El diplomático se refirió esencialmente al interés del consorcio privado Bolloré-Eramet, que fafricará coches eléctricos, para participar en la industrialización de litio en el Salar de Uyuni, el desierto salino más grande del mundo. Según La Paz, en sus 10.000 km2 hay unas 100 millones de toneladas del mineral, el 50% de las reservas mundiales.
Además de Bolloré-Eramet, la japonesa Sumitomo, las coreanas Kores y Hyundai, y la finlandesa European Batteries, así como Irán y Brasil, tienen interés de acceder al rico yacimiento minero, coincidiendo con la llegada al mercado de los automóviles eléctricos.
Consultado sobre qué faltaba para que Francia pueda ingresar al desarrollo del proyecto, Grassin respondió: "Una decisión de Bolivia". Sin embargo, agregó que el desarrollo de la primera fase de la industrialización de litio, que es la explotación de salmueras, es 100% estatal boliviano.
El litio, que entre otras cosas se utiliza para la elaboración de pilas y baterías de alto rendimiento, es considerado un elemento estratégico para el desarrollo del vehículo eléctrico.
Las reserves de litio ascienden a un mínimo de 23 millones de toneladas, por lo que éste no limitará la fabricación de millones de vehículos eléctricos. Hay litio para 3.000 millones de coches eléctricos.
Las baterías de iones de litio pueden sustituir a la gasolina si el coche eléctrico se populariza. Al igual que los teléfonos móviles o los ordenadores personales, los coches eléctricos necesitan baterías de litio para funcionar. Y hay quienes dicen que no hay suficiente litio para todos los automóviles eléctricos.
Otro problema es la electricidad para recargar los vehículos eléctricos. Los coches eléctricos no emiten CO2, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica.
Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad a los vehículos eléctricos, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico, como propone REVE (Regulación Eólica con Vehículos Eléctricos).
Hay quién dice que se cambia petróleo por el litio, y que esta acción sólo cambia un recurso finito por otro, e incluso que las verdaderas razones por las que Estados Unidos invadió Afganistán fueron para asegurar los depósitos masivos de litio.
Según las últimas cifras del Departamento Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), los productores actuales ofrecen litio suficiente para abastecer al número proyectado de vehículos eléctricos para los próximos 10 años. Después de eso, el reciclaje del litio de las baterías suplirá la demanda.
Hoy, reciclar el litio de baterías pequeñas no es rentable. Los productores están extrayendo demasiado litio para la demanda que hay, y el consumo de litio en automóviles eléctricos es ínfimo.
El consumo de litio, además, se ha visto afectado por la crisis económica, lo que causó un exceso de litio en 2009 y una caída en los precios. La única forma en la que crecerá la demanda de litio será si los vehículos eléctricos salen al mercado en cantidades masivas para que aumente la producción de baterías de iones de litio.
En 2009, Estados Unidos tenía 2,5 millones de toneladas de litio en reservas, y hay un mínimo de 23 millones de toneladas en otros países. Las baterías de litio para los coches eléctricos necesitan menos de 15 kilogramos por batería. Renault-Nissan dice que sólo 4 kilogramos.
Los informes de grandes reservas de litio en Bolivia y Afganistán causaron conmoción en los medios: la idea era que podría haber una lucha por los recursos de litio en ambos países.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, no venderá el litio de su país, y Afganistán sigue siendo muy peligroso, pero los problemas de estas regiones se basan en la asunción de que el litio seguirá un patrón similar a otro recurso energético finito: el petróleo.
La demanda de litio no es tan alta como para ser muy valioso. Las controversias sobre las reservas de litio en Bolivia y Afganistán dependen de que el metal se encarezca. Pero si la industria despega y el vehículo eléctrico se implanta, no habrá necesidad de encontrar otras fuentes de litio en unos 10 años, asumiendo que la tecnología no mejore para crear baterías de litio más eficientes.
El litio no es un combustible como el petróleo; como no cambia químicamente mientras genera energía, puede ser reciclado una y otra vez.
Sólo una empresa recicla litio en este momento, porque reciclarlo es mucho más costoso que extraerlo. La firma se llama Toxco, y recibió una subvención de 9,5 millones de dólares por parte del Departamento de Energía de Estados Unidos en 2009 para impulsar sus actividades de reciclaje de litio.
Si el automóvil eléctrico despega, habrá más empresas que reciclen el litio. Esto implicará que no sólo se reciclen baterías de coches eléctricos por su litio sino además por otros materiales más valiosos, como el cobalto.