Según Volvo, el coche eléctrico ofrece "exactamente la misma seguridad, confort y espacio que el modelo estándar", de forma que la única diferencia es que funciona con electricidad y no emite gases de escape ni CO2.
El Volvo C30 BEV se alimenta de una batería de iones de litio que se carga a través del suministro eléctrico ordinario existente en la mayoría de hogares. En una toma normal de 230 voltios tarda 8 horas en recargarse.
El motor eléctrico se encuentra bajo el capó, igual que el motor de un coche convencional. Al funcionar el coche únicamente con electricidad, requiere una batería más grande (24 kWh) a la que llevan los híbridos enchufables (12 kWh).
Volvo ha anunciado que para el año 2012 producirá en serie sus vehículos eléctricos híbridos enchufables. Con la energía eléctrica de la batería el vehículo eléctrico cubrirá las necesidades diarias de transporte del 75% de los conductores europeos.
Para mayores distancias, se pondrá en marcha automáticamente un motor híbrido diesel, que combinado con el eléctrico, alimentado por una batería de iones de litio, pueden alcanzar los 1.200 kilómetros de autonomía.
El fabricante sueco, perteneciente al Grupo Ford, calcula unas emisiones de dióxido de carbono (CO2) de 49 gramos por kilómetro (g/km), con un consumo de combustible de 1,9 litros cada cien kilómetros.
Volvo y la compañía eléctrica Vattenfall empezarán a poner a prueba una serie de híbridos enchufables para así obtener datos sobre pautas de conducción y recarga.
Utilizarán estos datos para afinar el diseño de los vehículos eléctricos que esperan comercializar en Europa en 2012. Mediante el anuncio de que lanzarán un híbrido conectable en Europa, Volvo se une a los planes de otros grandes fabricantes de vehículos para la creación de automóviles eléctricos. Compañías como Fisker, GM y Toyota han afirmado que empezarán a vender híbridos conectables en Estados Unidos a lo largo de los próximos años.
El híbrido conectable de Volvo, con un rango eléctrico de 50 kilómetros, está diseñado para el mercado europeo, donde la media de los trayectos es inferior a Estados Unidos. La compañía no ha señalado si venderá los vehículos conectables en Estados Unidos.
Hasta ahora, Volvo ha construido varios híbridos conectables para las pruebas preliminares y puede que construya hasta 50, dependiendo del rendimiento de estos primeros modelos. Uno de los coches puestos a prueba puede conducir hasta 50 kilómetros con un motor eléctrico de 100 caballos, alimentado por una batería de iones de litio, para después cambiar a un motor de diesel de 205 caballos.
Los otros dos coches tienen especificaciones similares, según la compañía. Todos los coches eléctricos tienen dos enchufes: uno para recargar en aproximadamente 5 horas cuando se conecta a un enchufe normal de pared, y otro para recargar en aproximadamente 2 horas cuando se enchufa a una de las estaciones de carga especiales desarrolladas por una serie de startups asociadas con Vattenfall.
Los coches eléctricos incorporan un sistema de “recarga inteligente” desarrollado por el Laboratorio Nacional de Argonne, en Argonne, Illinois. El sistema combina un cargador de batería con un teléfono móvil y GPS que transmite el estado de carga de la batería y la localización del vehículo, tanto si es una residencia o estación de carga, a la compañía eléctrica. “El coche eléctrico no empieza a cargarse hasta que llama a la compañía eléctrica y obtiene la autorización,” afirma Ichiro Sugioka, director científico del Centro de Concepto y Seguimiento de Volvo, en Camarillo, California.
Volvo puede que incorpore un sistema de seguimiento similar en las versiones comerciales de los híbridos conectables si las pruebas actuales demuestran su utilidad. Potencialmente, los sistemas de recarga inteligentes podrían permitir a las compañías suministradoras optimizar el uso eléctrico, evitando recargas innecesarias durante las horas de mayor demanda eléctrica.
Otra razón para reunir este tipo de información es debido a que se puede utilizar para optimizar el diseño del coche. De hecho, Volvo está trabajando con varios fabricantes de baterías, cuyos nombres no ha querido señalar, y aún no ha finalizado el diseño del vehículo, afirma Sugioka.
Algunas baterías tienen una mejor densidad de energía y pueden durar más tiempo sin tener que recargarse; algunas son más potentes. “Queremos poner el coche en manos de la gente y ver si lo utilizan como dicen que lo van a utilizar,” señala Sugioka. Desde 1992, la compañía ha puesto a prueba una serie de diseños de híbridos conectables. “No llevamos al mercado ninguno de los conectables anteriores porque el coste de las baterías era demasiado alto como para justificar una pérdida,” afirma.
Vattenfall colabora con Volvo y tiene la esperanza de poder solucionar los problemas derivados de la adopción masiva de los híbridos conectables y coches eléctricos, y cómo todo esto afectará a la red eléctrica. En el peor de los casos, todos aquellos que tengan uno de estos coches llegarán a casa después del trabajo a las 17 horas y lo enchufarán, lo que provocará tensiones en la red y un posible apagón. “¿La gente acabará enchufando el coche cada vez que pueda o no? No creemos que ese vaya a ser el caso, pero por ahora lo único que tenemos son modelos informáticos,” afirma Sugioka.
Los colaboradores suecos también harán un seguimiento de cómo recarga la mayoría de la gente los coches en los garajes, o cómo toman partido de las estaciones de carga rápida localizadas en lugares públicos, que podrían ofrecer electricidad que sólo proviniese de energías renovables, como la eólico o la fotovoltaica. Sugioka afirma que Vattenfall no ha anunciado aún qué compañías suministrarán las estaciones de recarga o cuántas habrá.
Los conductores podrían utilizarlas para una recarga rápida y así evitar usar el motor diesel. “Las recargas rápidas calientan las baterías y acortan su vida útil,” afirma Sugioka. Las recargas rápidas también afectan a la red eléctrica si se utilizan durante las horas de mayor demanda, en vez de recargar los coches por la noche en casa.
Este proyecto sueco es uno más entre una serie de estudios que se están llevando a cabo para conocer la forma en que la población utilizará los conectables. Un grupo de antropólogos dirigidos por Tom Turrentine, director de Centro de Investigación de Vehículos Eléctricos Híbridos Conectables, en la Universidad de California, ha distribuido varios vehículos conectables equipados con sistemas de seguimiento entre varias familias.
“Creemos que la gente llevará a cabo algunos ajustes en sus vidas para así ahorrar energía y combustible, aunque es difícil predecir el tipo de cambio del que estamos hablando: somos criaturas de costumbres,” afirma Keith Hardy, director de actuaciones de la sociedad FreedomCAR and Fuel en el Departamento de Energía de los Estados Unidos.
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