Según explicó Soy, Cataluña también aspira a recibir entre 80 y 90 millones de euros procedentes del plan estatal que prepara el Gobierno y que prevé movilizar unos 300 millones para financiar aspectos industriales y tecnológicos en el campo del coche eléctrico.
Durante una jornada sobre el vehículo eléctrico organizada en colaboración con la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), el responsable de Industria y Empresa del Govern subrayó la voluntad de la Administración catalana de acompañar a la industria y centros tecnológicos en la transformación y la innovación que requiere este automóvil eléctrico.
Esta inyección de recursos del Govern (a los 200 millones se ha de sumar la parte correspondiente al despliegue de la infraestructura necesaria para el vehículo eléctrico) se enmarca en el Plan de impulso del vehículo eléctrico 2010-2015 en el que han trabajado varias consellerias (Industria, Economía, Política Territorial y Medio Ambiente) y que se aprobará en las próximas semanas.
La industria catalana de la automoción debe marcarse como retos para la próxima década conservar la cuota de mercado de los fabricantes con sede en Cataluña (Seat y Nissan), aumentar la producción de sus fábricas, incrementar la cuota de mercado de la industria de componentes catalana a nivel mundial y atraer más inversión privada y pública en I+D+i.
Para Soy, sería imperdonable que una industria capacitada como la de la automoción no juegue en primera división de cara al desarrollo del futuro vehículo eléctrico.
Esta apuesta por el sector es uno de los ejes importantes del Plan de Política Industrial que mañana prevé aprobar el Govern en el Consell Executiu, un documento con la estrategia transversal para garantizar el crecimiento del tejido productivo.
El vicerector de Política Científica de la UPC, Francesc Xavier Gil, también reclamó que no baje la financiación para la investigación universitaria en este campo, ya que señaló que Cataluña tiene la gran fortaleza de concentrar tres de las cuatro universidades con más producción científica en España (UB,UAB y UPC). Es necesario confiar en la universidad; somos los que hacemos más transferencia tecnológica, reivindicó.
Los vehículos eléctricos no emiten CO2, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar o solar termoeléctrica. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad a los vehículos eléctricos, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.
Conviene recordar el atraso eólico de Cataluña. Pese a recibir con satisfacción la aprobación de las Zonas de Desarrollo Prioritario para instalar parques eólicos, la Asociación Eólica de Catalunya (EolicCat) considera que el plan del Govern incumple en 420 megavatios (MW) el objetivo del Plan de Energía, que prevé una potencia eólica instalada de 3.500 MW en 2015.
Según cálculos de EolicCat, la reducción en los objetivos fijados en el plan se debe a la disminución la potencia eólica de la zona de desarrollo prioritario en el Alt Empordà, que ha pasado de 200 a 180 megavatios, y por otro la no aprobación de la denominada ZDP IV (Priorat-Baix Camp), con una capacidad de 45 MW.
EolicCat cree que de esta forma se desaprovechan áreas con recursos de renovables que cumplen todo los requisitos medioambientales, urbanísticos, paisajísticos y de evacuación a la red eléctrica "tal y como ya pasó en los primeros emplazamientos eólicos en Catalunya, como Vilopriu, Garriguella y Roses".
El Govern dio luz verde al nuevo mapa eólico de Cataluña la semana pasada, que afectará a 37 municipios y 10 comarcas, con 769 megavatios de potencia. Según lo aprobado, a las nuevas ZDP se circunscribirá la instalación de parques eólicos (insstalaciones eólicas de más de 10 MW o más de 5 aerogeneradores) de manera que se armonice el desarrollo de esta energía renovable con la preservación ambiental y paisajística del entorno.
Los coches eléctricos requieren energías renovables para alimentar sus baterías de litio, si se quiere reducir las emisiones de CO2.