“La eólica -defendió- es ya una realidad: es una tecnología madura, demandada en todo el mundo, tiene retornos económicos (riqueza y empleo) mayores que las primas que recibe y sus características y crecimiento ordenado la alejan del comportamiento burbuja”.
Entre los retos del sector eólico destacó la necesidad de un marco estable y una planificación estratégica y a largo plazo “más allá de las ideologías”; la respuesta al traslado de la demanda a países en crecimiento; la apuesta por la innovación “para disponer de tecnología para todo tipo de mercados y vientos” y la búsqueda de fórmulas de almacenamiento y la interconexión con Europa.
El Presidente de Gamesa, Jorge Calvet, pidió agilizar la reanudación de las negociaciones en el marco del Pacto de Estado en materia energética, con el objetivo de concretar un escenario regulatorio estable y adecuado para el sector eólico. “Sino, el aplazamiento de las negociaciones volverá a instalarnos en un estado de incertidumbre, que se prolonga en el sector desde hace más de un año, con consecuencias importantes en las empresas y su posicionamiento en los mercados de capitales”.
Calvet defendió la definición de una planificación estratégica energética a largo plazo “más allá del debate sobre las primas y de ideologías, con la participación equilibrada de todas las tecnologías disponibles y en base a tres principios: la reducción de la vulnerabilidad energética de los países, diversificando las fuentes y garantizando independencia y seguridad de suministro; la mejora de la competitividad de la economía, asegurando el mínimo coste; y la minimización del impacto ambiental”. Los comentarios se realizaron en la ponencia impartida hoy en el ciclo “Claves de la competitividad a nivel internacional” de ESADE y Deloitte.
El Presidente de Gamesa defendió que la eólica es desde hace años una realidad, una tecnología madura, demandada en todos los países del mundo, que ha experimentado un crecimiento ordenado y previsible “alejado de efectos burbuja y con retornos macroeconómicos y sociales mucho mayores que las primas que recibe”. “La eólica -subrayó- es la única tecnología en España que cumple los objetivos marcados en Plan de Energías Renovables 2005-2010”. Asimismo, destacó, “es una garantía de competitividad y se encuentra entre las responsables de la bajada del precio del pool, que se abarata al desplazar centrales de combustión más caras”.
Diferente al resto de renovables y no culpable del déficit de tarifa
“La eólica, como el resto de renovables, -apuntó- evita emisiones de CO2, es un recurso inagotable y reduce la vulnerabilidad energética de los países; sin embargo, mantiene notables diferencias frente al resto de renovables, basadas en dos conceptos: su carácter industrial (existencia de un sector industrial nacional y de tecnología propia, mayores períodos de maduración -8 años para la promoción de un parque- y mayores niveles de inversión); y el ser una tecnología madura, con una curva de aprendizaje tecnológico desarrollada, que permite conseguir precios competitivos”.
Calvet rechazó la idea de que la eólica sea culpable del déficit de tarifa en España. En 2009, los desvíos de las primas a la eólica fueron de 230 millones de euros, una cifra que representa el 5% del déficit de la tarifa total.
Con el marco actual, la eólica recibiría 28.000 millones en primas en los próximos 20 años. La generación de energía equivalente con gas costaría, en un escenario de precios medios de la AIE, 50.000 millones de euros (coste de la importación de gas + las compras de derechos de emisión de CO2). “Las primas a la eólica -concluyó- representaron un 9,8% de los costes fijos del sistema eléctrico, pero esta energía cubrió el 13,4% de la demanda nacional”.
Durante su intervención, Jorge Calvet hizo referencia a cinco factores que, a su entender, impulsarán el crecimiento a medio y largo del sector eólico: el compromiso mundial con la reducción de emisiones de CO2 ; el incremento de la demanda energética en el mundo; su contribución a la independencia energética; el previsible incremento de los precios y la volatilidad de los combustibles fósiles y la mejora progresiva de la eficiencia de la energía eólica.
Traslado de la demanda, más mayor competencia e innovación
Asimismo, detalló alguno de los retos a los que se enfrenta el sector a medio plazo. “Junto a la necesidad de un marco estable y adecuado para el sector, las empresas tendremos que responder a un progresivo traslado de la demanda hacia mercados en crecimiento, entre ellos Estados Unidos y China, principalmente. Esta circunstancia, unido a la inexistencia de un marco estable en España -añadió- podría provocar procesos de deslocalización entre empresas con una estrategia clara de internacionalización”.
La nueva industria eólica asiste, en su opinión, a importantes cambios en la demanda, con mayores exigencias y con la innovación y la tecnología, como clave competitiva; así como a una mayor competencia, de los “players” tradicionales y de nuevos industriales, especialmente en el segmento de “low cost”.
En este entorno, la innovación y tecnología constituyen un reto y una oportunidad: “la clave está en la flexibilidad, la anticipación y la capacidad de respuesta para disponer de la tecnología óptima y más eficiente para todo tipo de mercados y vientos”. La necesidad de trabajar en fórmulas de almacenamiento eficaces y la interconexión con Europa, otros de los elementos claves para el sector a medio plazo.
Con más de 15 años de experiencia en el sector, Gamesa es uno de los líderes mundiales en el diseño, fabricación, instalación y mantenimiento de aerogeneradores, con la instalación de más de 18.000 MW en el mundo.
La compañía es también referencia mundial en el mercado de la promoción, construcción y venta de parques eólicos, con más de 3.500 MW instalados y una cartera de 22.000 MW en parques eólicos, en diferentes fases de desarrollo en Europa, América y Asia.
Con una treintena de centros de producción en Europa, Estados Unidos, China y la India, y una capacidad de producción anual de 4.400 MW, la compañía cuenta con una plantilla internacional de más de 6.300 personas.