"Estos paneles que permiten un gran ahorro en el consumo de agua caliente en los hogares constituyen una mejoría sustancial en la calidad de vida de los chilenos, ya que podrán ahorrar más de un 30 por ciento del consumo de gas sus casas", comentó el ministro a la prensa.
"Las energías renovables, como la eólica y la solar, no pueden ser el futuro. Se están convirtiendo en el presente. Es no sólo deseable, sino imprescindible que la matriz energética de los países se cumpla y se prepare una estrategia para que su aumento sea constante", añadió.
En Chile, además del fomento al uso de las energías renovables no convencionales (ERNC) por parte del gobierno, entró ya en vigor la ley 20.365 que activa una franquicia tributaria para reducire el precio del panel solar.
Mediante la franquicia, el panel solar térmico tendrá un costo de unos 680.000 pesos (1.350 dólares), frente a los 893.000 (1.770 dólares) que una empresa debe gastar en la instalación de un colector solar.
A partir de la estrechez energética que sufrió Chile el año 2006 y para hacer frente al cambio ambiental, se inicio un cambio en la forma de producir y usar la energía que es la mayor fuente de emisiones de CO2.
Producir energía limpia, apostar por las renovables, frenar la dependencia de las importaciones energéticas, limitar el efecto invernadero, son objetivos a los que es difícil oponerse.
La sustitución de formas de obtener energías sucias por otras sostenibles necesita que se eliminen las barreras que existen para su crecimiento a gran escala y contando con el papel que los ciudadanos pueden jugar para transformar el sistema energético.
Entre las instituciones que están involucradas por esta Ley para otorgar la franquicia está la municipalidad, entidad encargada de revisar la documentación del proyecto de construcción de la vivienda.
También puede otorgar la franquicia la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, a la que le corresponde establecer el registro autorizado de colectores solares térmicos y verificar el aporte solar del proyecto, entre otras instituciones públicas.
Mientras un estudio prevé que subir de 10% a 20% la cuota de las energías renovables no convencionales en la matriz eléctrica al 2020 implicará mayor costo de inversión, el gobierno dice que bajará el costo marginal del sistema.
La meta que está impulsando el gobierno de lograr que hacia el año 2020 el 20% de la generación de electricidad de Chile provenga de las llamadas Energías Renovables No Convencionales (ERNC), entre las que destacan la energía eólica de los aerogeneradores, la geotermia y las centrales hidroeléctricas fluyentes.
Entre sus partidarios, incluyendo al propio Poder Ejecutivo, los argumentos que más se escuchan son la necesidad de diversificar la matriz energética, tener fuentes más limpias en momentos en que los mercados desarrollados comienzan a trazar la "huella de carbono" y bajar los costos marginales (de operación) del sistema eléctrico.
Para llegar al 20% de la generación en una década más se requerirían unos 1.857 megavatios adicionales (MW) de potencia instalada de energías renovables no convencionales (hoy la ley considera que a la fecha sólo el 10% de la matriz sea generada por estas energías renovables).
La estimación contempla que de las ERNC que se instalen al 2020, el 10% sea de centrales eólicas, un 60% de hidroeléctricas fluyentes y un 30% de biomasa y geotermia.
El coste de unos 2.600 dólares por cada MW eólico; 2.450 dólares por cada MW hidroeléctrico fluyente y 2.900 dólares para la geotermia.
El gerente general de Eólica Talinay, Daniel Munzenmayer, acota que las energías no convencionales más eficientes para Chile son la eólica y las hidroeléctricas fluyentes.