Saft, líder mundial en el diseño y fabricación de baterías industriales de alta tecnología, presenta una gama de módulos de baterías recargables de Níquel-Metal Hídruros (Ni-MH) especialmente diseñados para satisfacer las necesidades de los sistemas fotovoltaicos (PV) y eólicos autónomos. La gama de módulos Smart VHT ofrece un rendimiento mayor, un TCO más bajo (coste total de propiedad) y una mejor integración con el medio ambiente que las baterías tradicionales.
Los recursos provenientes de sistemas autónomos de energías renovables, ya sean del sector eólico o fotovoltaico, se están haciendo cada vez más populares en aplicaciones destinadas a la iluminación y señalización de las calles, el riego y suministro de agua público, las estaciones meteorológicas y sensores medioambientales, las redes locales inalámbricas y los sistemas de localización Éstos son los principales servicios que se benefician de la fiabilidad, libre mantenimiento y larga duración de los sistemas de acumulación de energía de Saft.
Sin embargo, el almacenamiento de energías renovables a gran escala, a menudo en localizaciones remotas con entornos poco controlados, está caracterizado por un alto número de ciclos poco profundos, con tiempos de carga y valores de corriente erráticos, en muchos casos bajo temperaturas extremas. Hoy en día las baterías de plomo ácido no rinden bien en estas condiciones, y tienen una vida limitada, baja fiabilidad e incluso padecen “muerte súbita”, lo que se traduce en unos requerimientos de mantenimiento muy elevados, así como en costes altos destinados al reemplazo de las mismas.
A pesar de su alto coste inicial, la tecnología de Ni-MH de la gama de módulos Smart VHT ha demostrado que reduce el coste total de propiedad en más de un 45%, cuando funcionan durante un periodo de tiempo de más de 15 años en el tipo de aplicaciones descritas anteriormente. Este hecho se produce gracias a que tienen una vida operativa larga (entre 3 y 5 veces superior ), mayor resistencia al fallo y mayor tolerancia a las temperaturas extremas que la tecnología de plomo ácido.
El diseño y producción de la gama VHT se ha optimizado para minimizar el consumo de agua y energía, reducir la producción de gases de efecto invernadero y residuos tóxicos, disminuir los efectos negativos del calentamiento global y de la disminución de la capa de ozono y frenar el agotamiento innecesario de los recursos naturales.
El módulo Smart VHT permite la integración directa con sistemas de electrónica inteligente, como pueden ser los de administración de carga y descarga, de registro de las condiciones de la batería y los indicadores precisos de estado, eliminando la necesidad de controladores independientes para cada sistema fotovoltaico.
“Todas estas características contribuyen al desarrollo de una tecnología innovadora para la acumulación autónoma de energía”, señala Blake Frye, director de marketing y desarrollo de negocio de la división de Baterías Especializadas de Saft. “La novedosa tecnología Ni-MH ofrece una solución ideal para alcanzar un mecanismo de almacenamiento de energía fiable, duradero y de alto rendimiento para pequeños sistemas autónomos de energía fotovoltaica o eólica”.
Los módulos Smart VHT están disponibles en versiones de 12V, 24V y 36V con valores de capacidad de entre 10 y 80 Ah. Los módulos también pueden instalarse en carcasas de aluminio que les brinda una protección adicional ante las condiciones medioambientales. Además, son directamente intercambiables con los módulos de baterías tradicionales de plomo ácido (VRLA) que se han usado hasta ahora para estas aplicaciones.
Las baterías de Saft se emplean en aplicaciones de altas prestaciones tales como infraestructuras y procesos industriales, vehículos eléctricos, espacio y defensa. Saft es el primer fabricante mundial de baterías industriales de níquel-cadmio y de baterías primarias de litio para múltiples mercados. El grupo es también líder europeo en tecnologías especializadas de baterías para el espacio y la defensa. Saft está presente en 18 países y emplea unas 4.000 personas en todo el mundo. Sus 15 plantas de fabricación y su red comercial permiten al grupo atender a sus clientes en todo el mundo. Saft está registrado en el índice SBF 120 del Mercado de Stock de París.