Según los datos de GWEC (Consejo Mundial de la Energía Eólica) el pasado año, a pesar de la crisis, la potencia eólica instalada creció en el mundo un 31%, con más de 37.000 MW eólicos.
China y Estados Unidos lideraron ese incremento con 13.000 MW, los primeros, y cerca de 10.000 MW los estadounidenses. Con ese incremento China supera a España y se sitúa en la tercera posición pero nuestro país sigue ocupando un cuarto puesto en el pelotón eólico de cabeza.
Estas cifras demuestran que España no está sola en esta apuesta, como se afirma frívolamente desde distintos ámbitos, puesto que los principales países de nuestro entorno como Alemania, Francia o Italia aumentaron su parque eólico con la instalación, cada uno de ellos, de más de 1.000 MW eólicos en 2009.
Pero quizás el dato más elocuente será el aportado por la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA) que subraya que la eólica fue la tecnología de generación eléctrica que más creció el pasado año en el viejo continente con 10.163 MW, por delante de las centrales de gas que lo hicieron en 6.630 MW mientras que la tecnología nuclear perdía 1.393 MW.
Además cabe destacar que dos empresas españolas ocupan el primer y tercer puesto entre los principales operadores de parques eólicos del mundo, según el informe anual de la consultora BTM que sitúa a Iberdrola Renovables como líder en potencia eólica instalada a finales de 2009 con 10.350 MW mientras que Acciona cuenta con 6.230 MW y la estadounidense FLP Energy ocupa el segundo puesto con 7.544 MW.
En cuanto a los fabricantes de aerogeneradores la española Gamesa ocupa el sexto puesto con 19.225 MW en un ranking en el que llama la atención la presencia de tres fabricantes chinos de aerogeneradores en los puestos 3º, 5º y 7º.
El mercado de las turbinas eólicas sigue dominado por Vestas que acumula 39.705 MW instalados en todo el mundo y que cuenta con varios centros industriales en nuestro país.
En 2010 el sector eólico español tiene una cita trascendental para renovar su liderazgo o para tirar por la borda el esfuerzo de los últimos veinte años.
El Gobierno tiene que aprobar tanto el nuevo Plan de Energías Renovables 2011-2020 como el consiguiente decreto regulador, para hacer posible el objetivo europeo de que en 2020, el 20 por ciento de la energía final sea de origen renovable.
Como ponen de manifiesto todas las cifras, la eólica ha sido hasta hoy la más eficaz y eficiente de las tecnologías renovables y tiene todos los elementos necesarios para consolidarse como pilar del nuevo modelo energético sostenible y por ello el sector ha propuesto alcanzar en esa fecha 40.000 MW eólicos en tierra y 5.000 MW en mar.
Para AEE el primer paso debería ser la rectificación de los cupos atribuidos a la potencia eólica en el citado Registro de Pre-Asignación y la resolución de los flecos que causó esta nueva e inesperada norma.
Respecto al Plan de Energías Renovables, AEE mantiene su propuesta pero entiende, y así lo manifestó en su momento, que el “escenario de Zurbano”, que reducía a 35.000 MW puede ser razonable dada la caída de la demanda registrada el pasado año.
Respecto al nuevo marco retributivo, AEE mantiene, como en anteriores cambios normativos, que al tratarse de un sector regulado el Gobierno tiene la competencia de fijar los incentivos pero debe buscar el equilibrio de esa rentabilidad razonable que permita la consecución de los objetivos europeos.
Hoy se baraja la posibilidad de aplicar una reducción de las primas a las energías renovables (eólica, fotovoltaica y termosolar) con carácter retroactivo que para AEE supondría un daño irreparable en la credibilidad del sector ante las instituciones financieras y los inversores internacionales.
España necesita de la eólica. Si en el Balance Energético de España en 2009, que realiza el Club de la Energía con la aportación de distintas entidades, se destaca el hecho de que la aportación de las energías renovables ha alcanzado un máximo histórico con un 12,4% de toda la energía final española, gracias en parte a la caída simultánea del consumo de combustibles fósiles, lo ha sido sobre todo por el desarrollo de la eólica.
La apuesta de Estado por las energías renovables, que se certificaba en 1997 con la aprobación de la Ley del Sector Eléctrico, en la que se incorporaba el objetivo de alcanzar el 12% de consumo de energía primaria para el 2010 (un 29,4% en el caso de la electricidad) ha dado su resultado en el camino de reducir la dependencia energética y disminuir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (CO2 y otros).
Pero queda mucho camino por recorrer y, por ejemplo, el pasado año fue muy abundante en hidraulicidad, aportación que en un año pluviométrico medio nos volvería a alejar de ese peso de las energías renovables en nuestro consumo de energía final.
En efecto, la contribución más importante ha sido la de la eólica, que cumplirá con el objetivo de potencia instalada establecido en el Plan de Energías Renovables 2005-2010 (PER, 2005-10), es decir, los 20.155 MW.
En estos años en que ha estado vigente el PER, su aportación ha aumentado en un 76%, al pasar de producir el 7,4% al 13,4% de la electricidad que se consume en España, 14,46% del sistema peninsular.
En este periodo la eólica ha generado 138 TWh eléctricos y percibido primas que suman 5.200 millones de euros. Si se hubiesen generado esos 138 TWh eólicos a través de la combustión de gas natural, su importación hubiera costado entre 5.000 y 5.300 millones de euros, según las estimaciones de AEE.
En este mismo periodo, la generación eólica ha evitado más de 70 millones de toneladas de CO2 (lo que se hubiera emitido si se hubiese generado la misma electricidad en centrales de gas natural), y eso habría supuesto que España tuviese que comprar derechos de emisión por un valor de más de 500 millones de euros.
Las cuentas son claras, son 5.500 millones de euros que se hubiesen transferido a los países exportadores de hidrocarburos frente a 5.200 millones de euros que se han quedado en España y han contribuido a desarrollar un importante tejido industrial con proyección internacional, que han creado decenas de miles de puestos de trabajo y que han servido para invertir en I+D+i de las empresas del sector.
El balance es contundente para la economía española, en lugar de importar gas natural y carbón, hemos exportado aerogeneradores, experiencia, y una imagen moderna e innovadora de España, algo de lo que no pueden presumir muchos sectores de nuestra economía.
Todos estos aspectos se recogen en la actualización del Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España que, elaborado por Deloitte, presentó AEE el pasado mes de noviembre.
En el ámbito de las diversas líneas de trabajo para facilitar la integración en red, destaca la labor de un Grupo de Trabajo que desde 2006 coordina AEE y que ahora se denomina Comité Técnico de Verificación (CTV), que ha elaborado y aprobado el procedimiento para verificar el cumplimiento de los aerogeneradores a las exigencias sobre los huecos de tensión.
Este Comité ha validado los modelos de aerogeneradores y parques eólicos y, en última instancia, certificado el cumplimiento del Procedimiento de Verifi cación, Validación y Certificación (PVVC) del Procedimiento de Operación P.O. 12.3.
El esfuerzo realizado para adaptar los parques eólicos a la norma que indica cómo hay que responder a los requisitos de los huecos de tensión (P.O.12.3) está dando ya unos excelentes resultados.
De hecho, de los 19.149 MW eólicos instalados en España, a 31 de diciembre de 2009, 16.625 MW ya habían sido certificados, lo que supone un 84,7% del total de la potencia eólica instalada (este porcentaje se incrementa si se tiene en cuenta que el sector eólico pide que 865 MW sean excluidos de este proceso).
Tanto el año 2009 como el 2008, son un claro exponente de la volatilidad de los precios del mercado eléctrico. Si hace dos años, el incremento del precio medio del mercado diario sobre el ejercicio anterior, 2007, había sido del 63,7%, el pasado año 2009 el precio medio se redujo a un 42,6%, hasta alcanzar los 36,96 €/MWh, el más bajo registrado desde 2004.
Este descenso se explica fundamentalmente por la importante caída de la demanda (rectificada en los meses transcurridos de 2010) que había traído consigo la crisis económica y la notable reducción de los precios de los combustibles fósiles.
También influye, lógicamente, la incorporación de más energía eólica al mercado dejando fuera siempre a las tecnologías más caras que normalmente marcan precio.
El precio medio del 2009 también fue notablemente inferior para las instalaciones eólicas, en concreto de 77,05 €/MWh para las acogidas al RD 661/2007 y de 74,07 €/MWh para las que se acogen a la Disposición Transitoria 1ª de dicho Real Decreto, que permite percibir la prima prevista en el RD 436/2004, mientras que en 2008 habían sido respectivamente de 85,94 €/MWh y de 102,73 €/MWh.
Una de las características del sector eólico español es su liderazgo tecnológico a nivel mundial del que la plataforma REOLTEC es su escaparate. En 2009, esta plataforma ha proyectado la imagen del sector eólico español a través de varias iniciativas de encuentros con delegaciones internacionales de países como Estonia, Corea, Finlandia o Suecia, que tenían interés por conocer su organización y funcionamiento y la oportunidad de participar en la elaboración de un programa hispano chino de financiación de proyectos de I+D+i, con el reto de ampliar la cooperación entre empresas de ambos países y de abrir mercados para los subsectores punteros españoles.
Desde el pasado año REOLTEC ha tomado una nueva dimensión que se concreta en varias iniciativas como una clara apertura hacia Europa, una mejor coordinación con otras plataformas y, por último, con el lanzamiento de un estudio de diagnóstico del posicionamiento tecnológico del sector eólico español.