 30, o euros. Pero el hecho es cuántas toneladas de carbono evitaste con una acción concreta, sea en deforestación o energía, aquí están tus 20 dólares o tus cinco dólares por cada tonelada.

Cuántas toneladas de carbono redujiste por tener una política industrial de éste o aquel tipo. Aquí están tus dólares por tonelada, y así sucesivamente.

Y, quizá, reduzcámoslo al caso de países pobres y en desarrollo. Es decir, un fondo, el Fondo Verde que propusimos los mexicanos, y que fue aprobado en Copenhague, que se aplique con criterios, que asignen los términos de costo-beneficio en los incentivos económicos, que hasta ahora no existen en el tema del cambio climático y que son el principal problema para ponernos de acuerdo.
Porque con toda razón, los países africanos dirán: Yo cómo puedo, verdaderamente, enfrentar este problema con la pobreza que tengo, cuando lo deben hacer otros. Y ellos tienen la mayor razón.

Pero qué pasa en los países que estamos creciendo, como México, en el segundo trimestre del año tenemos una tasa de crecimiento de 7.6 por ciento anual; o como China, o como India, o como Brasil, que sí estamos creciendo, sí estamos emitiendo gases de efecto invernadero y sí podemos hacer cosas.

Yo creo que la clave es que el esfuerzo que hagamos sea reconocido en términos económicos, porque, la verdad, yo sé que el dinero no lo es todo, el dinero no da la felicidad y menos cuando es poquito, pero, la verdad, es un incentivo eficaz. Yo creo que eso es lo que hace falta.

Vuelvo a mi tema. Estamos convencidos de esta amenaza de calentamiento global y de lo mucho que hay que hacer. Ahora, independientemente de que haya acuerdo o no en Cancún, que estamos trabajando intensamente para que lo haya, qué podemos hacer en materia de eficiencia energética. Yo creo que aquí está una larga agenda por recorrer.

En México, estamos convencidos de que las medidas de eficiencia energética son un instrumento indispensable y, a la vez, un instrumento idóneo para hacer frente al aumento mundial de la demanda de energía y garantizar, al mismo tiempo, la tercera vía, que es la del desarrollo sustentable.

Este uso eficiente de energía debe ser, además, transversal en todas las actividades económicas; es decir, estamos pensando quizá en lámparas, y estamos haciendo muchas cosas, pero debe ser un ahorro de energía en transporte, en vivienda, en procesos industriales, en la generación, desde luego, un ahorro de energía que ataque desde el suministro la oferta de energía y también la demanda.

Nosotros hemos asumido, como ya se ha dicho en este Foro, un compromiso con ello, un compromiso unilateral de reducir, empezar a reducir nuestras emisiones de carbono, 50 millones de toneladas por año a partir del 2012. Ya llevamos una buena parte de ese ahorro, como parte de la estrategia de cambio climático, y para ello, sabemos que la clave, una clave medular es promover el uso de tecnologías más eficientes, y desde luego, estimular el cambio de patrones de consumo en los hogares, en la industria y en los ciudadanos.

Yo quiero mencionar, entre muchas otras, 10 medidas, muchas de las cuales ya estamos implementando, que tienen que seguirse bajo una premisa mayor. A mí me parece que la clave de los gobiernos no sólo es investigar cuáles pueden ser las mejores maneras de ahorrar energía, sino poderlas masificar, poderlas traducir en políticas públicas y otra vez, políticas públicas que tengan los incentivos económicos adecuados para que sean viables y para que puedan establecerse.

Primero. La energía alternativa desde la oferta. Déjenme decirles que yo alguna vez tuve el cargo que ahora tiene la doctora Georgina Kessel, fui Secretario de Energía. Y recuerdo que entonces se planeó el primer Parque Eólico en México.

Comisión Federal de Electricidad tenía ahí cuatro motores, cada uno era como de menos de un cuarto de megawatt, eran como de 200, y fue realmente, lo recordará Alfredo Elías Ayub aquí presente, el Director, fue realmente un calvario pasar eso.

Un calvario por qué. Porque había un gran escepticismo. Particularmente, la gente más vinculada al tema de energía pensaban que era una verdadera ocurrencia. Chamaco ocurrente, casi, casi decían. Yo sé que suena muy bonito, que es muy idealista, pero eso no funciona, menos en México. Si aquí tenemos un montón de petróleo, para qué usar el viento. Aparte, luego deja de soplar el viento.

Total. Para no hacer el cuento largo. Ojalá puedan ir además, que además es bellísimo, está un poco inundado por ahora. Pero en fin. Oaxaca es un estado maravilloso. Pero empezamos e hicimos el primer parque de energía eólica, con 100 megavatios, allá en La Ventosa.

Déjenme decirles, por cierto, que ese es uno de los puntos, estoy seguro, de mayor potencial eólico del mundo, en el Istmo de Tehuantepec. Yo no sé si es por la convección de los vientos que vienen del mar, tanto del Golfo de México, como del Océano Pacifico, es un estrecho, el Istmo de Tehuantepec, que nos permite concentrar ahí una gran cantidad de energía la mayor parte del año.

Fíjense ustedes que ahí, en esas carreteras, en la Carretera La Ventosa, por ejemplo, cuando sopla el viento en serio, los tráilers tienen que parar su camino porque los derriba el viento. Si ustedes van a La Ventosa, verán que los árboles no crecen verticalmente, crecen con una inclinación verdaderamente sorprendente, por la fuerza del viento. Es cierto.

efectivamente. Hicimos primero el parque eólico de 100 megavatios, que funciona perfectamente, y luego ajustamos las cosas que no habíamos podido ajustar en años, que son básicamente los costos de interconexión, como Comisión Federal de Electricidad, las tarifas de respaldo, algunas otras cosas que realmente habían bloqueado los proyectos.

Y, finalmente, hoy estamos desarrollando casi tres mil megavatios de capacidad en esa zona. Ya no sé cuántos van, llevamos 550, pero proyectos ya autorizados y en marcha por casi tres mil megavatios.

Entonces, lo primero es energía alternativa; energía alternativa que, evidentemente, tiene que ser acorde a las necesidades de cada país.

Yo, como alguien que aprecia enormemente el medio ambiente, también me sumo, digamos, a la reflexión y a la preocupación que implica, por ejemplo, los proyectos hidráulicos en el mundo, porque pueden tener externalidades ambientales también negativas, eso es cierto.

Sin embargo, amigas y amigos, en países en desarrollo, pienso en África, misma, con un potencial hidráulico enorme; la verdad tenemos que ir en una fase gradual para poder utilizar la energía renovable, incluyendo la hidráulica, con la manera de construir la vía al desarrollo sustentable.

Por lo pronto, en México nos ha funcionado y estamos explotando, casi al límite, nuestra capacidad hidráulica. Construimos la Presa de El Cajón, que inició el ex Presidente Fox, y que concluimos nosotros, que era en su tiempo una de las mayores de su tipo en el mundo; y, ahora, estamos construyendo la Presa de La Yesca, también de más o menos 800 megavatios, que también será una de las más importantes de su tipo en el mundo.

Entonces, primero. Energías renovables acorde con las necesidades y potencialidades de cada país.

Segundo. Programa de cambio masivo del patrón de consumidores en el uso de energía. Creo que ya han hablado aquí, en el Foro, seguramente, del Programa de Sustitución de Electrodomésticos, que es el programa que consiste en que a las familias que están utilizando refrigeradores viejos de muy alto consumo de energía, equipos de aire acondicionado de muy alto consumo de energía, les estamos facilitando con subsidios y con crédito, acorde a su capacidad económica, esto es algo muy importante.

Nosotros medimos la capacidad económica de la gente a partir de cuánto paga de electricidad. Y a partir de ello les damos un descuento del 50 por ciento, del 40, del 30 o crédito nada más.

Cuando la Secretaria me presentó el programa, con el que yo tenía mucho entusiasmo, el nombre era verdaderamente técnico y despampanante, ya no me acuerdo, pero era algo así como Programa de Ahorro de Energía Sustentable y Sustitución de Electrodomésticos en Familias de Escasos Recursos, etcétera, etcétera.

Mira Georgina, a eso no le entiende nadie. Vamos a ponerle algo que atraiga a la gente, que verdaderamente se interese, porque, la verdad, no les interesa el tema de energía, aquí entre nos.

Por qué no le ponemos Cambia tu Viejo por uno Nuevo. Como ustedes saben, en México, viejo es una expresión cariñosa que las esposas dicen de los maridos. Entonces, Cambia tu Viejo por uno Nuevo tuvo un gran pegue, la verdad. Sí tuvimos muchas quejas de consumidoras a la hora de llegar a la tienda a poner en práctica, porque no fue exactamente el producto que esperaban, pero, definitivamente, ha sido un programa que ha sido exitoso, porque nuestra meta era colocar 400 mil refrigeradores y equipos más o menos, llevamos 780 mil y estoy seguro que vamos a llegar muy pronto al millón, con lo cual estamos generando no sólo un ahorro de energía para el Gobierno, un ahorro y emisiones, sino un ahorro para las familias.

Tercero. Cambios masivos en vivienda. Todavía del lado de la demanda doméstica. Y nosotros estamos enfocando los subsidios de vivienda, precisamente, a vivienda cada vez más sustentable.

Por ejemplo, la Hipoteca Verde, es una hipoteca que tiene estímulos especiales. En el sistema que tenemos, México está desarrollando casi 900 mil viviendas por año en sistemas públicos y privados. Pero una parte muy importante es el sistema social que le da vivienda a los trabajadores.

Entonces, tenemos dos programas estrellas, diría yo, que es Hipoteca Verde, mediante el cual el Instituto de Vivienda de los Trabajadores da condiciones especiales en plazo, crédito y monto a los trabajadores que tengan una vivienda con características especiales. Por ejemplo, que tenga paredes térmicas, y esto lo sabe el constructor, o ventanas térmicas; que tenga, obviamente, lámparas, que no tenga lámparas, que tenga lámparas ahorradoras de energía, que tenga llaves y sanitarios ahorradores de agua, que tenga calentadores de agua solares, por ejemplo. México es un sitio privilegiado para el sol, la verdad, no es por nada, pero aquí hay verano, prácticamente todo el año.

Yo me acuerdo cuando fui a estudiar una maestría a una universidad fuera de México, cada vez que había un día de sol, yo veía que todo mundo salía prácticamente en traje de baño a tomar el sol y aprovechar tres o cuatro horas en que hubiera sol.

Entonces me di cuenta de lo mucho que tenemos los mexicanos. Aquí el sol sale tempranito, hace su chamba hasta muy tarde y realmente tenemos sol todo el año. Tenemos un potencial solar brutal, la verdad es que hay que hacerlo.

Y fíjense ustedes, en el mundo, mi experiencia es que el ahorro de energía en las casas ha empezado en los estratos más altos de la población.

La gente que tiene más ingreso es la que se avienta, perdonen la expresión, poner calentadores solares, celdas solares, ventanas térmicas, etcétera. Esa es la tendencia. Hay que romper la tendencia y la tendencia tiene que empezar o también hacerse por abajo, con la gente más pobre.

Entonces, a través de las Hipotecas Verdes y a través de otro Programa que se llama Tu Casa. Nosotros habíamos visto un problema a la entrada del Gobierno. Se había desarrollado un sistema de crédito hipotecario muy bueno, pero yo alguna vez, en mi campaña electoral, con el albañil que estaba, comí en campaña el 3 de mayo, el día de la Santa Cruz, que es un festejo de los albañiles en México, nos estábamos echando una barbacoa. Y a un albañil le decía, yo le preguntaba, que padres casas están haciendo. Sí, están muy bonitas. Y usted por dónde vive. Yo vivo. No les digo dónde. Pero no, qué esperanzas de que yo pueda tener una casa. Y tiene razón. Ese albañil que ganaba un salario muy bajo, a pesar de que hacía casas y casas y casas, no tenía acceso a casa.

Entonces, hicimos un programa, en el cual, para quien gana menos de cuatro salarios mínimos en México, que son más o menos, un poco más de 200 pesos, un poco menos de 20 dólares al día, le diseñamos un programa en el cual el Gobierno le da un subsidio, un subsidio que puede consistir hasta cinco mil, casi cinco mil dólares por beneficiario, dependiendo otra vez del ingreso, y con ese paga el anticipo de la casa y le acomodamos un crédito hipotecario que él paga con su ingreso, con lo cual abrimos un mercado para adquirientes de vivienda de muy bajos ingresos.

Pero ojo. Estamos sesgando ya el crédito, tanto la Hipoteca Verde como el Programa Tu Casa, a familias que adquieren viviendas sustentables; es decir, el constructor de vivienda tiene un incentivo económico para construir viviendas que tengan algún elemento de ahorro de energía que sea relevante, como puede ser, insisto, el uso de lámparas de ahorro de energía o el uso de materiales térmicos en la construcción.

Hasta ahora con la Hipoteca Verde se han financiado casi 200 mil Viviendas Verdes para trabajadores de muy bajos ingresos. Y al hacer uso de las tecnologías, de estas ecotecnologías, algo muy importante, el propio trabajador se ahorra, hemos calculado ya con mediciones objetivas, entre 14 y 20 dólares mensuales respecto de lo que paga otro trabajador que no tiene estos aditamentos en su casa. Obviamente también se reducen las emisiones.

Cuarto. La transición tecnológica en materia de iluminación. En breve, México va a emitir una Norma Oficial Mexicana, que vamos a introducir en el país de manera escalonada, para que establezcamos una transición, según la cual, en el futuro, en el mediano plazo, todas las lámparas en México sean de tecnología ahorradora.

Para lo cual necesitamos una Norma Oficial que vaya obligando, poco a poco, porque tampoco queremos romper la cadena productiva y fuentes de trabajo, pero que vaya haciendo que la empresa y la industria productora de focos pueda adaptarse paulatinamente, hasta que sea plenamente establecida en el país esa norma.

Y, mientras tanto, estamos implementando un Programa de sustitución de lámparas, mediante el cual nos permitirá, en este programa de sustitución de focos que se llama Luz Sustentable, que para el año 2012 hayamos sustituido 45 millones de focos tradicionales por lámparas ahorradoras. Ya hemos sustituido un millón y medio de focos, por cierto.

Quinto. Las metas de ahorro en el consumo de gasolinas mediante normas de rendimiento de combustible y emisiones de bióxido de carbono en vehículos ligeros nuevos.

Con esta norma se va a incorporar a la flota vehicular del país automóviles con mejores estándares. No hay que olvidar que México también es uno de los más competitivos países productores de automóviles. Las exportaciones de autos este año, por ejemplo, han crecido casi 60 por ciento.

Pero falta que en México se establezcan estándares, también de manera paulatina, que permitan vehículos que tengan mejor rendimiento de combustible y menores emisiones de bióxido de carbono.

Además, para la introducción de gasolina y diesel de ultra bajo azufre contemplamos inversiones por siete mil 500 millones de dólares para construir 15 plantas nuevas de postratamiento de gasolina. De hecho, muy brevemente, iba a decir este mes, pero las circunstancias en Veracruz han modificado nuestra agenda. Pero voy a inaugurar ya la primera Unidad de Producción de Combustible de Bajo Azufre, precisamente en la refinería de Minatitlán, en Veracruz.

Sexto. El aumento de la cobertura de electrificación rural. Estamos llevando energía eléctrica a 50 mil viviendas en comunidades remotas. Ciertamente, México ha hecho un gran trabajo en materia de cobertura eléctrica. Yo creo que tenemos ahora, qué será, Alfredo, 97, 98, quizá, por ciento de cobertura de electricidad en el país, lo cual es un gran logro. Y ha marcado totalmente la diferencia para nuestras comunidades.

Pero ese dos por ciento sabemos dónde está, y son comunidades aisladas, pequeñas, difusas, donde es terriblemente costoso introducir la electricidad. Y ahí, la resolución es energía renovable, que es una ganancia para todos. Y necesitamos, como sociedad, pagar el costo adicional de ponerle a esas viviendas energía solar, por ejemplo, o energía eólica, a través de un pequeño generador, una hélice, que permita o una combinación de ambas, que permita precisamente tener una cobertura 100 por ciento de electricidad a través de energías renovables, en el remanente que tenemos.

Séptimo. Fomentar la cogeneración. Un ejemplo concreto es en Petróleos Mexicanos. Que está construyendo una planta en el complejo de gas procesador de Pemex, en Nuevo Pemex, en el Estado de Tabasco, que va a generar electricidad por 300 megawatts, una capacidad de vapor de 550 a 800 toneladas por hora, sin alterar el proceso productivo y procesador de gas, de Petróleos Mexicanos.

Octavo. Transporte colectivo. Esto es fundamental. Hemos generado civilizaciones hechas y dependientes del automóvil. Claro, por supuesto, se me olvidaba mencionar, también hemos establecido incentivos para vehículos híbridos o eléctricos en México, que no pagan los impuestos que pagan el resto de los coches y, además, se han diseñado mecanismos, precisamente, para facilitar la producción en México de este tipo de vehículos.

Decía yo: el octavo es transporte colectivo. En México hemos terminado el primer Tren Suburbano en esta Ciudad de México, que va al Estado de México; estamos en el diseño de otros dos sistemas de trenes, de hecho ya en licitaciones que se vieron afectadas por la crisis económica, pero se han reanudado otros dos sistemas; estamos apoyando con Presupuesto Federal la construcción de la Línea 12 del Metro aquí, en la propia Ciudad de México.

Y tanto en la Ciudad de México como en muchas metrópolis del país, hemos facilitado con crédito de BANOBRAS, del Banco de Obras Públicas, y otras facilidades crediticias, la construcción de sistemas de vehículos múltiples en esas comunidades, de autobuses articulados. Este Sistema de Transporte Colectivo, y yo diría todos los sistemas de transporte colectivo posibles son un paso directo al ahorro de emisiones de carbono en transporte.

Noveno. Tenemos que avanzar hacia incentivos fiscales. No podemos dejar de reconocer, amigas y amigos, que el costo de la energía renovable, particularmente la individual, es un costo tremendamente alto. Yo lo sé, además, porque en una cabaña de campo que tengo con mi familia y la de mi esposa, pusimos, también, celdas solares y aerogenerador, pero, la verdad, sale carísimo.

Qué tenemos que hacer. Tenemos que avanzar hacia sistemas que faciliten fiscalmente la transición a energía renovable, en la certeza de que la tecnología pronto nos dará costos equiparables, en la medida que se masifique el consumo de energías renovables, la tecnología nos dará costos equiparables.

Y décima medida. El alineamiento de precios. Necesitamos avanzar, poco a poco, paulatinamente, evitando efectos ingreso-nocivos a la población, para ir reduciendo subsidios que distorsionan, precisamente, una correcta asignación de energía, porque un elemento de eficiencia energética, no cabe duda, es, precisamente, el costo mismo de la energía.

En el caso de México, en toda la energía de uso industrial que tenemos no aplicamos subsidios a la energía, a pesar de que hay una enorme presión del sector productivo por subsidiar la electricidad. Pero es fundamental, en primer lugar, no sólo para dar señales correctas en la economía, sino también, porque es una manera natural de una transición hacia la eficiencia energética, asignar costos reales, precisamente, al consumo.

Todavía tenemos una enorme problemática en el sector de consumo doméstico, en particular, porque tiene un uso político muy intenso. Los partidos que tienen, por ejemplo, mayoría en el Congreso, tienen bancadas, por ejemplo, muy fuertemente integradas por representantes del sector rural, cuya presión realmente es por tarifas subsidiadas en el sector rural, que no siempre son las más eficientes.

Pero es importante que se vaya alineando el costo de los combustibles, en general, particularmente, combustibles fósiles a su precio real, y que los subsidios no se cancelen, sino que se apliquen a transferencias directas en función del ingreso de los beneficiarios.
La clave es transitar, de manera ordenada, de subsidios generales a precios que son distorsionantes y generan ineficiencia en el consumo de energía, a subsidios focalizados en función del ingreso y condición económica del beneficiario. Se puede generar mucha mayor equidad y mucho mayor igualdad a través de subsidios focalizados. En fin.

Amigas y amigos, un último punto que quiero enfatizar, porque me he excedido, es el tema del financiamiento. La clave es, en muchas de las medidas de ahorro de energía, el financiamiento. Como bien decía, precisamente, don Mario, el ahorrar energía no sólo es necesario, es rentable, es negocio, sólo que es un negocio de largo plazo. Es decir, lo que detiene el uso de energía renovable es que, en general, las familias y las industrias no tienen en el corto plazo, en el periodo T-0, como dicen los economistas, no tienen los recursos para pagar las inversiones requeridas para ahorrar energía y, en consecuencia, no se aplican esas inversiones.

Sin embargo, si durante un periodo de uso razonable de esa energía, es demostrable que los ahorros, más que compensan la inversión inicial, es decir, que el valor presente neto es claramente positivo, lo que necesitamos hacer, amigas y amigos, no sólo es seguir avanzando en la parte tecnológica, sino avanzar más rápidamente en la parte financiera.

Señora, aquí tiene sus celdas solares o su aerogenerador. Usted págueme cinco por ciento menos de la tarifa que paga ahora, y ahí nos quedamos. Por qué razón. Porque en el lago plazo, ese ahorro paga la inversión inicial. El problema es que no hay mecanismos financieros suficientes para traer del futuro al presente el ahorro del uso eficiente de energía.

De manera tal que, para mí, el mayor reto para usar de manera masiva energía eficiente es el reto financiero, a la par del establecimiento de políticas públicas que permitan, verdaderamente, masificar el uso de estos mecanismos.
Amigas y amigos.

Termino recordando que este 29 de noviembre, y hasta el 10 de diciembre, empieza en la Riviera Maya, en México, cerca de Cancún, la XVI Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y, también la VI Reunión las Partes del Protocolo de Kioto.

Qué necesita el mundo de la Reunión de Cancún. Necesita corresponsabilidad y un verdadero sentido de urgencia. Quizá el mundo necesita ir a ver a las familias que hoy están sufriendo terribles inundaciones en Pakistán.

Necesita ir a ver a las familias que hoy, en México, por ejemplo, perdieron su vivienda o parte de ella. Necesita ir y asomarse a ver el panorama del Estado de Tabasco, donde sus llanuras, fundamentalmente, están totalmente inundadas en este momento.

El mundo necesita una conciencia y un sentido de urgencia en el tema climático. Necesitamos mecanismos que aborden la corresponsabilidad, que rompan este fenómeno del free rider, en el cual, como otro puede hacer lo que a mí me toca, nadie hace lo que le toca.

Necesitamos un verdadero compromiso, voluntad política y, sobre todo, esquemas prácticos, pragmáticos, financieros y operativos que permitan impulsar el desarrollo y la transferencia de tecnologías limpias tanto para mitigación, como para adaptación al cambio climático.

La COP-16 nos da esa oportunidad de alcanzar en la construcción de las bases de un nuevo modelo de desarrollo, el desarrollo sustentable que procure el bienestar de nuestras sociedades, ahora y en el futuro, a través de un crecimiento económico bajo en el uso de combustibles fósiles.

Eso es posible, eso es necesario, es difícil, pero todos debemos empujar ahora para lograr un acuerdo en Cancún. Y Cancún será, por supuesto, una clara llamada de atención y será una voz que se alce fuerte, clamando por ese sentido de urgencia para que actuemos ya, y entre todos, por combatir un problema que sí afecta la viabilidad de la humanidad en el futuro.

Yo estoy seguro que este Foro contribuirá de manera determinante a lograr una mayor cooperación internacional para impulsar la eficiencia energética en la región.

Sólo así podremos construir un futuro energético sustentable, que asegure el acceso universal a los servicios energéticos modernos para toda la gente y, sobre todo, reduzca la intensidad energética global y nos haga a nosotros, como humanidad, más eficientes y más conscientes, más responsables respecto del futuro de los que vienen detrás de nosotros.
Muchísimas gracias y bienvenidos a México.

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