Lomborg, negacionista del cambio climático, se arrepiente por Antonio Cerrillo

Las filas de los negacionistas del cambio climático pierden a un primer espada. Bjorn Lomborg se cambia de bando. Ahora dice que luchar contra el calentamiento es una prioridad. Lomborg, un profesor de estadística danés que se hizo famoso por su libro El ecologista escéptico, había mantenido que la mayor parte de los problemas ambientales eran pura exageración de los ecologistas, lo que brindó abundante munición ideológica a los que piensan que el calentamiento es mentira.

Lomborg ha evolucionado. Pero lo suyo es un giro copernicano. Como otros escépticos del cambio climático, alimentó las dudas y cuestionó la necesidad de combatirlo. En su último libro, En frío, aceptaba el cambio climático, pero decía que no sale a cuenta combatirlo; que existen otras prioridades, como combatir la malaria o el sida.

Ahora, en cambio, afirma que "el calentamiento global es indudablemente una de las preocupaciones clave del mundo" además de "un reto que la humanidad debe afrontar". ¿Es un cambio de chaqueta o una estrategia para vender libros? Lo cierto es que en vísperas de la próxima aparición de un nuevo libro, Lomborg hace un llamamiento para que se destinen miles de millones de dólares para afrontar el cambio climático. "Invertir 100.000 millones de dólares anuales permitiría resolver el problema del cambio climático para finales de este siglo", afirma. Lomborg y sus colaboradores recomiendan que se invierta en investigación sobre energía eólica, solar, reactores nucleares y nuevas tecnologías de ingeniería climática para que actúen como nubes-pantalla que reflejen la radiación del solar hacia la atmósfera y mitiguen el efecto invernadero.

Lomborg negó que lo suyo sea un cambio de postura: "Lo que yo siempre he dicho es que esto (el calentamiento) no es el fin del mundo", declaró a The Guardian. El grupo de economistas que encabeza sostenía en el 2004 combatir el calentamiento no era prioritario. Ahora, en cambio –según dice– ofrece nuevas ideas para mitigar el alza de temperaturas al margen de las políticas para recortar los gases (inversiones en tecnología, ingeniería climática, plantación de árboles o reducción de metano).

"Ha sido un negacionista con pretextos políticos y económicos. Dijo que el proceso de Kioto no conducía a nada, que era inútil, y que era demasiado caro combatir el calentamiento. También ha sido de los que decían que el cambio climático era un caballo de Troya de la nueva izquierda. Pero era maniqueo", explica Pablo Ángel Meira, profesor titular de Educación Ambiental de la Universidad de Santiago de Compostela. "Rechazaba combatir el calentamiento al contraponerlo a la lucha contra la pobreza o el sida. Pero nunca lo comparó con el dinero que va a armamento, ni dijo que combatir el calentamiento es también luchar contra la pobreza".

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