La energía solar fotovoltaica por Carlos Navarro (AEF)

Barak Obama visitó hace casi un año la mayor planta solar fotovoltaica de Estados Unidos, en la base aérea militar de Nellis, en Nevada. Pronunció allí mismo un encendido elogio de las energías renovables, y especialmente de la solar fotovoltaica.

La consideró un sector estratégico clave para la reactivación económica estadounidense y una importante fuente de creación de empleo, capaz de segmentarse y de pegarse mucho al terreno, estado a estado. Obama se declaró convencido de que el desarrollo económico y social a lo largo del siglo XXI estará ligado a lo que él calificó de revolución de las energías renovables.

La energía solar fotovoltaica está siendo decisiva en todo el mundo para esa revolución energética anunciada por el presidente de Estados Unidos. Y en ese sentido, Estados Unidos está siguiendo una tendencia iniciada por Alemania hace ya varios años, y que ha propiciado la consolidación de una industria muy beneficiosa para el país centroeuropeo, a pesar de contar con menos recursos. El modelo alemán ha funcionado: es una apuesta segura.

Las inversiones internacionales en este sector superan ya los 110.000 millones de euros, de los cuales en España se ha invertido 23.000 millones, el 21 por ciento del total. Somos el segundo mercado europeo y el tercero mundial, sólo por detrás de Alemania y de China.

Muchas de las empresas fotovoltaicas nacionales son un referente tecnológico internacional y están presentes en multitud de países. De hecho, la planta solar de Nevada que visitó el presidente Obama, y que él puso como ejemplo a imitar en su país, pertenece a una empresa española.

Según el Índice Verde, elaborado por la consultora independiente Equipo Económico, uno de los puntos fuertes de la industria fotovoltaica es generar empleo y riqueza. Se estima que el sector fotovoltaico en España ha generado 93.000 puestos de trabajo directos e indirectos sólo hasta 2008, y en cuanto a riqueza se refiere, ha representado ya una aportación del 0,62% al Producto Interior Bruto.

Las inversiones realizadas y la experiencia adquirida han permitido a varias empresas fotovoltaicas españolas acometer una importante expansión internacional, con posiciones significativas en Estados Unidos, Canadá, China, Alemania, Italia, Francia, Chequia, Portugal, Bulgaria, Rumanía, Perú, Chile, México, Marruecos, Argelia, Egipto o Sudán, entre otros muchos países.

El Plan Solar Mediterráneo, que hoy reúne en Valencia a representantes de los 43 países de la Unión por el Mediterráneo, es un ejemplo muy claro del carácter estratégico del sector fotovoltaico. Las principales empresas españolas podrían impulsar las inversiones fotovoltaicas en el ámbito mediterráneo, lo que crearía muchos más empleos y multinacionales radicadas en nuestro país.

Estamos ante una oportunidad inédita de negocio en la que cada nuevo puesto de trabajo directo tiende a generar al menos otros tres indirectos. La experiencia de los últimos treinta años certifica que los paneles solares reducen su coste en un 20% cada vez que se duplica la potencia instalada.

Esa simple tendencia explica por sí misma el creciente interés inversor, al reunir ventajas como la creación de empleo y los importantes ahorros directos e indirectos en los costes de producción energética. ¿Existe alguna otra opción mejor o más inteligente?

Sólo en 2009, el mayor peso de los renovables en el mix eléctrico español ha permitido abaratar en un 20% el precio mayorista de la luz, lo que suele denominarse pool. Es una rebaja tan sustancial que permite compensar las tarifas recibidas por las distintas renovables y todavía generó un ahorro final de unos 5.500 millones de euros el año pasado.

Además, gracias a las renovables se evitó la emisión de dióxido de carbono por valor de 550 millones de euros sólo en 2008, y ese mismo año gracias a las renovables se ahorraron algo más de 2.000 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles.

Es cierto que esos ahorros en el coste del pool no se han trasladado al recibo de la luz. La principal razón es el déficit tarifario, generado por el sistema eléctrico establecido en 1997, mucho antes de que las renovables echasen a andar, y que hoy sigue vigente.

El sistema ha ido incrementando ese déficit en los más de trece años transcurridos de acuerdo a una proporción invariable: los años en que el precio del pool era mayor, el déficit también crecía en mayor medida. La irrupción de las renovables ha ayudado a que el precio del pool baje, lo que a su vez atenúa el crecimiento de la deuda, un efecto beneficioso que ha sido especialmente nítido en 2009. Lejos de haber producido el problema del déficit tarifario, las renovables en general, y la fotovoltaica en particular, pueden y deben ayudar a solucionarlo.

La energía solar fotovoltaica ha reducido sus costes más de un 40% en los últimos dos años, y mantiene todavía uno de los mayores márgenes de abaratamiento de todas las energías renovables, gracias a su mayor componente tecnológico. Además, su energía es fácilmente gestionable, disminuye la necesidad de inversiones en redes de transporte y distribución, con frecuencia permite reforzar las líneas de distribución y subestaciones eléctricas, disminuye las pérdidas de transporte y aporta estabilidad a la red eléctrica.

"Tenemos una elección. Podemos seguir siendo el mayor importador de petróleo del mundo, o podemos convertirnos en el mayor exportador mundial de energía limpia. Podemos dejar el trabajo del futuro en manos de nuestros competidores, o podemos hacer frente a la que ya ha sido reconocida como la mayor oportunidad de nuestro tiempo. La nación que sea líder mundial en la creación de nuevas fuentes de energía limpia será la nación que lidere la economía global del siglo XXI".

El entrecomillado no es mío. Son palabras que Barak Obama pronunció en su discurso de Nevada. Él las dijo pensando en Estados Unidos. ¿No les parece que pueden ser igualmente válidas para los 43 países de la Unión por el Mediterráneo?

La Asociación Empresarial Fotovoltaica se constituyó formalmente el pasado día 27 de junio de 2008. Esta asociación sin ánimo de lucro fue creada por un representativo grupo de empresas y empresarios españoles pertenecientes a la industria fotovoltaica española.

Las empresas que han constituido la Asociación Empresarial Fotovoltaica aglutinan una buena parte del empleo directo e indirecto en España en este sector, así como una gran parte de las inversiones industriales realizadas en los últimos años y programas de I+D+I cara al futuro de la industria española. Además de estar formado por empresas que son un exponente en la historia de la fotovoltaica en España.

Carlos Navarro, vicepresidente de la Asociación Empresarial Fotovoltaica (AEF), www.aefotovoltaica.com/