Fue, por tanto, otro mes también plagado de dudas que se acentuaron cuando conocimos el documento que el Gobierno pretendía que hiciera suya la Subcomisión de Estrategia Energética del Congreso en su reunión del 28 de julio, tras un año de deliberaciones y numerosas comparecencias, entre otras la mía.
En ese documento se reducía a 3.800 MW la potencia de energía solar termoeléctrica o termosolar instalada en 2020 -más reducido aún que los 5.079 MW recogidos en el PANER- lo que, a la vista de la potencia actualmente registrada significaba el fin del desarrollo de esta tecnología en España.
De nuevo nuestra labor y la de nuestras empresas ante partidos políticos, grupos parlamentarios y comunidades autónomas dieron sus frutos y en dicha reunión, días antes de agosto, la Subcomisión parlamentaria no aprobó el mix presentado por el Gobierno e incluso dejo constancia en su acta de la necesidad de reforzar el apoyo a la tecnología termosolar.
En septiembre deberá reiniciar sus trabajos, confiando en que se materialice esa postura y se establezcan objetivos a 2020 muy superiores a los del PANER para esta tecnología. A lo mejor como consecuencia de mi intervención en la citada Subcomisión se me ha pedido expresamente que de mi opinión al respecto a lo que contestaré en el sentido que todos os podeis imaginar.
Pudimos irnos tranquilos de vacaciones. Otra batalla más ganada y van cuatro en un año: reacción previa a la publicación del RDL 6/2009, enmienda a la ley SOCIMI, negociaciones relativas al nuevo R.D. y esta última de la Subcomisión. La guerra será muy larga y los intereses contrarios a la termosolar son muy poderosos. Pero, al final, ganaremos. Sobre todo porque la razón histórica está de nuestra parte.
Efectivamente la termosolar es la gran alternativa de energías renovables gestionable para el objetivo de reducción de emisiones de CO2, que pone en cuestión el actual status quo de maridaje de intereses entre la tecnología eólica y los ciclos combinados. La termosolar con almacenamiento podría ser la tecnología de respaldo necesaria para los aerogeneradores de los parques eólicos.
Instalada de forma distribuida en zonas relativamente cercanas a un parque eólico, podría, además, optimizar la ocupación de las redes de transporte, justificando económicamente dichas inversiones.
El Gobierno se encuentra así ante la tesitura de tratar de defender la rentabilidad de las compañías que efectuaron enormes inversiones en ciclos combinados -de cuyo acierto o error no debe ser responsable toda la sociedad, ni el gobierno o las empresas de energías renovables- o mirar al futuro apostando por una tecnología, la termosolar, gran generadora de empleo y desarrollo económico en muchas regiones y preparada para aprovechar las grandes oportunidades internacionales que se están abriendo.
La falta de una clara visión de futuro está perjudicando notablemente las posibilidades de reducción de costes de nuestra tecnología, además de los continuos sobresaltos a los que se nos está sometiendo que merman la confianza de las instituciones financieras y la imagen exterior del país.
En 2008 Protermosolar presentó al Ministerio un modelo de preasignación, que en paralelo con el R.D.661, -en cuyo marco ya no podían realizarse prácticamente más cierres financieros-, hubiera permitido unos cupos semestrales a los que se hubiesen podido aplicar criterios de innovación y de reducción de tarifa. Frente a esta opción surgió improvisadamente el R.D. 6/2009 que provocó el efecto llamada por todos conocido y de cuya implementación no cabe esperar reducciones de costes hasta 2013.
Esperamos, no obstante que la cuota para proyectos innovadores del nuevo R.D., que facilite esa necesaria evolución, sea elevada significativamente frente a la propuesta inicial de 80 MW y que dicho nuevo R.D. pueda ser publicado en el B.O.E. a finales de septiembre. ¡Ah! y también que este nuevo curso que empieza sea más tranquilo y se consolide todo lo emprendido.
Valeriano Ruiz Hernández, Presidente de Protermosolar, www.protermosolar.com