1. Metas contra un aumento de dos grados
Los documentos de negociación recuerdan que para evitar que la temperatura del planeta suba dos grados por encima de la época preindustrial, hay que estabilizar el CO2 en la atmósfera y reducir las emisiones totales más la mitad para el 2050, como mínimo. Lo dicen los científicos (IPCC). Eso, para las naciones industrializadas supondrá tener que recortarlas entre un 25% y un 40% para el 2020 (siempre respecto a 1990), para asumir recortes de hasta el 90% para mitad de siglo, pues deberán dejar que las naciones pobres se desarrollen y converjan en emisiones per cápita por un criterio de equidad.
2. La UE pide esfuerzos compartidos
La UE ya acordó bajar sus emisiones un 20% en el 2020, pero asumiría incluso la meta del 30% si los demás países ricos (Japón, Canadá…) hacen un esfuerzo similar. Sin embargo, EE.UU. está lejos de poder aprobar esa meta en el Senado y su delegación no dispone de un mandato ambicioso. Aún así, la UE planea que si EE.UU. no alcanza esos niveles de esfuerzo aporte más recursos financieros adicionales. "Podría combinar esfuerzos de reducción internos con solidaridad financiera internacional", dice Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático.
3. Limitar el crecimiento del CO2 en países emergentes
Los países en vías de desarrollaron aceptaron en Bali (2007), por primera vez, aplicar planes para mitigar el cambio climático a partir del 2013 si reciben ayuda económica, financiera y de capacitación. Los ricos quieren que las naciones emergentes (China, India, Brasil…) limiten el ritmo de incremento de las emisiones (un 15%/30% por debajo de las tendencias previstas para el futuro).
4. El exceso de los gases en países del este
En Kioto (1997) se permitió a los países del Este de Europa metas fáciles de conseguir; y, al hundirse su economía, han tenido excedentes de aire limpio sin esfuerzos reales contra el cambio climático. Así, ahora tienen grandes cantidades de derechos para vender (equivalen a dos veces los derechos asignados a toda la industria europea). Una sobredimensión de los derechos de CO2 disponibles y comercializables arruinaría los esfuerzos reales de combatir los gases. ¿Qué habría que hacer?
5. Compensar la deforestación evitada
¿Cómo incentivar que los países pobres frenen la deforestación y la degradación de sus bosques, causantes del 20% de las emisiones de CO2? Los incendios y el suelo desnudo libera CO2, sobre todo si hace aflorar la turba (Indonesia). Algunos países abogan por ampliar aquí el mercado de carbono. Es decir, si un país rico protege un bosque y demuestra reducciones reales de gases obtendría certificados de reducción de gases (avalados por la ONU) descontables en sus inventarios nacionales y comercializables en los mercados de carbono. En cambio, Brasil reclama que se transfieran fondos directos a estos países para combatir la deforestación. Cabe también la fórmula mixta, con topes. El acuerdo incluiría las plantaciones y talas con una gestión forestal sostenible, que secuestra carbono del aire.
6. ¿Y cómo se mide la deforestación evitada?
Greenpeace o Intermón-Oxfam desconfían del mercado de carbono para el acuerdo sobre reducciones de emisiones de deforestación y degradación de los bosque (REDD): podría darse el caso de que se protege un bosque que genera créditos de carbono y que se deja degradar otro bosque colindante. Temen que se inunde el mercado mundial de créditos de carbono sin que se estimule la reducción de gases con medidas internas. Miguel Ángel Soto, de Greenpeace alerta de que no se conoce bien el ciclo de ganancia de carbono en muchas especies de árboles. "Y plantar árboles no es igual que un bosque natural, que da biodiversidad y resiste mejor el cambio climático", dice.
7. Los fondos de ayuda, el gran debate
Los ricos prometen ayuda a las naciones pobres si siguen la pautas de un modelo de desarrollo bajo en carbono. El nuevo acuerdo debe organizar los diferentes fondos existentes en el Convenio de Cambio Climático y poner en marcha, entre otros, el fondo de adaptación, para ayudar a los países menos adelantados y más vulnerables al calentamiento, y cuyas consecuencias ya las están sufriendo. Este fondo se nutre con un impuesto del 2% de las transacciones por los certificados de reducción de gases que son comercializables.
8. ¿Cómo financiar la ayuda económica?
En los documentos de debate hay muchas propuestas: 1) mayores porcentajes sobre el comercio de emisiones, 2) impuestos sobre el carbono, 3) una combinación de ayudas públicas y privadas… La UE no soltará prenda sobre su aportación hasta el último momento para evitar regateos y presiones.
9. Transporte aéreo y marítimo
Se espera que a partir del 2013 se impongan límites a las emisiones de gases del transporte aéreo y marítimo, no controladas por Kioto. Ahora, las organizaciones sectoriales (OACI y OMI) "tienen una actitud más abierta", dice Teresa Ribera. La UE quiere que reduzcan sus gases un 10% y un 20%, respectivamente, en 2020 respecto al 2005.
10. ¿Qué tipo de acuerdo?
¿El acuerdo de Copenhague será una mera modificación del protocolo de Kioto o un acuerdo nuevo? Ahora hay dos negociaciones en curso en el marco del Convenio de Cambio Climático de la ONU, pero en una de las cuales no está Estados Unidos (que no firmó el protocolo de Kioto). Lo lógico sería que ambas confluyeran en un acuerdo único para evitar malas interpretaciones y poder fijar de este modo la reducción de gases de todos los países ricos.