De confirmarse la riqueza de la veta, informa el New York Times, Afganistán podría convertirse en una de las grandes potencias mineras del mundo.
El yacimiento contiene oro, cobre, cobalto, hierro y metales estratégicos para el desarrollo tecnológico. Por ejemplo, el litio, que se utiliza en la fabricación de baterías para coches eléctricos, ordenadores y blackberrys.
Afganistán podría ser "la Arabia Saudí del litio", cita el diario estadounidense siguiendo un informe interno del Pentágono. La cantidad de litio que se cree se descansa en un yacimiento de la provincia meridional de Ghazni es mayor que la de todo Bolivia, el país del mundo que hasta hoy posee las mayores reservas de este material.
El litio es un mineral clave utilizado en las baterías recargables, desde teléfonos móviles a ordenadores portátiles y automóviles eléctricos, y Afganistán tiene tanto que podría convertirse en la "Arabia Saudí del litio", según un memorándum interno del Pentágono citado por el diario.
Explotar el yacimiento llevaría varios años y estaría condicionado al desarrollo del conflicto, pero de conseguirse significaría un salto de gigante para la economía afgana, hasta ahora sustentada principalmente en el comercio de opio.
Los efectos del hallazgo son impredecibles en el desarrollo de la guerra, según las previsiones militares. Los talibanes podrían reactivar su ofensiva para recuperar territorios perdidos, y se teme que nuevas potencias (Estados Unidos señala a China) puedan implicarse en el conflicto.
Aun así, la administración Obama considera el descubrimiento como esencialmente positivo en un momento de recrudecimiento de la violencia.
No es la primera vez que Afganistán atrae la atención de los geólogos. Las primeras investigaciones sobre la riqueza mineral de la zona se dieron en la década de los ochenta, pero la guerra contra los soviéticos primero y la posterior guerra civil apartaron el proyecto. En 2001 y tras los atentados del 11-s, EE UU invadió el país.
Por otro lado, el Gobierno estadounidense cree que el marco legal que en la actualidad posee Afganistán en materia de regulación de yacimientos es claramente insuficiente a la luz de los nuevos descubriminetos sobre la riqueza mineral del país.
La actual ley, que fue elaborada con la colaboración del Banco Mundial, podría no resistir las previbles tensiones que surgirían entre la administración central y los gobiernos provinciales acerca de los beneficios de la explotación minera, según Paul Brinkley, subsecretario del Pentágono y que dirige equipo de geólogos y militares que ha realizado las estimaciones.
Otro de los problemas es la corrupción, cada vez más extendida en el Gobierno de Hamid Karzai, y que podría crecer aún más con el nuevo hallazgo, sobre todo si un pequeño grupo de oligarcas, unidos al presidente, se hicieran con el control del yacimiento.
Un ejemplo de ello fue el caso de corrupción que el año pasado salpicó al ex ministro de Minas, el cual fue acusado de recibir un soborno de China de 30 millones de dólares a cambio de los derechos de explotación de cobre en la provincia de Logar.
Sin prácticamente ningún tipo industria minera se necesitarán décadas para que Afganistán pueda explotar bien su riqueza mineral. "Este es un país que no tiene cultura minera", dijo Jack Medlin, uno de los geólogos del descubrimiento. "Han tenido algunas minas pequeñas, pero ésta es muy, muy, muy y se necesitaría algo más que un simple lavado de oro".
"El Ministerio de Minas afgano no está preparado para manejar esto. Estamos intentando ayudarles en esto", sostiene Binkley. Este dirigente señala que la explotación responsable desde un punto de vista medioambiental de las riquezas afganas sería otro gran reto, ya que debido a su escasísima industrialización, la legislación mediomabiental en Afganistán es prácticamente inexistente.
www.nytimes.com/2010/06/14/world/asia/14minerals.html