El peligro amarillo llega a EE UU: inversiones en eólica, fotovoltaica y vehículos eléctricos

A-Power Energy Generation Systems, Ltd. instalará una fábrica de turbinas eólicas en EE UU con una capacidad de 1.100 MW anuales y 1.000 empleos, poco después de anunciar la instalación de un parque eólico de 600 MW en Texas.

El mismo día la empresa china Suntech Power Holdings, líder chino en la producción de paneles solares, anunció que  abrirá una fábrica en Phoenix (Arizona). Suntech señaló que la fábrica tendrá una capacidad de producción inicial de 30 megavatios y comenzará a producir en el tercer trimestre de 2010.

La planta, la primera que la empresa fotovoltaica instala en Estados Unidos, requerirá una inversión inicial de 10 millones de dólares, señaló el director de estrategias de la compañía, Steven Chan, al anunciar al decisión.

Suntech tomó esta iniciativa “por el rápido crecimiento del sector de la energía solar fotovoltaica en Norteamérica, gracias a las políticas (gubernamentales) de promoción en esa región”.

El presidente de la empresa china, Shi Zhengrong, subrayó que la nueva planta es “el primer paso en una inversión estratégica y a largo plazo en el mercado estadounidense”.

La fábrica tendrá 8.000 metros cuadrados y dará empleo a 75 personas, aunque Suntech calcula que la plantilla podría doblarse en menos de un año a medida que continúa el desarrollo de la energía solar fotovoltaica. Suntech, con base en la ciudad china de Wuxi, cotiza en la Bolsa de Nueva York.

El Gobierno de China ha iniciado una campaña de desarrollo de las energías renovables, como la eólica y la solar, con el objetivo de reducir su excesiva dependencia de energías contaminantes, como el carbón, reducir las emisiones de CO2 y también para estimular la economía interna, afectada por la crisis financiera internacional.

Otra empresa que pisa fuerte es BYD, que piensa comercializar sus vehículos eléctricos en Estados Unidos.

Lo normal siempre era lo contrario: empresas estadounidenses que invierten en China. Pero la China de hoy va camino de convertirse en la segunda potencial mundial, y hacia 2030, si la inestabilidad política no lo impide, China pasará a ser la mayor potencia mundial.

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