La política eólica de Francia desata una polémica política

El PS, por boca de su responsable en temas de medio ambiente, Laurence Rossignol, denunció que "ese informe defiende una tesis superada e incompatible" con el programa concertado que había liderado Sarkozy en política medioambiental.

Rossignol se quejó en particular de que los diputados que han adoptado ese documento quieren "hacer del viento un riesgo equivalente" a una planta industrial con un nivel de riesgo "Seveso", en alusión a la referencia europea.

Esas fueron las razones que llevaron al parlamentario socialista Philippe Plisson, que era co-ponente de la misión junto a Ollier, a dimitir el pasado día 19.

En el informe se descalifica de "dispendio" el dispositivo gubernamental que obliga a la eléctrica estatal EDF a comprar durante 15 años la energía generada por los parques eólicos a un precio de 86 euros por megavatio hora, superior al del mercado eléctrico francés.

Los autores del estudio consideran que en esas condiciones, la rentabilidad de esos parques es muy elevado (entre el 9,7 y el 13,5% anual), lo que constituye una incitación para inversiones que se aprovechan del dispositivo de subvención indirecta.

La misión parlamentaria al presentar el martes su informe anunció una serie de recomendaciones que se traducirán en enmiendas en un proyecto de ley, que incluirán la reducción de quince a diez años el periodo de tarifas garantizadas, y sobre todo pretende evitar la creación de pequeños parques de eólicas.

En concreto, se sugiere la fijación de un mínimo de 15 a 20 megavatios para evitar la dispersión de molinos por todo el territorio, y que se les imponga el régimen de Instalaiciones Clasificadas para la Protección del Medio Ambiente.

Francia se ha fijado el objetivo de que las eólicas representen el 10% de la electricidad generada en el horizonte de 2020, frente al 1,5-2% actuales con unos 4.500 megavatios de potencia instalada que le convierten en el séptimo país del mundo

www.edf.fr